Richard H. Thaler, Premio Nobel de Econom¨ªa 2017
El galard¨®n de Ciencias Econ¨®micas le ha sido otorgado por su contribuci¨®n a la econom¨ªa del comportamiento
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El estadounidense Richard H. Thaler, de 72 a?os, ha sido galardonado este lunes con el Premio Nobel de Econom¨ªa, por su contribuci¨®n a la econom¨ªa del comportamiento, esto es, b¨¢sicamente la incorporaci¨®n de la psicolog¨ªa a la ciencias econ¨®micas. Nacido en 1945 en Nueva Jersey (EE UU), imparte clases de esta disciplina en la Universidad de Chicago. Sus investigaciones demuestran que las decisiones no siempre obedecen a criterios racionales, sino que tambi¨¦n entran en juego variables psicol¨®gicas que las desv¨ªan de un comportamiento econ¨®mico racional.
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El comit¨¦ que ha otorgado el galard¨®n explica que los economistas suelen asumir que las personas tienen buen acceso a la informaci¨®n, pueden procesarla sin problemas y llevan a la pr¨¢ctica sus decisiones buscando una ganancia personal. Sin embargo, existen muchas discrepancias entre esas teor¨ªas y lo que luego ocurre. No siempre existe un comportamiento racional. Y, a veces, incluso influye el sentido de la equidad. "Thaler ha contribuido a expandir y refinar el an¨¢lisis econ¨®mico al considerar tres rasgos que sistem¨¢ticamente influyen en las decisiones econ¨®micas: la racionalidad limitada, la percepci¨®n de justicia, y la falta de autocontrol", subraya el jurado del premio en Ciencias Econ¨®micas que concede el Banco de Suecia en memoria de Alfred Nobel.
Entre los m¨¦ritos que subraya el Banco de Suecia, se encuentra el desarrollo de la teor¨ªa de la contabilidad mental, que explica c¨®mo la gente simplifica decisiones financieras. Esta sostiene que los individuos crean cuentas separadas en sus mentes y toman las decisiones seg¨²n c¨®mo afectan a esas cuentas separadas y no en el conjunto de sus finanzas. Un caso muy claro: financiar una necesidad de liquidez a corto plazo con un cr¨¦dito al consumo, mucho m¨¢s caro que sacar el dinero de los ahorros. O c¨®mo los taxistas solo trabajan hasta conseguir unos ingresos determinados al d¨ªa y luego se marchan a conciliar en casa. Con este patr¨®n, los taxistas no aprovechan bien los d¨ªas en los que hay m¨¢s carga de trabajo: dejan de ingresar porque se han ido antes. O, por ejemplo, c¨®mo el consumidor compra centr¨¢ndose en los porcentajes que se rebajan y no en las cantidades rebajadas. No es de extra?ar que el trabajo del nuevo premio Nobel haya tenido aplicaciones directas en el marketing.?
Watch the announcement of the 2017 Sveriges Riksbank Prize in Economic Sciences in Memory of Alfred Nobel! #NobelPrize pic.twitter.com/xV5xJ7LAJg
— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 9, 2017
Otra teor¨ªa muy celebrada de Thaler es el "efecto propiedad", es decir, que mucha gente tiende a valorar m¨¢s lo que posee y le asigna un precio mayor que si no lo tuviese en propiedad. Esto explica que "el sentimiento negativo de una p¨¦rdida sea m¨¢s fuerte que el positivo cuanto se obtiene una ganancia exactamente igual", se?ala el jurado. De acuerdo con estos principios, muchas veces la p¨¦rdida o la ganancia se fija seg¨²n un punto de referencia, como sucede al comprar en tiendas de rebajas. Tambi¨¦n se extiende a los que acaban de ganar dinero en bolsa o en el casino, que tardan m¨¢s en reconocer las p¨¦rdidas porque en su mente todav¨ªa no est¨¢n en n¨²meros rojos. O cuando el comprador est¨¢ dispuesto a abonar por lo mismo cifras muy distintas solo porque cambia la manera en que se presenta el producto: pagar¨ªamos m¨¢s por la misma cerveza en la playa en las mismas condiciones solo porque procede de un hotel en lugar de un chiringuito. ??
La investigaci¨®n de Thaler tambi¨¦n ha abordado las preferencias sociales y c¨®mo incide en las decisiones econ¨®micas el concepto de lo que es justo. Su trabajo demuestra que "la gente no toma las decisiones solo mirando lo que es beneficioso para ellos", indica el jurado, "tambi¨¦n est¨¢n preparados para privarse de un beneficio material con tal de mantener lo que ellos perciben como una distribuci¨®n justa. Est¨¢n preparados para soportar un coste personal si as¨ª castigan a otros que violan las reglas b¨¢sicas de lo que es justo. Y no solo cuando ellos se ven afectados, tambi¨¦n si alguien m¨¢s ha sido afectado". Adem¨¢s, pueden hacerlo considerando el bienestar de otro de una forma positiva, a trav¨¦s de la cooperaci¨®n y la solidaridad, o negativa, como en la envidia o los celos.?
De ah¨ª los boycots que a veces se producen sobre ciertos productos. Entre los ejemplos que brinda Thaler, no se suele considerar justo que un vendedor de paraguas infle mucho los precios en un d¨ªa de lluvia a pesar de que, seg¨²n la teor¨ªa econ¨®mica, simplemente est¨¢ respondiendo a la ley de la oferta y la demanda. Otro asunto que analiza Thaler son los salarios: los trabajadores se resisten mucho a las rebajas nominales de los sueldos. En cambio, suelen encajar bien subidas por debajo de la inflaci¨®n pese a que tambi¨¦n conllevan un recorte del poder de compra.
El nuevo premio Nobel tambi¨¦n ha descrito las tensiones entre lo que se planea y lo que se hace, y c¨®mo el bienestar a largo plazo puede verse influido por las tentaciones a corto y la falta de autocontrol, algo muy evidente a la hora de fumar, comer o intentar ahorrar para la jubilaci¨®n. Por ello, Thaler ha argumentado que las instituciones p¨²blicas y privadas pueden dar a los individuos peque?os empujones o est¨ªmulos hacia la direcci¨®n correcta, manteniendo siempre la libertad de elecci¨®n de estos. Bajo esta ¨®ptica, conocida con el nombre de?nudge theory, pa¨ªses como Estados Unidos y Reino Unido han establecido agencias que ayudan a reformar la administraci¨®n p¨²blica en campos como el ahorro para las pensiones, las donaciones de ¨®rganos o pol¨ªticas de medio ambiente. Gracias a estos esquemas, la agencia tributaria brit¨¢nica ha logrado mejorar las respuestas de los contribuyentes simplemente record¨¢ndoles que sus vecinos ya han pagado.
En este sentido,?sus estudios implican que los planes de pensiones recogidos en la n¨®nima como una opci¨®n por defecto aumentan mucho m¨¢s las cantidades ahorradas que dej¨¢ndolas meramente a la voluntad del individuo. No obstante, en ocasiones esta perspectiva ha sido tildada por los cr¨ªticos de paternalista.
Junto al tambi¨¦n premio Nobel Robert J. Schiller, Thaler ha documentado la existencia de comportamientos irracionales en los mercados financieros, una volatilidad que poco tiene que ver con la teor¨ªa de los mercados eficientes y en la que los agentes sobrerreaccionan a la informaci¨®n nueva. "Estas fluctuaciones en el ruido del mercado crean preferencias", indica la academia sueca. De hecho, Thaler apareci¨® en la pel¨ªcula La Gran Apuesta?explicando c¨®mo hab¨ªan proliferado productos de deuda complejos durante la burbuja previa a la crisis.
¡°Desgrana la crisis financiera como una situaci¨®n de informaci¨®n asim¨¦trica en la que los elementos psicol¨®gicos priman sobre los racionales¡±, afirma el economista Lorenzo Bernaldo de Quir¨®s.
"En resumen, sus contribuciones han desarrollado un puente entre el an¨¢lisis econ¨®mico y el psicol¨®gico en la toma de decisiones individuales", concluye la Real Academia Sueca de las Ciencias. Tras?el anuncio del premio, dotado con casi un mill¨®n de euros, Thaler ha comentado que intentar¨¢ gastar el dinero "de la forma m¨¢s irracional posible". Entre sus aficiones: jugar al golf.?
El perfil del ganador del Nobel de Econom¨ªa es uno de los m¨¢s f¨¢ciles de adivinar: se caracteriza por ser un hombre de m¨¢s de 55 a?os de nacionalidad estadounidense. En los ¨²ltimos 20 a?os, tres cuartas partes de los premiados respond¨ªan a esta descripci¨®n.
En 2016, el Banco de Suecia concedi¨® el premio a Oliver Hart y Bengt Holmstr?m, motivado por sus aportaciones a la Teor¨ªa de los Contratos, que analiza c¨®mo se elabora la contrataci¨®n y sus efectos, sobre todo en el mundo de la empresa.
Incoherencias de la mente humana
En un t¨ªpico experimento de Thaler se llevan a cabo dos encuestas distintas. En una se pregunta a los entrevistados cu¨¢nto pagar¨ªan por la cura de una enfermedad mortal si tienen una probabilidad de haberla contra¨ªdo del 0,001%. En la otra, se pide que cifren cu¨¢nto cobrar¨ªan por exponerse trabajando a una enfermedad mortal con unas probabilidades estimadas de contraerla del 0,001%. En ambas cuestiones las probabilidades de sufrir la enfermedad son id¨¦nticas. Sin embargo, los encuestados prefer¨ªan cobrar mucho m¨¢s por el trabajo que lo que ofrec¨ªan pagar por la cura. Estas son las incongruencias que persigue el trabajo del nuevo premio Nobel.
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