El campo rico de M¨¦xico no quiere m¨¢s subsidios
Los empresarios de invernaderos de Quer¨¦taro piden pr¨¦stamos para capacitaci¨®n al Gobierno que salga de las urnas el pr¨®ximo 1 de julio. Los trabajadores, mejores salarios
Emma Osornio lleva 11 a?os buscando el tomate perfecto. Diariamente pasan frente a sus ojos miles de frutas sobre una banda mec¨¢nica. Aquellas que no cumplen con los requisitos de color y calidad ser¨¢n apartadas para el mercado mexicano. El resto ser¨¢ empaquetado y, 24 horas despu¨¦s, estar¨¢ en carretera rumbo a las estanter¨ªas de supermercados de la costa este de Estados Unidos y Canad¨¢. En estas vastas hect¨¢reas de cultivo del Estado de Quer¨¦taro, en el centro de M¨¦xico, el vendaval electoral parece pasar desapercibido. El ruido de las campa?as y las tensas negociaciones de la actualizaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC) no alteran la vida dentro de los invernaderos, una industria que en 2017 super¨® los 1.000 millones de pesos (51 millones de d¨®lares) en producci¨®n.
¡°Si no fuera por el campo no tendr¨ªamos nada¡±, dice Emma, originaria de San Juan del R¨ªo [68 kil¨®metros al sureste de la capital queretana]. Esta supervisora de l¨ªnea en la empresa Ganfer, en el municipio de Pedro Escobedo, tiene un hijo de siete a?os. Con un ingreso de 11.000 pesos mensuales (565 d¨®lares) gana m¨¢s que su esposo, empleado en un taller mec¨¢nico. ¡°Aqu¨ª hay mucha competitividad. Se paga por producci¨®n. Todo depende de nosotros. Si hay tomate nos va bien porque trabajamos extra y hasta los domingos. No ganamos menos del m¨ªnimo¡±. Emma a¨²n no sabe por qui¨¦n votar. Le gustaba Ricardo Anaya (Por M¨¦xico al Frente, una coalici¨®n de partidos conservadores, progresistas y centristas), quien comenz¨® su carrera en este mismo Estado, pero la decepcionaron los esc¨¢ndalos de supuesto ¡°lavado de dinero¡±. Le gusta m¨¢s Margarita Zavala (de derecha) ¡°por ser mujer¡±. Solo pedir¨ªa una cosa a los candidatos a la presidencia: mejores sueldos. ¡°?Qui¨¦n no quisiera un poquito m¨¢s?¡±, a?ade entre sonrisas.
Este fragmento del campo mexicano se distancia del lugar com¨²n. No hay yuntas, ni bueyes, ni arado en buc¨®licos paisajes. La producci¨®n agr¨ªcola protegida se hace bajo un mar de invernaderos de pl¨¢stico y cristales pintados de blanco que suavizan la intensidad del sol que ba?a a las huertas de jitomate, pepino, pimientos y rosas cultivadas en el Baj¨ªo mexicano. Con solo dos millones de habitantes, Quer¨¦taro tiene 360 hect¨¢reas sembradas bajo techo. En 2017 gener¨® 110.736 de frutas, verduras y hortalizas, un 41% m¨¢s que un a?o antes. En M¨¦xico, los invernaderos producen el 4% de lo que acaba exportandose, en su mayor¨ªa hacia Estados Unidos.
A este rico campo mexicano, que necesita en promedio un mill¨®n de d¨®lares para poner en marcha cada hect¨¢rea de explotaci¨®n bajo techo, le tiene sin cuidado el ruido de la campa?a. El puntero en las encuestas rumbo a las elecciones de julio, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (Juntos Haremos Historia, una coalici¨®n de dos partidos de izquierda y uno de derecha), ha asustado a los economistas con propuestas como precios de garant¨ªa ¡ªuna suerte de suelo sobre el que opera el mercado¡ª para algunos cultivos. Los empresarios de esta regi¨®n no se escandalizan. ¡°Funcionan mientras puedas producir con la misma calidad todo el a?o. Es lo que puedes hacer con los invernaderos¡±, se?ala Mario L¨®pez, gerente de Ganfer, que lleva el 70% del tomate mexicano a Estados Unidos con apenas 130 hect¨¢reas cultivadas. ¡°Si las leyes funcionan como deben funcionar nadie es una amenaza para nuestra continuidad¡±.
L¨®pez, un hombre grueso con un marcado acento de Hermosillo (Sonora, norte), asegura que la empresa necesita m¨¢s manos. ¡°Estoy corto de gente, tengo un chingo de competencia¡±, afirma el jefe de 1.000 trabajadores que llegan de 34 diferentes puntos de la regi¨®n a cortar tomate. Algunos hacen el viaje desde diferentes puntos del Estado de M¨¦xico, Hidalgo y Michoac¨¢n en rutas pagadas por la empresa. El giro de invernaderos de hortalizas a marihuana ¡ªm¨¢s rentable¡ª en EE UU ha aumentado la demanda y el trabajo para la agricultura protegida en el pa¨ªs latinoamericano.
A 40 kil¨®metros de Pedro Escobedo est¨¢ Agropark, el cluster de agricultura m¨¢s grande de M¨¦xico, con 295 hect¨¢reas de terreno y 11 empresas productoras. All¨ª solo se le exige una cosa al futuro presidente: ¡°El campo mexicano necesita pr¨¦stamos, no subsidios¡±, se?ala Oscar Woltman, el presidente de la Asociaci¨®n Mexicana de Horticultura Protegida (Amhpac). El tambi¨¦n administrador de una empresa productora de pimientos cree que algunas de las ideas de L¨®pez Obrador, suenan ¡°a terror de los [a?os] setenta¡±. El Gobierno que salga de las urnas, asegura, debe invertir para apoyar en capacitaci¨®n y para brindar m¨¢s tecnolog¨ªa al campo para financiar esquemas colaborativos que generen econom¨ªas a escala.
El¨ªas Ca?ete, de 27 a?os y empleado de Levarht ¡ªuna firma que produce el 1,5% del pimiento que se exportan a EE UU¡ª, ha visto en primera persona el crecimiento de esta zona de Quer¨¦taro. Junto a las hect¨¢reas de cultivo se han comprado tierras para levantar grandes complejos industriales. ¡°Si vienen compa?¨ªas extranjeras de Jap¨®n, Holanda y otras partes del mundo, ?por qu¨¦ no sube el sueldo¡±, se pregunta este trabajador, que hace cinco a?os comenz¨® siendo subordinado y que hoy supervisa la log¨ªstica de la empresa por 64.000 pesos al a?o (3.290 d¨®lares). ¡°El sueldo sigue siendo el mismo, pero los precios aumentan¡±. Junto a ¨¦l, una compa?era lanza otra pregunta que retar¨ªa al equipo de negociadores del TLC: ¡°?Por qu¨¦ dependemos tanto de EE UU? Nunca he entendido que le damos tanta importancia si hay otros pa¨ªses en Europa¡±, dice Concepci¨®n Mu?oz, de 51 a?os, quien piensa que los pimientos mexicanos podr¨ªan conquistar cualquier parte del mundo.
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