Descuelgue la orla de la pared
La velocidad de los cambios tecnol¨®gicos y laborales obliga a no dar por cerrada nunca la etapa de de formaci¨®n
Solicitar el t¨ªtulo universitario viene a costar del orden de 150 euros entres tasas y otros gastos administrativos. Un marco elegante puede suponer otros 100 euros. Las alcayatas y el martillo no m¨¢s de diez. A eso hay que sumarle las molestias de hacer las gestiones y el eventual peligro de pegarse un martillazo en el dedo en la fase de bricolaje¡ Una bagatela comparada con la satisfacci¨®n de ver ese flamante diploma, con la firma del Rey al pie, presidiendo la pared de su despacho. Si usted tambi¨¦n sucumbi¨® a esa tentaci¨®n y lo coloc¨® en el suyo, ah¨ª va un consejo: ?Qu¨ªtelo ahora mismo!
De lo contrario, corre el riesgo de que las personas que entren en su espacio de trabajo lleguen a la conclusi¨®n de que ese t¨ªtulo est¨¢ ah¨ª como recordatorio de que su etapa de formaci¨®n concluy¨® el d¨ªa que se lo dieron. Y en los tiempos que corren, ese no es buen mensaje a transmitir. ¡°Hasta hace dos o tres d¨¦cadas la trayectoria profesional era lineal: estudios-curr¨ªculo-trabajo estable-jubilaci¨®n; era como subirse a un tren y esperar que llegase a su destino. Hoy todo es m¨¢s complejo y pilotamos un avi¨®n con multitud de controles, registros y variables¡±, argumenta Andr¨¦s P¨¦rez Ortega, experto en marca personal. Se trata de un cambio de mentalidad en el que, advierte Fernando Botella, director de Think&Action y autor de Bienvenidos a la Revoluci¨®n 4.0 (Alienta Editorial), ¡°quien piense que ha llegado a la cima de su carrera o que hay pocas cosas ya que pueda aprender, est¨¢ perdido; ahora la verdadera sabidur¨ªa est¨¢ en mantener una actitud de aprendiz continuo¡±.
Reajuste obligado
La velocidad del desarrollo tecnol¨®gico y la cada vez m¨¢s r¨¢pida obsolescencia de conocimientos obligan a ese reajuste. ¡°Tanto empleados como empresas tienen que poner el foco permanentemente en adaptarse con agilidad a las exigencias de un cambiante entorno profesional y personal¡±, se?ala Eugenio Soria, director general de Recursos Humanos de Siemens Espa?a. Ese camino empieza por tener identificado el problema. ¡°Los primeros que nos debemos dar cuenta de que hay algo que est¨¢ fallando somos nosotros mismos¡±, dice Botella.
Mejorar la imagen
Un profesional que realice un esfuerzo por actualizar su perfil tendr¨¢ un problema si su entorno sigue percibi¨¦ndolo como alguien que est¨¢ fuera de onda. ?C¨®mo proyectar esa mejora hacia el exterior? Hay quien piensa que la soluci¨®n est¨¢ en ser muy activo en redes sociales. El especialista en marca personal Andr¨¦s P¨¦rez Ortega, sin embargo, opina que tratar de maquillar un curr¨ªculo o una descripci¨®n profesional en Linkedin es quedarse en la superficie. ¡°La marca personal no es un traje que te pongas y te puedas quitar cuando convenga, sino que se basa en la autenticidad. Es mucho m¨¢s importante mostrar y demostrar tus capacidades que buscar el nombre o la descripci¨®n perfecta. No me digas lo que haces o a qu¨¦ te dedicas; ens¨¦?amelo en un blog, mu¨¦strame tu trabajo en un v¨ªdeo en el que se te vea en acci¨®n o s¨²bete a un estrado y cu¨¦ntame tus ¨¦xitos y, sobre todo, tus fracasos¡±.
Ser¨¢n las habilidades (o mejor dicho, la falta de ellas) y no los conocimientos las que har¨¢n saltar las alarmas. ¡°Lo sabremos el d¨ªa en que tengamos que coordinarnos con un equipo de trabajo multidisciplinar o hacer una presentaci¨®n en p¨²blico y nos demos cuenta de que no sabemos c¨®mo enfrentarnos a esas situaciones¡±, ilustra Botella. Llegados a este punto, hay dos alternativas posibles: ¡°Escondernos y huir de todo aquello que nos saque de nuestra zona de confort, o intentar tomar cartas en el asunto¡±, contin¨²a.
Los jefes pueden jugar un papel determinante en la mejora de las capacidades de sus colaboradores. ¡°Primero mediante la observaci¨®n de sus comportamientos para detectar posibles ¨¢reas de mejora; despu¨¦s, transmiti¨¦ndoles esa informaci¨®n a trav¨¦s de una retroalimentaci¨®n adecuada¡±, comenta Botella.
Algunos trabajadores se pueden mostrar reacios a pedir ayuda a su organizaci¨®n por miedo a que eso les exponga y les haga parecer poco preparados. Paco Muro, presidente de Otto Walter International, discrepa. ¡°Pedir formaci¨®n es un derecho de todo trabajador y, siempre que esa formaci¨®n sea aplicable a su puesto de trabajo, deber¨ªa ser vista positivamente por su empresa¡±. Si bien cabe la posibilidad de que la compa?¨ªa ignore la petici¨®n de auxilio. En ese caso, recuerda Muro, siempre est¨¢ la opci¨®n de que sea el propio trabajador quien busque y asuma su propia formaci¨®n. ¡°En Espa?a, al contrario que en Latinoam¨¦rica, casi ning¨²n mando o vendedor est¨¢ dispuesto a pagarse de su bolsillo un buen programa de liderazgo o de ventas. ?Y eso que su futuro podr¨ªa depender de ello! Pedir formaci¨®n y ayuda a tu empleador es un signo de compromiso e inter¨¦s. Pero si la empresa no responde, hacerlo por tu cuenta es indicativo de responsabilidad¡±. Y es que, remata Eugenio Soria, ning¨²n, m¨¢ster, curso, taller o charla servir¨¢ de mucho si las personas a las que est¨¢n dirigidas estas acciones ¡°no est¨¢n motivadas y plenamente implicadas en su propio desarrollo¡±.
?C¨®mo debe ser esa formaci¨®n? Paco Muro cree que hay tres tipos de programas. ¡°Est¨¢n los que sirven, son pr¨¢cticos y te hacen mejor profesional; esos son los que de verdad interesan. Est¨¢n los que no valen para mucho pero tienen mucho prestigio y quedan bien en un curr¨ªculo, y, finalmente, los que no sirven para nada y son una pura p¨¦rdida de tiempo¡±. Eugenio Soria apunta que es de vital importancia ¡°ofrecer una formaci¨®n con un enfoque adaptado a cada persona, con sus tiempos, motivaciones y maneras de adquirir conocimientos y de desarrollar capacidades¡±.
?Un profesional tiene la obligaci¨®n de reinventarse permanentemente? P¨¦rez Ortega no cree que haya que ir tan lejos. ¡°Eso de ¡®reinventarse¡¯ es como una ruleta en la que, en lugar de trabajar con la base que ya tienes, decides apostarlo todo a algo que no conoces y no sabes si va a funcionar, a ver si hay suerte. Yo soy m¨¢s partidario de la mejora continua, de hacer peque?os o grandes cambios sobre lo que ya sabes hacer, especialmente si es algo que te gusta. Por eso, en lugar de obsesionarse con salirse de la zona de confort, creo que es mucho m¨¢s interesante tratar de ampliarla¡±.
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