Precariedad y fragilidad
La pol¨ªtica econ¨®mica desde 2012 ha resuelto un problema (frenar la ca¨ªda del PIB y el aumento del paro) creando otro (precariedad laboral)
Vamos a suponer que en 2012 alguien del equipo econ¨®mico del nuevo presidente (Rajoy) hubiese sido capaz de explicar con claridad la pol¨ªtica econ¨®mica de los a?os siguientes. El discurso habr¨ªa sido m¨¢s o menos el siguiente: ¡°Es urgente (o vital) recuperar la estabilidad financiera del pa¨ªs, porque el coste de la prima de riesgo es inasumible, amenaza la estructura empresarial espa?ola y pone a la econom¨ªa en riesgo de intervenci¨®n; por lo tanto, vamos a aplicar una pol¨ªtica proc¨ªclica consistente en deprimir las rentas salariales y facilitar los despidos, tal como piden los economistas de CEOE, con el fin de frenar la destrucci¨®n de empresas; vamos a controlar el d¨¦ficit p¨²blico mediante un ajuste presupuestario salvaje (o radical, que es t¨¦rmino que gusta m¨¢s en G¨¦nova) con el prop¨®sito de reducir la exposici¨®n a las convulsiones de deuda¡±. Un castizo dir¨ªa que no hay que estudiar para curar una depresi¨®n econ¨®mica bajando las rentas (salariales). Lo dif¨ªcil es salir de la depresi¨®n sin deprimir las rentas. O, al menos, recuperando las rentas un paso por detr¨¢s de los beneficios.
Pero esto, es decir, dise?ar una pol¨ªtica econ¨®mica de excepci¨®n revisable con el retorno del crecimiento, no es lo que ha sucedido desde finales de diciembre de 2011. El discurso sobre la precariedad laboral y la depresi¨®n de los salarios ya es conocido, pero conviene recordarlo. Ser¨ªa ilustrativo explicar por qu¨¦, si las ganancias de las empresas han vuelto a crecer, los salarios no han subido en la misma proporci¨®n. A partir de esa divergencia, cabe hacer dos inferencias l¨®gicas. Quiz¨¢ es que la recuperaci¨®n econ¨®mica s¨®lo se sostiene sobre el fundamento de salarios bajos o inferiores a los existentes antes de la crisis. O quiz¨¢ es que la depresi¨®n ha consagrado para siempre un escal¨®n salarial m¨¢s bajo (y unas relaciones laborales precarias) para siempre jam¨¢s. Tambi¨¦n cabe recordar la advertencia ominosa de Veblen: los aumentos salariales preludian el fin de una ¨¦poca de presperidad.
Esa es una cuesti¨®n pendiente en el discurso sobre la recuperaci¨®n. Vayamos al asunto de la estabilidad financiera. Puede resumirse en una sola pregunta: ?Est¨¢ hoy la econom¨ªa espa?ola mejor situada frente a una eventual crisis de deuda o de cualquier perturbaci¨®n econ¨®mica que acabe en crisis de deuda, que en 2007? La respuesta es no. La prima de riesgo hoy es baja, pero solo en condiciones de normalidad de los mercados. Como el endeudamiento p¨²blico se ha duplicado entre ambas fechas ¡ªno as¨ª el privado, que ha ca¨ªdo de forma notable¡ª, gracias a una desafortunada pol¨ªtica de estabilidad financiera de este gobierno, una eventual, intensa y sostenida convulsi¨®n en los mercados producir¨ªa los mismos efectos o peores que la depresi¨®n de diez a?os atr¨¢s. Volver¨ªa a destruirse el empleo de forma masiva y volver¨ªan a correr riesgo miles de empresas, las rentas se desplomar¨ªan y el d¨¦ficit p¨²blico volver¨ªa a dispararse. Porque la recuperaci¨®n espa?ola no ha mejorado la calidad del empleo, ni la solvencia de las peque?as y medianas empresas ni los mecanismos de estabilidad financiera del sector p¨²blico.
As¨ª pues, bien podr¨ªa concluirse que la pol¨ªtica econ¨®mica desde 2012 ha resuelto un problema (frenar la ca¨ªda del PIB y el aumento del paro) creando otro (precariedad laboral) y ha conseguido resultados menos que discretos en la tarea de estabilizar la credibilidad internacional de las finanzas p¨²blicas. Los hechos recientes confirman que Espa?a est¨¢ en la primera fila de damnificados en caso de crisis.
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