El Ministerio de Cultura anacr¨®nico: los retos pendientes en investigaci¨®n y otras competencias
A diferencia de los ministerios de otros pa¨ªses, el espa?ol carece de un departamento o de una dotaci¨®n para la investigaci¨®n sobre la cultura
El Ministerio de Cultura lleva en barbecho un largo periodo tras consecutivos gobiernos populares y socialistas. Es cierto que cuando gobiernan los socialistas adquiere la categor¨ªa de Ministerio, que desciende a Secretar¨ªa de Estado cuando tocan los Gobiernos populares, pero m¨¢s all¨¢ de la cuesti¨®n simb¨®lica y de detalles, pocos cambios estructurales acontecen en la Administraci¨®n General del Estado. A diferencia de los arts council brit¨¢nicos o el Ministerio de Cultura franc¨¦s, el espa?ol carece de un departamento o de una dotaci¨®n para la investigaci¨®n sobre la cultura. As¨ª, tras unos esperanzadores primeros Gobiernos socialistas con Solana al frente como Ministro de Cultura, el Ministerio lleva d¨¦cadas convertido en el problema y no en la soluci¨®n de la crisis sist¨¦mica de la cultura.
Enrocado en sus dimes y diretes con los agentes del sector (a veces el cine y la pirater¨ªa, el IVA, a veces la copia privada de la ley de propiedad intelectual), el Ministerio ha de mirar fuera y establecer relaciones con las misiones de la ciencia para enlazar con los grandes retos de la investigaci¨®n de hoy que ata?en a las artes y la industria cultural. Cultivando y ampliando horizontes y estableciendo alianzas con el sistema del I+d+I, las universidades y el resto de la sociedad a trav¨¦s de una ley de mecenazgo sostenible; repensando su labor y funci¨®n en el siglo XXI, en el marco de la gobernanza digital, y coordin¨¢ndose con el resto de administraciones p¨²blicas locales y auton¨®micas como le obliga la Constituci¨®n Espa?ola.
Algunos de los asuntos b¨¢sicos en los que el Ministerio de Cultura tiene un largo margen de mejora son planteados a continuaci¨®n, haciendo hincapi¨¦ en c¨®mo la investigaci¨®n deber¨ªa estar al servicio de los procesos de mejora y modernizaci¨®n de sus propios servicios y de su relaci¨®n con el conjunto de la sociedad espa?ola y con los sectores y ¨¢mbitos de su competencia. Parto del axioma que es incompatible hoy en d¨ªa el dise?o de las pol¨ªticas p¨²blicas al margen de la generaci¨®n de conocimiento y la vinculaci¨®n con la academia. No es nada nuevo, esta vinculaci¨®n est¨¢ naturalizada en la cultura anglosajona y en las universidades m¨¢s prestigiosas del mundo.
I. La gesti¨®n en el propio Ministerio de Cultura:
El Ministerio de Cultura tiene un problema en la propia gesti¨®n administrativa de sus direcciones generales y centros adscritos, tal como observamos en algunas evidencias que han trascendido a la prensa en los ¨²ltimos meses:
Un informe del Tribunal de Cuentas del a?o pasado sobre la gesti¨®n del INAEM, concretamente sobre el ejercicio de 2015, refiere que funciona con bastantes deficiencias como estructura administrativa. Entre otras cosas afirma que el Instituto ¡°dispon¨ªa de un manual de subvenciones que estaba totalmente obsoleto¡± (p¨¢g. 21). El entonces Ministerio de Educaci¨®n y Cultura ¡°no ha elaborado un Plan Estrat¨¦gico de Subvenciones a medio plazo por lo que la Entidad no ha dispuesto de un instrumento de planificaci¨®n en la gesti¨®n de las subvenciones¡±. (p¨¢g. 57). Recordemos que la Ley General de Subvenciones tiene ya quince a?os de vigencia y la pol¨ªtica de fomento de la cultura depende de unas subvenciones deficientemente planificadas conforme a la ley, donde podamos evaluar su impacto en el sector y en la ciudadan¨ªa.
El informe tambi¨¦n apunta que el dise?o y los indicadores tampoco permiten evaluar la eficacia ni el impacto de la gesti¨®n directa de sus propios programas, tales como las acciones de las distintas unidades de creaci¨®n (Centro Dram¨¢tico Nacional, Orquesta Nacional, Ballet Nacional de Espa?a etc.). Es la propia administraci¨®n en su labor de control la que pone ¨¦stas y otras evidencias sobre c¨®mo se gestiona (mal) la cultura desde el Ministerio[1]. Hace escasamente un par de meses asist¨ª a un encuentro en el que coincid¨ª con el ahora ministro Jos¨¦ Guirao[2] y con otros profesionales de la cultura pertenecientes a distintos subsectores art¨ªsticos y acad¨¦micos de las artes visuales y la pol¨ªtica cultural: artistas, agentes de la intermediaci¨®n (galer¨ªas, gestores culturales, abogados), diputados de la Comisi¨®n de Cultura del Congreso de los principales partidos pol¨ªticos, acad¨¦micos, directores de museos y t¨¦cnicos de las administraciones locales, auton¨®micas de la Comunidad de Madrid y del Ministerio de Cultura.
En el turno de intervenciones de una mesa redonda, a algunos nos sorprendi¨® el discurso de la subdirectora de Promoci¨®n de Bellas Artes, Bego?a Torres, que descansaba en una retah¨ªla de quejas y pesares sobre el presupuesto exiguo para el arte contempor¨¢neo de su Direcci¨®n General, la falta de recursos del Centro Tabacalera y la voluntariedad del personal adscrito a dicha Direcci¨®n General para paliar y hacer lo posible para seguir con el funcionamiento de dicho centro. Hicimos notar algunos de los all¨ª presentes que nos hubiera gustado escuchar un discurso sobre el impacto de sus programas y de sus centros. Ese era el tema. Otros con una situaci¨®n similar decidieron hace poco dejar sus puestos en el Ministerio de Cultura, tal como decidi¨® Antonio Moral hace escasos meses al frente del Centro Nacional para la Difusi¨®n Musical, cargo del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas (INAEM), como consecuencia de la insoportable burocracia, seg¨²n sus palabras[3].
Esto viene a corroborar que el Ministerio de Cultura necesita, como hemos publicado en la literatura cient¨ªfica[4], mejorar y modernizar la gesti¨®n interna de sus centros y dependencias administrativas. Ello ser¨¢ dif¨ªcilmente de conseguir sin echar mano de los recursos de la investigaci¨®n sobre este tema.
II. La gobernanza de las instituciones culturales, participaci¨®n y agencializaci¨®n:
Ligado con el punto anterior, el Ministerio de Cultura ha de ampliar la base de su participaci¨®n en tanto en la gobernanza de las instituciones y sus canales de participaci¨®n. Una tesis doctoral (F¨¢tima Anllo, 2017) confirma que, en el caso de la pol¨ªtica musical, la desigualdad territorial, el grupo profesional y el ¨¢mbito art¨ªstico son factores que explican la participaci¨®n en los ¨®rganos de decisi¨®n del Ministerio (consejos asesores, jurados premios, comisiones de valoraci¨®n de subvenciones, entre otros) en el caso de la m¨²sica. Ello muestra la necesidad de repensar y reformular las formas de gesti¨®n y de participaci¨®n de una cultura evaluativa como la art¨ªstica.
Por otro lado, pero en la misma direcci¨®n, parece desprenderse si analizamos el papel y las formas de decisi¨®n de los patronos y patronatos de las instituciones culturales, en donde quedan cerrados a la ciudadan¨ªa y a otros subsectores sociales que pueden aportar valor. En un informe de investigaci¨®n de la Fundaci¨®n Alternativas, titulado 'El patronato como mejora de la gobernanza de las instituciones p¨²blicas culturales' [5], David M¨¢rquez Mart¨ªnde la Leona trata de analizar c¨®mo ciertas medidas, rasgos y funciones de los patronatos anglosajones podr¨ªan mejorar la transparencia de las instituciones culturales espa?olas, y con ello tambi¨¦n la rendici¨®n de cuentas y la evaluaci¨®n y el impacto de sus acciones y programas.
Por otro lado, la agencializaci¨®n en el campo de la cultura es un asunto que no ha tenido cabida en la pol¨ªtica cultural espa?ola y que hemos analizado en otros pa¨ªses europeos[6].
III. Valor de las artes, la industria cultural y la creatividad en el turismo:
Siendo la industria del turismo una actividad que aporta 110.000 millones de euros a la econom¨ªa espa?ola, m¨¢s del 11% del PIB, el Ministerio deber¨ªa de estar preocupado de c¨®mo y en qu¨¦ medida las artes y la industria cultural y el patrimonio contribuyen, y en qu¨¦ medida identifican las debilidades y las ineficiencias del sector por ambas partes a trav¨¦s de la investigaci¨®n interdisciplinar[7].
IV. Engancharse a los planes de I+D: retos y misiones:
El Ministerio deber¨ªa jugar un papel activo en los planes de investigaci¨®n, asoci¨¢ndose a grupos de investigaci¨®n, o apoyando iniciativas que est¨¢n vinculadas con los retos y misiones de la investigaci¨®n europea. El papel de la cultura en las sociedades inclusivas, las humanidades digitales, la educaci¨®n art¨ªstica (olvidada tambi¨¦n por el Ministerio de Educaci¨®n), el impacto digital en las profesiones art¨ªsticas, el papel de las profesiones intermediarias y su valor en el tr¨¢nsito al digital, las pol¨ªticas de fomento del arte contempor¨¢neo, entre otros asuntos, son objeto de investigaci¨®n y de debate en Europa. Deber¨ªa, por tanto, fomentar los estudios e investigaciones que muestren desde distintos enfoques disciplinares el impacto de los cambios tecnol¨®gicos y, de alguna manera, dejar de ser un sujeto pasivo y anacr¨®nico de la investigaci¨®n sobre los sectores y ¨¢mbitos de su competencia.
[1] /cultura/2017/12/20/actualidad/1513787814_638017.html
[2]https://www.fidefundacion.es/Concluye-la-II-Jornada-de-Arte-de-Fide-Politicas-culturales-en-Espana-y-Europa-en-las-artes-visuales_a752.html
[3] /cultura/2017/12/20/actualidad/1513787814_638017.html
[4]https://academia.edu/3462577/La_modernizaci¨®n_de_la_gesti¨®n_p¨²blica_de_la_cultura._An¨¢lisis_comparado_del_caso_de_los_equipamientos_culturales_de_las_comunidades_aut¨®nomas_de_Catalu?a_y_Madrid
[6]https://academia.edu/1268889/The_governance_of_national_cultural_organisations_comparative_study_of_performance_contracts_with_the_manin_cultural_organisations_in_England_France_and_Catalonia
[7] https://politica.elpais.com/politica/2017/08/01/actualidad/1501607463_516522.html
(*) Arturo Rubio Arostegui es director de la Escuela de Doctorado de la Universidad Nebrija
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