Los taxis duermen en la calle
La protesta contra las VTC contin¨²a paralizando el centro de las principales ciudades espa?olas
Dentro de sus coches, en tiendas de campa?a o incluso envueltos en mantas en el c¨¦sped. As¨ª pasaron la noche del martes algunos de los taxistas que acamparon y decidieron no abandonar sus coches despu¨¦s de bloquear el Paseo de la Castellana de Madrid el lunes. ¡°Vamos a estar aqu¨ª hasta que esto se arregle¡±, comentaba un taxista acompa?ado de su hija peque?a en la huelga. Ocho de los diez carriles de la calle segu¨ªan ocupados por los coches blancos, aunque se encontraban m¨¢s espacios vac¨ªos entre los veh¨ªculos que el d¨ªa anterior.
Entre los taxistas pod¨ªa distinguirse qui¨¦n se hab¨ªa preparado para la acampada y qui¨¦n decidi¨® unirse de imprevisto. Mientras que algunos llevaron mesas, neveras y sillas de camping, otros abr¨ªan el maletero del taxi y utilizaban el espacio a modo de silla. ¡°La cena fue bien, pero el servicio de desayuno ha llegado un poco tarde¡±, bromeaba un grupo de taxistas que pasaron la noche en dos tiendas de campa?a. Algunos de los conductores que decidieron irse a casa llevaron caf¨¦, agua y bizcochos por la ma?ana a sus compa?eros. ¡°Ahora tenemos suerte porque el edificio nos da sombra, pero nos espera un d¨ªa caluroso y duro¡±, comentaban entre ellos.
Los distintos corros que se formaban entre los taxistas discut¨ªan entre bostezos el plan de acci¨®n y la situaci¨®n en la que ven el sector. Algunos se quejaban de que los actos violentos por parte de algunos taxistas estropea la causa. ¡°Algunos VTC se acercan para que nos cabreemos y les peguemos, pero eso nos quitar¨ªa la raz¨®n¡±, alegaron.
Sentados en sus asientos y en los bulevares, los taxistas escuchaban varios mensajes de audios donde una voz, en¨¦rgicamente, dec¨ªa: ¡°De aqu¨ª no se mueve ni Dios¡±. Pese a haber pasado 24 horas estacionados en la urbe madrile?a, los huelguistas se sienten ¡°fuertes¡± por haber logrado que gran parte del sector les arrope. Frente al Ministerio de Fomento aparcaron cuatro taxis de Portugal en se?al de apoyo que llevaban en las ventanillas mensajes como: ¡°Vuestra lucha es nuestra lucha. Soy taxi¡±. Tambi¨¦n se desplazaron compa?eros de otras partes de Espa?a como Toledo, que fueron recibidos entre aplausos.
La jornada de huelga en Barcelona estuvo marcada por un ambiente muy festivo. Las buenas noticias de un acuerdo con Fomento animaron a los taxistas que acampan desde el viernes en la Gran V¨ªa. Por la ma?ana, los concentrados aplaud¨ªan a los compa?eros que, desde ciudades cercanas como Sabadell o Terrassa acud¨ªan a la c¨¦ntrica calle. El calor de mediod¨ªa encontraba tregua en las botellas de agua que, sacadas de un gran barre?o con mucho hielo, los taxistas paquistan¨ªes reparten entre los concentrados. La estampa de los paquistan¨ªes, el primer grupo de taxistas de Barcelona nacidos en el extranjero (son casi 2.000 en todo el ¨¢rea metropolitana), es la m¨¢s vistosa: sentados en unas alfombras que han instalado en los laterales del paseo de Gr¨¤cia, juegan a cartas, conversan y o rezan.
A primera hora de la tarde se celebr¨® una asamblea, en la que los taxistas de Barcelona decidieron que, a partir de este mi¨¦rcoles prestar¨ªan servicios m¨ªnimos ¡°en hospitales y para personas con problemas de movilidad¡±. La medida llega siete d¨ªas despu¨¦s de que empezara la huelga, y la asamblea para decidirlo dur¨® apenas veinte minutos. La votaci¨®n, a mano alzada, fue otra muestra de festividad m¨¢s que de pr¨¢ctica asamblearia, y dio paso a otra pr¨¢ctica festiva: por la tarde, los hijos de los taxistas jugaron a bolos y a actividades organizadas, con una piscina hinchable al lado para refrescarse de vez en cuando.
Este mi¨¦rcoles comienza el primer turno de vacaciones de los taxistas que, seg¨²n marca la normativa, no pueden trabajar la primera o segunda quincena de agosto seg¨²n si su matr¨ªcula es par o impar. Es por ello por lo que algunos de los manifestantes piensan que muchos veh¨ªculos van a abandonar la concentraci¨®n los pr¨®ximos d¨ªas, independientemente de si la huelga contin¨²a.
Con informaci¨®n de Nahiara S. Alonso, Julio N¨²?ez, Clara Blanchar y Josep Cat¨¤.
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