Los cascarones vac¨ªos que dejar¨¢n los despidos de General Motors en Estados Unidos
El cierre de f¨¢bricas del gigante del autom¨®vil deja profundas cicatrices en Estados como Michigan, Ohio o Maryland

Mike Duggan recuerda estos d¨ªas a las miles de familias y cientos de negocios que tuvieron que desplazarse a otros barrios de Detroit para abrir hueco a la f¨¢brica de General Motors (GM) en Hamtramck. ¡°Hasta seis iglesias¡±, detalla el alcalde de la metr¨®poli. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, la masiva planta de ensamblaje en el patio trasero de la capital del motor es una de las cinco que cesar¨¢ la producci¨®n en el mayor ajuste de la compa?¨ªa desde la bancarrota que anunci¨® en el verano de 2009.
Los afectados son cerca de 14.300 asalariados, el 15% de la plantilla global de la firma
Ah¨ª se fabrican actualmente los modelos LaCrosse de Buick y el ya viejo utilitario enchufable Volt de Chevrolet. Esas dos l¨ªneas terminar¨¢n el 1 de marzo. El 1 de julio lo har¨¢n en el mismo complejo las cadenas de ensamblaje del CT6 de Cadillac y el Impala de Chevrolet. No es la ¨²nica f¨¢brica que cierra en Detroit. La producci¨®n de transmisiones en Warren lo har¨¢ el primero de agosto.
El ajuste afectar¨¢ asimismo a la cadena de ensamblaje en Lordstown, Ohio, del Chevy Cruze, un centro de operaciones en Baltimore, Maryland, y la de Oshawa, una planta que durante varias generaciones dio trabajo a miles de familias en Ontario, Canad¨¢, en los suburbios de Toronto. En total, los afectados son unos 14.300 asalariados de la compa?¨ªa, el equivalente al 15% de la plantilla global. A algunos se les ofrece transferirse a otros complejos donde la producci¨®n crece.
Las cr¨ªticas est¨¢n siendo muy duras. Terry Dittes, responsable de GM en el sindicato United Auto Workers, califica la decisi¨®n de ¡°cruel¡±. Cita los ¡°sacrificios¡± que tuvieron que hacer estos mismos empleados en los ¡°d¨ªas m¨¢s oscuros¡± de la compa?¨ªa durante la recesi¨®n y el dinero que inyect¨® el contribuyente para poder reflotarla. ¡°Ahora ponen los beneficios por delante de las familias trabajadoras¡±, lamenta.
GM registr¨® un beneficio neto de 2.500 millones de d¨®lares (unos 2.200 millones de euros) en el tercer trimestre, despu¨¦s de perder casi 3.000 millones de d¨®lares un a?o antes por las cargas asociadas a la venta de Opel al grupo PSA. Los ingresos globales de la compa?¨ªa crecieron un 6% en el a?o, hasta los 35.800 millones. Pese a este rendimiento, la direcci¨®n justifica el ajuste con la ca¨ªda en las ventas de coches, el alza de costes y la moderaci¨®n econ¨®mica.
¡°Ponen los beneficios por delante de las familias trabajadoras¡±, lamenta un sindicalista
Duggan comparte que la decisi¨®n supone una verdadera bofetada a la memoria, al recordar el rescate de GM hace una d¨¦cada. Por eso dice que har¨¢ pi?a con los sindicatos para plantar cara. ¡°No vamos a rendirnos¡±, asegura el alcalde. ¡°Vamos a tratar de convencerles de que operar una planta moderna en esta zona es posible¡±, contin¨²a. Reacciones similares se repiten por las otras zonas afectadas.
¡°No vieron el cambio¡±
¡°Invert¨ªan el dinero en la continuidad¡±, se?ala Larry Summers, secretario del Tesoro durante la Administraci¨®n Clinton, de 1999 a 2001. ¡°En hacer lo mismo incluso si no hab¨ªa demanda. Sus gestores no vieron el cambio¡±, a?ade. Eso provoc¨® que la compa?¨ªa se hundiera en las deudas mientras se acumulaban las p¨¦rdidas y se volvi¨® altamente improductiva. Su presidenta y consejera delegada, Mary Barra, justifica que la transformaci¨®n que inici¨® hace un a?o de su modelo de negocio trata de anticiparse a la pr¨®xima crisis. Barra se reunir¨¢ el mi¨¦rcoles con senadores de los Estados afectados por los cierres.
GM ya ofreci¨® un plan de bajas incentivadas a 17.700 empleados el pasado octubre, antes de anunciarse los cierres. Solo se acogieron voluntariamente 2.250 asalariados. Estas acciones, argumenta la empresa, deben adoptarse mientras la compa?¨ªa y la econom¨ªa son fuertes. ¡°Necesitamos hacer los movimientos preventivos adecuados para capear los momentos duros que se avecinan¡±, insisten los directivos.
Los recortes buscan ahorros de 6.000 millones de d¨®lares anuales y dotarse de efectivo para invertirlo en ¡°nuevas oportunidades de crecimiento¡±, como el coche el¨¦ctrico y los sistemas de conducci¨®n aut¨®noma donde nuevos rivales como Tesla marcan el camino. ¡°No nos podemos permitir esperar a ver qu¨¦ pasa en la industria y reaccionar despu¨¦s¡±, reitera el fabricante de Detroit en la comunicaci¨®n a los empleados.
Ford Motor inici¨® en abril el proceso para concentrar el 90% de la capacidad de producci¨®n en camionetas pickup, todocaminos y veh¨ªculos comerciales. Son m¨¢s rentables que los turismos. Es algo que hizo Fiat Chrysler. La congresista dem¨®crata Debbie Dingell entiende la nueva realidad que afronta la industria, pero espera que no sea una pantalla de humo para exportar la producci¨®n fuera de EE UU.
¡°Nada se cierra en M¨¦xico y China¡±, lament¨® Donald Trump, ¡°EE UU salv¨® a GM y estas son las gracias que nos da¡±. La compa?¨ªa se est¨¢ beneficiando ahora de los incentivos fiscales. El senador dem¨®crata Sherrod Brown cree que la maniobra refleja hasta d¨®nde puede llegar ¡°la avaricia corporativa¡±. ¡°Frustrante¡±, valora el republicano Rob Portman. El congresista Tim Ryan pide por eso que se investigue c¨®mo GM gasta los miles de millones que se ahorra en impuestos, para saber si los dedica a ¡°inflar sus beneficios¡±.
Un duro golpe para Trump
Los despidos anunciados por General Motors (GM) est¨¢n uniendo a dem¨®cratas y republicanos. Pero sentaron particularmente mal al presidente Donald Trump. Su carrera hacia la Casa Blanca fue impulsada precisamente por los empleados del antiguo tejido industrial que quedaron al margen de la recuperaci¨®n econ¨®mica. La decisi¨®n del gigante del autom¨®vil, por tanto, va en sentido contrario a la promesa del presidente republicano.
Michigan y Ohio fueron dos de los Estados clave donde Trump gan¨® por sorpresa en las presidenciales. All¨ª vendi¨® durante la campa?a que si llegaba a la Casa Blanca recuperar¨ªa la grandeza industrial que EE UU tuvo en los a?os 1970 y 1980. Su pol¨ªtica comercial, en su visi¨®n, est¨¢ dise?ada para apoyar al sector del acero y la automoci¨®n. Pero el modelo pasado no funciona con las nuevas fuerzas de mercado.
La reestructuraci¨®n que tiene en marcha GM responde, sin embargo, a un exceso de capacidad en toda la industria y al cambio de tendencias en la demanda. Se calcula en un mill¨®n los veh¨ªculos de la marca que se queda sin vender. ¡°Deben hacer algo¡±, valora Larry Summers, que fue secretario del Tesoro con el dem¨®crata Bill Clinton. Recuerda que la recesi¨®n no fue el factor que llev¨® a su bancarrota.
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