As¨ª son los ¡®smart contracts¡¯: si no paga una cuota del coche, ya no podr¨¢ abrirlo

El comprador de un coche deja de pagar las cuotas pactadas con la financiera. De forma autom¨¢tica, el contrato emite una orden a trav¨¦s de Internet que bloquea el acceso al veh¨ªculo, de forma que ya no puede ser utilizado. Los t¨¦rminos del acuerdo est¨¢n inscritos en un registro inmodificable y los datos del impago proceden de una fuente fiable y segura. As¨ª, no hace falta ir a juicio para que se ejecute lo pactado y los costes de tramitaci¨®n son m¨ªnimos o nulos. ?Una distop¨ªa? En absoluto. Sistemas como este ya funcionan en Estados Unidos gracias a los contratos inteligentes o smart contracts.

En ellos, el tradicional redactado del contrato es sustituido por un c¨®digo inform¨¢tico de tipo condicional, en el que las partes programan diferentes resultados para una variedad de posibilidades (¡°si pasa A, haz B; pero si se da C, ejecuta D¡±). Pero adem¨¢s, la identidad de las partes, las condiciones del pacto y las circunstancias del cumplimiento son acreditadas por una red de observadores imparciales. Esto es lo que se denomina registro distribuido y existen varias modalidades del mismo. La m¨¢s conocida es la cadena bloques o blockchain.

Mediante esta tecnolog¨ªa, un conjunto de terceros ajenos al negocio (los nodos) act¨²a como fedatario de lo que hacen los dem¨¢s, en unas condiciones que aseguran la identificaci¨®n de las partes e impiden la modificaci¨®n de lo pactado o alteraci¨®n de lo sucedido. Una vez que la red valida un evento, le atribuye un identificador o hash inalterable. Como se?ala Jos¨¦ Mar¨ªa Anguiano, socio de Garrigues, ¡°la incorporaci¨®n del c¨®digo al registro garantiza su inalterabilidad¡±, porque nadie puede modificarlo.

Una vez que el c¨®digo en el que se refleja el contrato se ha incorporado al registro distribuido, solo cabe esperar la llegada de los datos que alimenten las variables establecidas, procedentes de unas fuentes fiables denominadas or¨¢culos. Si estas coinciden con el evento esperado (por ejemplo, la recepci¨®n por parte del vendedor del importe del precio pactado por la venta de un bien), se genera el resultado previsto (la transferencia de la titularidad de ese bien). De ambos hechos queda una constancia ¡°irreversible y permanente¡± en el registro.

Seg¨²n los expertos, estas incipientes tecnolog¨ªas est¨¢n llamadas a jugar un papel muy relevante en el futuro. David Maeztu, socio de 451 Legal, destaca sus ventajas: Al ¡°sustituir la valoraci¨®n humana de los datos recogidos por sistemas m¨¢s neutros, r¨¢pidos y eficientes¡±, permite prescindir de intermediarios (tanto para verificar si se cumple lo acordado como para ejecutar la consecuencia pactada), ¡°con el consiguiente ahorro de costes de intermediaci¨®n y/o gesti¨®n¡±.

Por ello, Pablo Garc¨ªa Mex¨ªa, asesor de Ashurst, se?ala que sus usos potenciales son infinitos. Por ahora, se est¨¢ abriendo camino en el entorno financiero (fintech), ¡°donde se utiliza con mucha intensidad para instrumentar lanzamientos de iniciativas blockchain¡±. Pero tambi¨¦n se est¨¢ utilizando en el ¨¢mbito societario, ¡°como mecanismo de articulaci¨®n de las llamadas Organizaciones Aut¨®nomas Descentralizadas (DAOs)¡±, y en el comercio internacional o el de bienes de consumo conectados al Internet de las cosas (IoT). Pero ¡°puede abarcar cualquier actividad que se pueda articular contractualmente¡±, agrega.

Sin embargo, Anguiano advierte de que el crecimiento de los smart contracts depender¨¢ del desarrollo del IoT. Solo cuando esta se extienda ¡°van a triunfar para la contrataci¨®n en masa¡±, prev¨¦. Por eso hasta el momento no hay ejemplos claros de su uso m¨¢s all¨¢ del sector financiero, el de las apuestas y alg¨²n seguro sencillo. ¡°Los de finanzas van a ser los primeros en salir, porque ya tienen listos los or¨¢culos necesarios¡±, augura.

Protecci¨®n de los consumidores

Pese al nombre con el que se los conoce, los juristas no se acaban de poner de acuerdo sobre la naturaleza de estas operaciones. La tesis m¨¢s extendida considera que no constituyen aut¨¦nticos contratos, puesto que detr¨¢s de uno de estos documentos inteligentes siempre ha de haber un pacto convencional celebrado entre humanos. Garc¨ªa Mex¨ªa considera, no obstante que los smart contracts son plenamente v¨¢lidos, ¡°pues el c¨®digo encierra en s¨ª el articulado y las partes saben que se obligan a trav¨¦s de un c¨®digo autoejecutable e irreversible¡±.

En este sentido, y desde el punto de vista de la defensa de los consumidores, Maeztu advierte de los riesgos de que la parte autora del contrato ¡°determine tambi¨¦n la programaci¨®n del mecanismo de ejecuci¨®n, lo que puede dar lugar a problemas de abuso de esa posici¨®n¡±. Por ello considera necesario que se facilite a la otra parte una informaci¨®n adicional para asegurar un nivel de protecci¨®n adecuado. ¡°El mecanismo de ejecuci¨®n deber¨ªa formar parte de los elementos esenciales del contrato¡±, afirma.

Por otra parte, no hay que olvidar que blockhain es b¨¢sicamente un mecanismo probatorio de unos hechos pero que, como apunta Anguiano, solo puede ser invocado, porque no emite certificados (algo que s¨ª hacen otros registros de tipo centralizado, no distribuido, como Logalty). Y, precisamente, los certificados son el tipo de documentos que mejor entienden los jueces en caso de litigio. Este experto advierte tambi¨¦n de las consecuencias fiscales de la utilizaci¨®n de estos contratos, pues en su opini¨®n van a permitir eludir (que no defraudar) muchos impuestos ¡°o se van a automatizar muchas de las consecuencias derivadas de los impuestos¡±.