Mitos y verdades de la educaci¨®n financiera
Mejora la comprensi¨®n de las causas, efectos y mecanismos de transmisi¨®n de las decisiones econ¨®micas, ya sean particulares o colectivas, es el objetivo fundamental de la educaci¨®n financiera
Mejorar la comprensi¨®n de las causas, efectos y mecanismos de transmisi¨®n de las decisiones econ¨®micas, ya sean particulares o colectivas, es el objetivo fundamental de la educaci¨®n financiera.
La gesti¨®n de las finanzas personales es un ¨¢mbito de nuestras vidas -uno entre muchos otros- que debemos cuidar para llevar una vida equilibrada en sociedad. Vivimos en una sociedad crecientemente compleja, rodeados de informaci¨®n relevante para nuestro bienestar que a menudo no entendemos, malinterpretamos, negamos o simplemente ignoramos. Recibimos avisos y alertas de todo tipo: sobre la amenaza del cambio clim¨¢tico, el cambio de paradigma de la digitalizaci¨®n, la crisis de refugiados, la contaminaci¨®n, la protecci¨®n de la privacidad de nuestros datos personales, la sostenibilidad del Estado del bienestar, la desigualdad creciente, la soledad, el futuro del trabajo, y un largo etc¨¦tera.
Son estos determinantes de nuestro futuro cuya materializaci¨®n en un sentido u otro (m¨¢s ut¨®pico, m¨¢s dist¨®pico) depende de nuestras acciones individuales y colectivas, porque toda acci¨®n tiene implicaciones en el corto y, lo que resulta m¨¢s dif¨ªcil de visualizar porque los humanos somos miopes, en el largo plazo.
La adopci¨®n de soluciones a estos problemas globales, por quien le competa directamente abordarlos -soluciones fundamentalmente de car¨¢cter t¨¦cnico o cient¨ªfico- requiere tomar decisiones, seleccionar entre varias alternativas en funci¨®n de criterios diversos: costes, beneficios, tiempo de implementaci¨®n, complejidad de la transici¨®n, existencia y fortaleza de los grupos de inter¨¦s y resistencia al cambio, entre otros.
La econom¨ªa y las finanzas van de eso, de procurar seleccionar la mejor alternativa entre las opciones disponibles en funci¨®n del contexto, del momento, de las prioridades, de las preferencias y de las expectativas... que determinan lo que es "mejor" en cada caso para el conjunto de la sociedad.
Explicar por qu¨¦ lo considerado "mejor para todos" lo es efectivamente, y procurar que todo el mundo lo entienda -y cuestione-, es a¨²n hoy una asignatura pendiente en Espa?a.
Mejorar la comprensi¨®n de las causas, efectos y mecanismos de transmisi¨®n de las decisiones econ¨®micas, ya sean particulares o colectivas, es el objetivo fundamental de la educaci¨®n financiera que asocio al concepto m¨¢s sencillo de "saber llevar las cuentas de las cosas". As¨ª, "llevar las cuentas de las cosas":
1. Permite visibilizar el esfuerzo que supone hacer que todo funcione ¨Cmiremos a nuestro alrededor, es fascinante- a modo de reconocimiento y de ejercicio de rendici¨®n de cuentas, a todas luces necesario.
Y es que a menudo damos por hecho que "las cosas se hacen solas", sin pararnos a pensar qui¨¦n, c¨®mo, cu¨¢ndo y por qu¨¦ las hace quien est¨¢ llamado a hacerlas, que todo supone un esfuerzo, independientemente de qui¨¦n lo asuma directa o indirectamente.
2. Permite cuestionar con esp¨ªritu cr¨ªtico ¨Cesp¨ªritu cr¨ªtico a fomentar-, y exigir la revisi¨®n, el an¨¢lisis y la actualizaci¨®n desde una perspectiva no tradicional, porque el mundo cambia, todo est¨¢ interrelacionado, son vasos comunicantes, nos guste o no, lo que implica que:
- elegir la opci¨®n A sobre la opci¨®n B es precisamente una renuncia a B, cuyos detalles e implicaciones no siempre nos son presentados o explicados adecuadamente, a menudo se ocultan.
- el mal uso o abuso (free-riding) repercute en la cantidad y calidad del resto de prestaciones, servicios, equipamientos con las que ha de compartir los recursos disponibles, generalmente escasos.
- detectar situaciones ineficaces (que no sirven para el objetivo que persiguen) o ineficientes (sobre-dimensionadas, infra dotadas, lentas, etc.), y comunicarlas a quien corresponda para que las revise y corrija si es que existen los canales habilitados, sea pr¨¢ctica habitual. Las dudas en este punto son: ?Existen estos canales? ?Se utilizan? ?Cumplen su funci¨®n?
3. Facilita la toma de decisiones complejas sobre alternativas disponibles en nuestra vida cotidiana (presupuestos, hip¨®tesis, escenarios, contratos, financiaci¨®n, ahorro, seguros, por mencionar algunos), ayudar a otros a tomarlas o pedir y recibir ayuda sin complejos.
4. Permite distinguir lo razonable de lo sospechoso, ayuda a fomentar la autoprotecci¨®n y a entender que derechos y obligaciones son las dos caras de una misma moneda, la moneda con la que interactuamos en sociedad.
5. Fomenta la participaci¨®n activa. Cada d¨ªa es m¨¢s habitual que empresas, ayuntamientos y otras instancias (p.e. Uni¨®n Europea) fomenten la participaci¨®n de sus grupos de inter¨¦s (empleados, clientes / ciudadanos, contribuyentes) en las tomas de decisiones. Participaci¨®n que, no obstante, cuesta mucho despertar porque como sociedad no estamos acostumbrados a ella, no estamos "entrenados", no nos fiamos cuando se nos pide nuestra opini¨®n. Y es que participar supone un esfuerzo adicional a los ya de por s¨ª demandantes ¨¢mbitos de la vida a los que hac¨ªa referencia al inicio: dedicar tiempo a entender, proponer, debatir, argumentar, comparar y elegir. La participaci¨®n activa se resume en que si nos preguntan, debemos contestar y, para contestar (esto es, hacer el esfuerzo que conlleva), necesitamos dos incentivos b¨¢sicos: (i) entender lo que se nos pregunta (por qu¨¦ es importante y cu¨¢les son las opciones) y (ii) sentir que nuestras respuestas sirven para algo.
Con estos antecedentes ?cu¨¢les son entonces los mitos de la educaci¨®n financiera?
- Mito n¨²mero 1: la educaci¨®n financiera es dif¨ªcil de explicar / entender: sin embargo, todo evento complejo es susceptible de ser explicado de forma sencilla. Todos lo hacemos con nuestros hijos. Es lo que hacen las y los docentes en los colegios con nuestros hijos. Requiere preparaci¨®n, empat¨ªa, paciencia y colaboraci¨®n.
- Mito n¨²mero 2: la educaci¨®n financiera es dif¨ªcil de articular / impartir: no obstante, lo circunscribir¨ªa al hecho de que por no ser un tema prioritario, por no ser considerado importante, no est¨¢ debidamente posicionado en la agenda y por tanto, no se dise?a con el cari?o debido. Adem¨¢s, a menudo queda circunscrito a ¨¢mbitos muy espec¨ªficos (colegios, talleres, herramientas online), cuando su presencia deber¨ªa ser transversal y permanente en todos los ¨¢mbitos de nuestra vida (medios de comunicaci¨®n, relaciones personales, relaciones laborales, etc.)
- Mito n¨²mero 3: la educaci¨®n financiera est¨¢ exenta de subjetividad y sentimientos como el pudor, los tab¨²s y la ideolog¨ªa. Este es, en mi opini¨®n, el mito m¨¢s dif¨ªcil de admitir, y en gran medida, el quid de la cuesti¨®n aqu¨ª y ahora. Parafraseando a Chris Skinner en su libro Digital Human, "el dinero es como el sexo, la religi¨®n o la pol¨ªtica, tres cosas sobre las que desde ni?os se nos anima a no hablar abiertamente".
?Y las verdades?
- Verdad n¨²mero 1: la educaci¨®n financiera es cada d¨ªa m¨¢s necesaria y en pleno siglo XXI no debe concebirse de forma aislada a la educaci¨®n digital.
- Verdad n¨²mero 2: impartir educaci¨®n financiera no debe ser un ejercicio aislado a un momento o lugar determinado; puede y debe ser ejercida de forma cotidiana, por todos nosotros, de forma permanente.
- Verdad n¨²mero 3: impartir educaci¨®n financiera exige ponerse en la piel del otro para evitar caer en la maldici¨®n del conocimiento -cuando sabemos algo, resulta dif¨ªcil ponerse en el lugar de quien no lo sabe- y despertar el inter¨¦s de los destinatarios. En definitiva.
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