La banca y los tipos bajo cero
Las decisiones anunciadas por el BCE han supuesto un nuevo jarro de agua fr¨ªa para los bancos europeos y espa?oles, y as¨ª lo han recogido las valoraciones burs¨¢tiles, con p¨¦rdidas iniciales superiores al 5%, aunque en los d¨ªas posteriores se han recuperado algo. En el pack anunciado parece venderse ¡°una de cal y otra de arena¡±: un desplazamiento en la expectativa de normalizaci¨®n de tipos, que sin duda tiene efectos muy adversos sobre los m¨¢rgenes bancarios, y el anuncio de una nueva ronda de liquidez a medio plazo (?TLTRO a dos a?os) como apoyo de liquidez a las entidades, condicionada a la concesi¨®n de cr¨¦dito a empresas y al consumo.
Pero es obvio que ambas medidas son claramente asim¨¦tricas, en cuanto a efecto tangible sobre los m¨¢rgenes y cuentas de resultados bancarios. As¨ª, el efecto neto de la nueva l¨ªnea de liquidez depender¨¢ de una demanda de cr¨¦dito que hoy no parece ser especialmente boyante, lo que dificultar¨¢ el cumplimiento de los objetivos que finalmente establezca el BCE para beneficiarse de una l¨ªnea que ya no incorpora la prima de un tipo de inter¨¦s negativo, como era el caso en las anteriores rondas de TLTRO.
La otra decisi¨®n, cuyos efectos son m¨¢s adversos, y ciertos desde el inicio, se refiere al retraso en la normalizaci¨®n de tipos de inter¨¦s, que se pospone hasta el pr¨®ximo a?o, y en todo caso muy condicionada a la evoluci¨®n macroecon¨®mica, y de los riesgos externos. Ello implica el mantenimiento del nivel cero en el tipo de referencia y el ¡°bajo cero¡± (-0,40%) en la facilidad marginal de dep¨®sito que aplica el BCE al exceso de reservas mantenido por los bancos europeos.
No cabe duda que durante los primeros a?os tras la crisis fue muy favorable para los bancos esa pol¨ªtica de tipos cero. Aunque los m¨¢rgenes unitarios se comprimieron fuertemente, otros factores de negocio se beneficiaron claramente de esos tipos cero. Entre ellos, la realizaci¨®n de importantes plusval¨ªas en carteras de renta fija, el crecimiento de comisiones derivada del desplazamiento del ahorro hacia fondos de inversi¨®n y la reducci¨®n de la morosidad por unos menores costes financieros a soportar por los prestatarios, as¨ª como de la mejora en la econom¨ªa. Pero en la actual situaci¨®n han desaparecido todos esos factores favorables y, sin embargo, persiste el efecto adverso de la presi¨®n que sobre los m¨¢rgenes ejerce un tipo ¡°bajo cero¡± que penaliza a las reservas y que no es susceptible de ser trasladado a los clientes de pasivo, para quienes el nivel cero es una barrera psicol¨®gica infranqueable a la baja.
Si bien es cierto que es el d¨¦bil contexto macroecon¨®mico, y no una obsesi¨®n del BCE, lo que impide una m¨¢s pronta normalizaci¨®n de los tipos, s¨ª que deber¨ªa ser objeto de correcci¨®n la distorsi¨®n que supone el tipo negativo para todas las reservas excedentarias, distorsi¨®n que se traslada a toda la curva de tipos monetarios.
?ngel Berges y Jes¨²s Morales son profesores de AFI-Escuela de Finanzas.
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