Espa?a resiste el par¨®n europeo
La fortaleza de la demanda nacional sostiene el diferencial positivo de la econom¨ªa nacional
En la segunda mitad del pasado a?o la econom¨ªa espa?ola logr¨® mantener un ritmo s¨®lido de crecimiento a pesar del frenazo de la econom¨ªa europea. Es cierto que el sector industrial no pudo sustraerse a la ca¨ªda del comercio internacional ni a las disrupciones que afectaron a la fabricaci¨®n de autom¨®viles, y sufri¨® un descenso en su actividad, pero este fue contrarrestado por la positiva evoluci¨®n en el resto de sectores, impulsados por la demanda interna. Este desligamiento entre el ciclo espa?ol y el europeo parece haberse mantenido en el primer trimestre de este ejercicio, a la vista de los indicadores disponibles.
As¨ª, los ¨ªndices de actividad apuntan a una recuperaci¨®n de la industria en enero, aunque podr¨ªa haberse revertido en febrero, seg¨²n anticipan los indicadores de confianza, presentando, en todo caso, un tono plano en el conjunto de ambos meses. Por su parte, los servicios y la construcci¨®n habr¨ªan mantenido una trayectoria expansiva en el periodo.
Por otra parte, las exportaciones de bienes en enero no se han recuperado de la debilidad manifestada a lo largo de 2018, debido fundamentalmente a la negativa evoluci¨®n de las destinadas a la UE, y siguen evolucionando por debajo de las importaciones, impulsadas estas por la fortaleza de la demanda nacional.
Finalmente, en cuanto al empleo, las afiliaciones a la Seguridad Social en enero y febrero crecieron a un ritmo m¨¢s moderado que el observado de media a lo largo de 2018, pero todav¨ªa relativamente intenso. Destac¨® especialmente la positiva evoluci¨®n en el sector de la construcci¨®n.
A partir de todo lo anterior se puede estimar un crecimiento del PIB del 0,6% en el primer trimestre, en l¨ªnea con la cifra anticipada por el Banco de Espa?a, un ritmo superior al esperado, y superior tambi¨¦n al que se prev¨¦ para la eurozona. El origen de esta divergencia se encuentra en la mencionada fortaleza de la demanda nacional ¡ªtanto consumo p¨²blico como consumo privado e inversi¨®n¡ª, que impulsa la actividad en la construcci¨®n y los servicios compensando el impacto negativo de la debilidad exterior sobre el sector industrial.
Por ahora no hay motivo para esperar un ajuste brusco de la demanda nacional, ya que no se han generado desequilibrios que puedan desencadenar un mecanismo de autocorrecci¨®n, y solo se contempla una moderaci¨®n de la misma. A esto se a?ade que el crecimiento fue mayor de lo esperado en el ¨²ltimo trimestre de 2018 y en el primero de 2019. Esto ejerce un efecto de arrastre sobre la tasa de crecimiento de este a?o que compensa el recorte en la cifra esperada de crecimiento de las exportaciones, consecuencia de la dr¨¢stica revisi¨®n a la baja de las previsiones para la eurozona. En consecuencia, las perspectivas de crecimiento para Espa?a no se han modificado, y el ¨²ltimo consenso de analistas de marzo segu¨ªa manteniendo la previsi¨®n media para 2019 en el 2,2%.
No obstante, su cumplimiento est¨¢ condicionado a que el par¨®n econ¨®mico en Europa sea un fen¨®meno transitorio, lo que en estos momentos constituye la opini¨®n m¨¢s generalizada. Si la situaci¨®n fuese m¨¢s persistente de lo que pensamos, o si se materializaran algunos riesgos importantes ¡ªcomo un Brexit sin acuerdo que, entre sus imprevisibles efectos, genere incertidumbres legales y econ¨®micas, paralice transacciones y desate el caos¡ª ser¨ªa inevitable el contagio a la econom¨ªa espa?ola.
El vigor de la demanda nacional nos permite, en suma, sostener a corto plazo el ritmo de crecimiento, pero tiene varias implicaciones negativas. En primer lugar, dado que se produce en un contexto de debilidad externa, conlleva un crecimiento de las importaciones superior al de las exportaciones, y, por tanto, un descenso del super¨¢vit de la balanza por cuenta corriente. En segundo lugar, en la parte en que procede del gasto p¨²blico, est¨¢ suponiendo un aumento del d¨¦ficit estructural que nos pasar¨¢ factura cuando el ciclo se de la vuelta. Y en tercer lugar, ha llevado la tasa de ahorro de los hogares a m¨ªnimos hist¨®ricos, dejando a estos en una situaci¨®n de d¨¦ficit financiero, lo que tambi¨¦n tendr¨¢ sus consecuencias en el cambio de ciclo, ya que el ajuste que tendr¨¢n que realizar entonces para recomponer su situaci¨®n financiera ser¨¢ m¨¢s severo.
Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, economista s¨¦nior de Funcas.
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