Jonathan Tepper: el azote de los monopolios
Este economista denuncia que, tras cuatro d¨¦cadas de fusiones empresariales, hay un problema ¡°grave¡± por el impacto de la menor competencia en los salarios
El diagn¨®stico es un¨¢nime: el mundo est¨¢ enfermo de desigualdad. Donde hay diferencias es en la receta para curarlo. A los impuestos sobre el capital prescritos por Thomas Piketty y a la guerra comercial declarada por Donald Trump se le sum¨®, a finales del a?o pasado, una nueva f¨®rmula: terminar con los monopolios y con el poder desmedido que estos ejercen sobre precios, sueldos y leyes. Esa es la tesis de The Myth of Capitalism: Monopolies and the Death of Competition, un libro del economista Jonathan Tepper. Escrito con la ayuda de Denise Hearn, este ensayo repasa la ola de fusiones y adquisiciones que comenz¨® con la presidencia de Ronald Reagan y lleva ya 40 a?os para explicar por qu¨¦, pese a las ca¨ªdas en la tasa de desempleo y las alzas en los beneficios corporativos, los sueldos de los estadounidenses se resisten a mejorar. Vali¨¦ndose de los ejemplos de Google, Mastercard, Visa, Microsoft, adem¨¢s de los oligopolios varios que dominan la industria estadounidense, Tepper analiza las consecuencias que para el ciudadano ha tenido la falta de libre competencia, uno de los principios fundacionales del capitalismo.
Algunos efectos suenan evidentes, como la potestad de los monopolistas para subir precios sin perder mercado. Seg¨²n un estudio citado por Tepper, en las fusiones que dejan en menos de siete al n¨²mero de competidores, el encarecimiento inmediato de los productos ha sido de un 4,3% en promedio. Otra consecuencia m¨¢s o menos esperable es el poder de las empresas para frenar el alza de los sueldos (¡°cuando los empleados tienen menos opciones para elegir dentro de su sector, su poder de negociaci¨®n desaparece¡±, escribe), o la de hacer lobby para lograr derechos de propiedad intelectual claramente abusivos. El ejemplo cl¨¢sico es Mickey Mouse, un anciano de 90 a?os cuyo copyright es prorrogado una y otra vez gracias al poder pol¨ªtico de Disney.
Cuando los empleados tienen menos opciones en un sector, su poder de negociaci¨®n desaparece
Pero hay efectos menos intuitivos, como el de las p¨¦rdidas en productividad que achaca a los nuevos oligopolios. ?No son la eficiencia y las econom¨ªas de escala los argumentos de todas las fusiones? Durante una entrevista por Skype, Tepper se explica: ¡°La productividad est¨¢ atada, en gran parte a la inversi¨®n, y cuando eres un monopolista, las ganancias hacen que te vuelvas gordo y perezoso, con menos incentivos para invertir, como hemos visto en muchas industrias, con algunas excepciones¡±. Google y Facebook, monopolios en b¨²squeda online y redes sociales, son dos de esas excepciones: siguen invirtiendo porque necesitan ganar cuota de mercado. Aun as¨ª, dice Tepper, ¡°lo hacen a un ritmo m¨¢s bajo de lo que corresponder¨ªa si no hubiera tanta concentraci¨®n, que es lo que en general demuestran los estudios industria tras industria: hay mucho menores niveles de inversi¨®n cuando hay monopolios¡±.
El caso alem¨¢n
Un llamativo cap¨ªtulo del libro recuerda la decisi¨®n de EE UU de descartelizar la Alemania de posguerra para prevenir el totalitarismo. Los monopolios no provocaron el nazismo, aclara Tepper, pero ayudaron. ¡°Esa historia me interes¨® porque los estadounidenses se dieron cuenta de que a Hitler le hab¨ªa bastado con convencer a unos pocos industriales; tambi¨¦n la escrib¨ª para subrayar la iron¨ªa de que EE UU export¨® a Europa su movimiento antimonopolio y luego olvid¨® sus propias lecciones¡±.
En el libro, Milton Friedman aparece como el punto de inflexi¨®n que pondr¨¢ fin a la exitosa lucha antimonopolios iniciada con Franklin D. Roosevelt. No porque el padre del neoliberalismo le dedicara mucho pensamiento al tema, sino por la Escuela de Chicago que ¨¦l cre¨®: ¡°En ella s¨ª hubo importantes economistas y abogados, como Richard Posner, que propusieron permitir los monopolios, las fusiones y adquisiciones, con el argumento de la eficiencia¡±.
La teor¨ªa suena bien siempre y cuando esas eficiencias se compartan con los consumidores. Y eso es lo que habr¨ªa pasado en el mundo de la competencia perfecta so?ado por el neoliberalismo: la empresa que no baja sus precios cuando los costes lo permiten termina siendo desplazada por un competidor menos carero. El problema es que en la f¨®rmula ideal nunca se tiene en cuenta el poder pol¨ªtico y financiero de las grandes corporaciones, capaces de torcer regulaciones en su favor o de liquidar, con precios imposibles, a sus competidores m¨¢s humildes.
Hemos pasado de impedir que peque?as empresas se unieran a permitir aut¨¦nticos duopolios
Pero si no se demostraban en la pr¨¢ctica, ?por qu¨¦ fueron tan populares las ideas de la Escuela de Chicago en la desregulaci¨®n de los monopolios? ¡°Eran personas muy inteligentes, capaces de explicar a los pol¨ªticos en qu¨¦ consist¨ªan sus ideas¡±, dice. ¡°Tambi¨¦n pienso que la historia tiene un movimiento pendular. Cuando Friedman escrib¨ªa, todo el mundo estaba en contra de los monopolios. En los a?os sesenta y setenta tal vez hubo fusiones que se debieron de haber permitido. El problema es que estamos en 2019, llevamos cuatro d¨¦cadas de fusiones, y tenemos un problema grave. Hemos pasado de impedir que peque?as empresas pudieran unirse a permitir aut¨¦nticos duopolios sin que los reguladores digan nada¡±. Para Tepper, la ¨²nica manera de terminar con la creciente desigualdad en Estados Unidos es deshacer los monopolios y evitar que vuelvan a crearse: repartir el poder econ¨®mico para distribuir tambi¨¦n el pol¨ªtico. En su an¨¢lisis, la subida de impuestos al capital propuesta por Piketty es buena pero insuficiente. Como dice el propio Tepper, ¡°trata los s¨ªntomas pero no la causa¡±.
Soluciones
Como si fuera un manual, el libro suma al diagn¨®stico un ¨²ltimo cap¨ªtulo con regulaciones posibles para descartelizar y devolver la competencia al coraz¨®n del capitalismo. Dice que algunos pol¨ªticos ya se han puesto en contacto con ¨¦l. No puede revelar nombres pero s¨ª decir que hay de los dos bandos. ¡°Hay un reconocimiento de que se trata de un problema grave a solucionar. Incluso los pol¨ªticos de derechas, los que en teor¨ªa deber¨ªan de estar de acuerdo con las ideas de Chicago, quieren reformas¡±.
Las fusiones presentan claras ventajas para las empresas. Como escriben Tepper y Hearn en su libro publicado en noviembre, con ellas se alcanza ¡°el santo grial de las sinergias, reduciendo el n¨²mero de cargos en contabilidad, asuntos legales y recursos humanos¡±. Pero los beneficios estimados por lo que Tepper llama ¡°economistas a sueldo¡± suenan un poco fantasiosos: la consultora Deloitte calcul¨® que los ahorros anunciados por las empresas fusion¨¢ndose en 2015 sumaban un total de 1,9 billones de d¨®lares, una cantidad superior al PIB de Espa?a o de Canad¨¢. Adem¨¢s de exageradas, dice Tepper, esas sinergias ni siquiera se traducen en precios menores. Su libro est¨¢ plagado de citas a papers que demuestran todo lo contrario, con encarecimientos generalizados en las empresas fusionadas y en las restantes del sector. Por no hablar del peso pol¨ªtico que acumulan las nuevas corporaciones para imponer salarios y cl¨¢usulas abusivas con sus trabajadores, como las que impiden buscar empleo en una empresa competidora o demandar a su empleador.
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