¡®Riders¡¯ y aut¨®nomos: jugarse el tipo para repartir en bicicleta por 4,5 euros el pedido
Repartidores que trabajan para empresas como Glovo o Deliveroo creen que el modelo laboral de estas plataformas les desampara
A los pies de la Sagrada Familia de Barcelona decenas de repartidores se confunden con los turistas. Van y vienen de los restaurantes de comida r¨¢pida en un hormigueo de motos y bicicletas. Trabajan para empresas como Glovo, Deliveroo, Stuart o Uber Eats pero no son sus empleados, ya que se pagan sus cotizaciones sociales bajo el r¨¦gimen de aut¨®nomos. Muchos de ellos han migrado a Espa?a y han encontrado en este empleo la manera de enviar dinero a casa. Intentan hacer 10 o 12 horas al d¨ªa para entregar el m¨¢ximo n¨²mero de pedidos y muchos reconocen haberse saltado sem¨¢foros o hacer imprudencias para correr y facturar m¨¢s.
El pasado domingo, Pujan Koirala, un repartidor de 22 a?os de origen nepal¨ª que trabajaba con la cuenta de Glovo de otra persona, falleci¨® en Barcelona tras ser atropellado por un cami¨®n de la basura. El suceso motiv¨® una protesta y reabri¨® el debate sobre el modelo laboral de estas plataformas, cuestionado en varios juzgados y en la Inspecci¨®n de Trabajo.
¡°Preferir¨ªamos estar contratados. Para que te salga a cuenta, tienes que darle mucha ca?a a la bici; hacer, si puedes, tres pedidos a la hora¡±, dice Ricardo Valbuena, de 24 a?os, mientras espera a que salga una hamburguesa en el McDonald¡¯s que hay frente a la Sagrada Familia. Lleg¨® a Espa?a desde Venezuela hace un a?o, y lleva varios meses como repartidor de Glovo. La empresa se?ala que el 40% de los repartidores ¡°colabora 15 horas o menos a la semana¡± y el 22% entre 20 y 30 horas a la semana. Ricardo y sus compa?eros Brailey y Guillermo, de 27 y 30 a?os, hacen entre 50 y 60 horas.
Glovo defiende
que informa sobre seguridad vial
a sus recaderos
La empresa defiende su modelo y asegura que con el r¨¦gimen de aut¨®nomos puede dar ¡°flexibilidad¡± a estudiantes que combinan trabajos. La edad media de los riders de Glovo ¡ª1.500 en Barcelona, 7.000 en Espa?a¡ª es de 32 a?os. La compa?¨ªa considera que los repartidores son socios y les hace pagar por el uso de la aplicaci¨®n dos euros cada 15 d¨ªas. Glovo, valorada en 300 millones, ha conseguido 285 millones de euros en rondas de financiaci¨®n.
El sueldo medio de un rider que trabaja 27 horas a la semana, seg¨²n Glovo, es de 1.100 euros al mes, alrededor de 4,5 euros el pedido. Descontando el IRPF y la cuota de aut¨®nomos salen 651,7 euros. El repartidor tiene que aportar el veh¨ªculo y sus reparaciones, el m¨®vil con contrato y la mochila, que le compra a la empresa. ¡°Y al cabo de unos meses de estr¨¦s, hasta el psic¨®logo, porque al final nos estamos jugando la vida¡±, a?ade Isaac Rodergas, un rider de 42 a?os que lleva en la mochila el mensaje ¡°el que reparte se queda la peor parte¡±. ¡°No me dicen nada, y ojal¨¢ lo hicieran, eso significar¨ªa que reconocen que soy un empleado¡±, dice.
¡°Al principio te explican lo de la flexibilidad, pero luego te das cuenta de que si quieres que este sea tu trabajo, tienes que estar todo el d¨ªa pegado al m¨®vil. Solo puede escoger el horario el que tiene una puntuaci¨®n mayor en la aplicaci¨®n; y si tienes una mala valoraci¨®n de un solo cliente, la puntuaci¨®n baja¡±, detalla Rodergas, quien lleva dos a?os como rider. Su padre, jubilado, tambi¨¦n fue durante un tiempo repartidor.
¡°La precariedad sigue ah¨ª, lo ¨²nico que ha cambiado es que todos llevamos un m¨®vil¡±, se?ala Natxo Parra, abogado del Colectivo Ronda que defiende a algunos de los exrepartidores de Deliveroo. El viernes se celebr¨® en Madrid un juicio para dirimir si 532 riders que han trabajado para esta empresa brit¨¢nica son falsos aut¨®nomos, como ha concluido la Inspecci¨®n de Trabajo en varias ciudades. La polic¨ªa laboral tambi¨¦n sac¨® la misma conclusi¨®n de los repartidores de Glovo en Madrid, Valencia, Zaragoza y Barcelona. Menos unanimidad hay hasta ahora en los tribunales: a favor de la empresa hay, al menos, tres sentencias; en contra, cinco.
Las noches del fin de semana concentran las horas de m¨¢s demanda y la espera se alarga. En un banco frente a una tienda de KFC, una rider que prefiere mantener el anonimato se pone hielo en la rodilla. Se ha ca¨ªdo de la bici, pero vuelve a montar. ¡°Tengo que ir a entregar el pedido, un amigo me ayudar¨¢¡±, suspira. El debate sobre el modelo laboral centra las charlas del grupo de j¨®venes, sobre todo despu¨¦s de la muerte de Koirala. ¡°A todos nos impact¨®, nunca sabes si te va a tocar a ti. La calle es muy fuerte, sobre todo de noche¡±, dice Ricardo. Aseguran no conocer a nadie que use una cuenta de otro, pero admiten que es una v¨ªa de entrada para quien llega a Espa?a sin papeles.
¡°Preferir¨ªa estar contratado, hay que dar mucha ca?a a la bici¡±, dice un ¡®rider¡¯
Glovo ha asumido pagar la indemnizaci¨®n a la familia del nepal¨ª con el seguro privado que asiste a los repartidores. La empresa afirma que ¡°la seguridad en la carretera es una prioridad¡± y que en la entrevista dan informaci¨®n a los riders sobre seguridad vial. Tambi¨¦n trabaja para controlar el fraude en las cuentas. ¡°Es muy minoritario, lo controlamos mediante un sistema de denuncias de usuarios y establecimientos, y mediante controles aleatorios¡±, explica Sacha Michaud, fundador, junto a ?scar Pierre, de la aplicaci¨®n con base en Barcelona.
La plataforma Riders por Derechos lamenta que ya hace un a?o se anunciaron controles (huella digital o la identificaci¨®n facial) y no han llegado. ¡°Cuando una empresa ha hecho todo lo posible para evitar un accidente y ocurre, es una desgracia. Cuando no ha hecho todo lo posible, es una negligencia¡±, dice Oriol Alfambra, uno de los portavoces.
Enganchados al m¨®vil para que salga a cuenta
El kit de supervivencia de los riders lo forman una bater¨ªa externa para el m¨®vil y los consejos que se dan entre ellos. El objetivo es que cada minuto cuente. "Te vas conociendo los trucos. Por ejemplo, a 100 metros de la tienda ya puedes decir que est¨¢s en ella, y empieza a correr el tiempo. Despu¨¦s de los cinco minutos te pagan dos c¨¦ntimos el minuto", explica Isaac Rodergas, que tiene milimetrados los movimientos para aparcar la moto, con el objetivo de no perder ni un segundo. Glovo solo paga un plus por lluvia, una bonificaci¨®n que lograron los repartidores tras una huelga en 2017.
Seg¨²n el abogado Natxo Parra, estas condiciones no son las de un aut¨®nomo. "Esta figura se pens¨® para profesionales liberales que generan un valor a?adido. No est¨¢n sujetos al Estatuto de los Trabajadores ni a los convenios colectivos, que regulan la jornada, las vacaciones, los permisos, un sueldo m¨ªnimo...", aclara. El abogado destaca que la empresa no da formaci¨®n para la prevenci¨®n y que las condiciones de trabajo tampoco invitan a que el rider sea precavido. Tambi¨¦n est¨¢n en desventaja en la protecci¨®n social. "Estos repartidores cotizan el m¨ªnimo, lo que da un m¨ªnimo de cobertura".
La asociaci¨®n Asoriders s¨ª que est¨¢ de acuerdo con el modelo de aut¨®nomos. Esta entidad, criticada por su cercan¨ªa a las empresas, lleg¨® a un acuerdo profesional con Deliveroo para que sus repartidores tuviesen m¨¢s ventajas. Otra plataforma, la Asociaci¨®n Profesional de Riders Aut¨®nomos, que ha recibido cr¨ªticas por parte de sindicatos y repartidores por las mismas razones, tambi¨¦n defiende el modelo. ¡°De contratarnos, perder¨ªamos flexibilidad¡±, dice su presidente, Jordi Mateo.
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