La trampa del dinero gratis
La acci¨®n solitaria del BCE, a¨²n a dosis mayores, pierde eficiencia y genera adicci¨®n
Nuestro destino econ¨®mico reciente ha estado ¨ªntimamente ligado al del euro. La reca¨ªda en la crisis en 2010-2011 se debi¨® a la percepci¨®n en los mercados de que nuestra deuda no gozaba del respaldo del Banco Central Europeo, que ostenta el monopolio sobre la creaci¨®n de euros. Esa sensaci¨®n provoc¨® un aumento de la prima de riesgo sobre la deuda espa?ola, y una par¨¢lisis del cr¨¦dito con las consecuencias econ¨®micas y sociales que ya conocemos. Y solo emprendimos la recuperaci¨®n cuando el reci¨¦n nombrado presidente del BCE, Mario Draghi, se comprometi¨® a hacer todo lo que fuera necesario para salvaguardar la moneda ¨²nica.
Conviene, por tanto, determinar si las nuevas medidas de relajaci¨®n monetaria anunciadas la semana pasada, y precisadas por Draghi en sus declaraciones desde Sintra, son las que convienen a la econom¨ªa espa?ola. El BCE podr¨ªa retomar las compras de deuda p¨²blica, recortar el principal tipo de inter¨¦s hasta terreno negativo y proceder a ingentes inyecciones de liquidez, en reacci¨®n a la d¨¦bil inflaci¨®n y al inesperado debilitamiento de la econom¨ªa europea. El contexto podr¨ªa empeorar por el giro coyuntural de EE UU, que se a?ade a la ralentizaci¨®n china y el par¨®n del comercio internacional, pulm¨®n de la industria europea.
Sin embargo, todo apunta a que el arsenal ultraexpansivo que nos sac¨® de la crisis est¨¢ perdiendo su eficacia, a la vez que presenta riesgos. Primero porque el desendeudamiento de las empresas limita mec¨¢nicamente los beneficios de la reducci¨®n de tipos de inter¨¦s. Hoy por hoy, las empresas pagan 11.600 millones de euros en intereses, casi la cuarta parte que en 2012, cuando ten¨ªan que soportar unos pasivos muy elevados. Adem¨¢s, las empresas se muestran reticentes a aprovechar el abaratamiento del cr¨¦dito para pedir nuevos pr¨¦stamos e invertir. Los excedentes empresariales ¡ªunos 31.000 millones en 2018¡ª hacen innecesario que acudan a las oficinas de los bancos.
Asimismo, gracias a la amortizaci¨®n de pr¨¦stamos contra¨ªdos en el pasado, las cargas financieras sobre las familias se han reducido desde 22.000 millones en 2012, hasta 5.200 millones estimados en la actualidad. Por tanto, un nuevo recorte de tipos de inter¨¦s tendr¨¢ escaso efecto sobre las cuentas. Las familias, que apenas ahorran, s¨ª que podr¨ªan incrementar su recurso al cr¨¦dito, con el riesgo de que surja una nueva burbuja inmobiliaria y de cr¨¦dito al consumo.
Por otra parte, un recorte de tipos tiende a limitar los ya escasos m¨¢rgenes bancarios, incidiendo negativamente sobre el saneamiento del sector. Seg¨²n el BCE, las entidades podr¨ªan compensar este efecto negativo con un incremento del volumen de negocios, que pasa por un incremento del cr¨¦dito, algo que, como hemos visto, o no ser¨¢ f¨¢cil (caso de las empresas) o puede ser insostenible (caso de las familias).
Algunos analistas pronostican un debilitamiento del euro frente al d¨®lar por el giro del BCE, como ya ocurri¨® despu¨¦s del 2012 y benefici¨® a las exportaciones europeas, a expensas de los productos americanos. Sin embargo, esta es una perspectiva incierta teniendo en cuenta que la Reserva Federal se est¨¢ adelantando en el recorte de tipos, adem¨¢s de provocar la ira del presidente Trump, que no ha perdido la ocasi¨®n para acusar a Europa de devaluar su moneda artificialmente.
Los Estados son los ¨²nicos actores claramente beneficiados por las medidas. Ahora pueden endeudarse a un coste irrisorio, como es el caso en Espa?a, donde el Tesoro coloca bonos a 10 a?os a un tipo de inter¨¦s de apenas 0,4%, aligerando las cargas financieras. La cuesti¨®n es c¨®mo pueden los Estados utilizar ese espacio para apoyar una pol¨ªtica monetaria que pierde efectividad y crea un contexto propenso a nuevas burbujas. Los pa¨ªses con super¨¢vit fiscal, como Alemania, no reaccionan ni parece que tengan intenci¨®n de hacerlo. El Eurogrupo ha anunciado un instrumento anticrisis, pero por ahora sin fondos. Nos encontramos, por tanto, a la espera de una iniciativa fiscal de envergadura de la pr¨®xima Comisi¨®n Europea. Y conteniendo la respiraci¨®n ante la evoluci¨®n geopol¨ªtica.
Raymond Torres es director de Coyuntura en Funcas. En Twitter: @RaymondTorres
El bono espa?ol al 0,42%
La rentabilidad de los bonos p¨²blicos espa?oles con vencimiento a 10 a?os cae hasta niveles sin precedentes, cercanos al 0,42%, un punto menos que hace un a?o. Tambi¨¦n se reduce el diferencial con respecto al bono de referencia alem¨¢n (70 puntos b¨¢sicos, frente a 120 puntos hace un a?o). En la actualidad, el Tesoro logra colocar deuda en condiciones netamente m¨¢s favorables que EE UU, Italia y Reino Unido. Tambi¨¦n Portugal est¨¢ logrando importantes avances y su bono cotiza ligeramente por encima del espa?ol (0,57%).
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