David Yang: ¡°La tecnolog¨ªa al volante nos ayuda, pero no nos reemplaza¡±
El centro que dirige sobre Seguridad V¨ªal en EE UU trata de reducir las 100 muertes diarias que se producen de media en las carreteras estadounidenses
David Yang (Taiw¨¢n, 1969) es una referencia mundial en seguridad vial. Tras doctorarse en ingenier¨ªa en la Universidad Purdue (Indiana), trabaj¨® para el Departamento de Transportes de Estados Unidos y la Administraci¨®n Federal de Carreteras de dicho pa¨ªs. Tambi¨¦n fungi¨® como consultor en distintas firmas privadas. Desde octubre de 2016 es director general de la Fundaci¨®n para la Seguridad Vial de la Asociaci¨®n Americana del Autom¨®vil (AAA). Creada en 1947, esta fundaci¨®n investiga y contribuye, en materia de prevenci¨®n, sobre un problema que provoca unas 100 muertes diarias en EE UU.
Pregunta. Su fundaci¨®n subraya el peligro derivado del cansancio, aunque las personas hayan descansado varias horas antes de conducir. ?De d¨®nde proviene este inter¨¦s?
Respuesta. Uno de nuestros objetivos es alertar sobre la falta de sue?o como un factor de riesgo muy importante. Seg¨²n nuestras investigaciones, la fatiga produce un 10% de los accidentes viales, mientras que las autoridades federales de EE UU dicen que provoca entre el 1% y 2%. Como conductores, pensamos m¨¢s en otro tipo de peligros, como el alcohol y la velocidad, o creemos que el riesgo se da cuando no dormimos del todo. Pero las posibilidades aumentan considerablemente con cada hora menos de sue?o. Brian Tefft, uno de nuestros investigadores, as¨ª lo ha demostrado: dormir una o dos horas menos de las recomendadas aumenta el doble el riesgo de accidentes y los peligros se multiplican conforme duermas menos. Pesta?ear puede ser fatal.
P. Hay un consenso sobre los riesgos relacionados con los m¨®viles al volante. Sin embargo, ustedes han alertado de que los sistemas de asistencia vocal no son una soluci¨®n tan segura. ?Puede explicar por qu¨¦?
R. Cuando conduces, necesitas estar concentrado. De ah¨ª el peligro, bien establecido, de los m¨®viles. La tecnolog¨ªa, como la de asistencia vocal, puede ayudarte, pero tambi¨¦n tiene riesgos. Nosotros analizamos tres tipos de distracci¨®n: visual, manual y cognitiva, cuando tu mente est¨¢ en otro lado, a pesar de que miras el camino y tienes las manos en el volante. Por eso la asistencia vocal no es la soluci¨®n m¨¢gica. Puede contribuir a provocar esta distracci¨®n.
P. Su fundaci¨®n se?ala que es necesario informar mejor sobre los sistemas avanzados de asistencia a la conducci¨®n (ADAS). ?Por qu¨¦?
R. Es una situaci¨®n que nos preocupa. Ya hemos investigado al respecto y actualmente llevamos a cabo otro estudio sobre las consecuencias de utilizar estos sistemas. El a?o pasado presentamos un informe sobre el tema, luego de consultar a personas que tienen coches con esta tecnolog¨ªa. Hallamos que mucha gente ya no est¨¢ realizando las tareas con el mismo cuidado de antes, ya que tienen en mente que el coche lo har¨¢. Ah¨ª est¨¢ el problema: las tecnolog¨ªas ya disponibles en algunos autom¨®viles est¨¢n para ayudarnos, no para remplazarnos. El riesgo es confiarnos demasiado. Estas tecnolog¨ªas tienen a¨²n l¨ªmites. En estos momentos no hay un coche en el mercado completamente seguro.
P. Hay esperanzas y tambi¨¦n temores relacionados con el veh¨ªculo de conducci¨®n aut¨®noma. ?Qu¨¦ predicciones hace usted sobre esta tecnolog¨ªa?
R. Esta tecnolog¨ªa avanza, pero va a llevar tiempo todav¨ªa para alcanzar los est¨¢ndares de eficiencia y seguridad que deseamos. Tambi¨¦n para su implementaci¨®n. Doy un dato: el ciclo de vida de un autom¨®vil en EE UU es de entre 10 y 12 a?os. Debemos ser pacientes e insisto en esto: la gente debe comprender bien c¨®mo funcionan estos sistemas. Por ejemplo, en el accidente del coche Tesla que ocurri¨® en Florida. Seg¨²n las investigaciones, el conductor recibi¨® una advertencia de que ten¨ªa que retomar el control del veh¨ªculo. Creo que un tema fundamental es el desarrollo de veh¨ªculos con alta conectividad. Me refiero por ejemplo a que se conecte con otras unidades y con infraestructuras. Con niveles muy altos de informaci¨®n daremos un paso significativo en t¨¦rminos de seguridad. Eso ayudar¨ªa a anticipar problemas.
P. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene su fundaci¨®n con fabricantes automotrices y autoridades?
R. Nuestra fundaci¨®n es independiente. Recibimos financiaci¨®n de la AAA y nos concentramos en la seguridad del consumidor. Ahora bien, hay relaciones de colaboraci¨®n con los fabricantes y deseamos que aumenten. Ya hemos compartido datos con ellos antes de lanzar una tecnolog¨ªa al mercado, por ejemplo, sobre interfaces de entretenimiento. Es importante que la informaci¨®n circule y sea de provecho. Trabajamos con muchos datos, pero no hay que olvidar que cada v¨ªctima representa una tragedia familiar. Respecto a la relaci¨®n con Gobiernos, debo se?alar que la AAA utiliza nuestra informaci¨®n para pedir cambios a las distintas autoridades. La AAA tiene m¨¢s experiencia en buscar la forma de tener impacto en la regulaci¨®n. Tambi¨¦n la AAA y otros organismos se basan en nuestras investigaciones para desarrollar campa?as de prevenci¨®n y concientizaci¨®n. Puedo dar un ejemplo: nuestros estudios sirven en campa?as dirigidas a los j¨®venes. Es un grupo que nos interesa mucho. Un problema de seguridad muy grande de la juventud al volante, entre varios otros, es la falta de experiencia. Por eso estas campa?as son fundamentales. Existe la idea de que, una vez que te dan el carnet de conducir, ya todo termin¨®.
P. Su fundaci¨®n se interesa por los conductores de la tercera edad. Hay propuestas que van desde renovarles el carnet cada a?o y no permitir que conduzcan por las noches hasta la interdicci¨®n total. ?Qu¨¦ piensa?
R. Efectivamente, nos enfocamos en la conducci¨®n de las personas de la tercera edad. La respuesta, sin embargo, depende mucho de condiciones individuales: el tiempo de reacci¨®n, la visi¨®n, entre otros puntos. Lo que s¨ª se?alamos es que otras personas pueden tener un papel significativo para detectar riesgos: amigos, familiares, m¨¦dicos. Tambi¨¦n debemos pensar en alternativas de movilidad. Hay que considerar, y subrayo el caso de muchas zonas estadounidenses, que obligar a una persona mayor a no usar el autom¨®vil tiene un impacto muy grande en su vida. Lo ve como una forma de perder su libertad.
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