BBVA: en busca de la identidad perdida
Los ¨²ltimos episodios impulsan la idea de recuperar el control de la entidad por las familias vascas con el apoyo del PNV.
Hasta hace pocas fechas, el esc¨¢ndalo del caso Villarejo parec¨ªa que apenas influ¨ªa en el d¨ªa a d¨ªa de la denominada Vela, la sede madrile?a del BBVA. Se ha ido capeando el temporal de una u otra forma, pese a la sucesi¨®n de hechos que cada vez inundaban m¨¢s los s¨®tanos de la entidad. Incluso parec¨ªa que la dimisi¨®n de Francico Gonz¨¢lez (FG) de los cargos de presidente de honor y de la fundaci¨®n iba a calmar las aguas. Pero ya esta semana ha estallado lo que se ve¨ªa venir, el juez Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n ha decidido imputar al banco por una serie de delitos (revelaci¨®n de secretos, cohecho y corrupci¨®n) despu¨¦s de la petici¨®n de la Fiscal¨ªa, y la entidad no ha tenido m¨¢s remedio que reconocer que el famoso caso ¡°da?a su reputaci¨®n¡±.
La guerra comercial de Trump afecta a Cepsa. La subida de aranceles anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a China salpica directamente a la empresa espa?ola Cepsa, controlada desde Abu Dabi. Entre los productos afectados esta la acetona, de la que el grupo que dirige como vicepresidente ejecutivo Pedro Mir¨® es uno de los principales productores con una f¨¢brica en Shanghai que inaugur¨® en 2015. No obstante, seg¨²n la empresa las exportaciones a EE UU suponen menos del 5% del total, por lo que estima que, dado el volumen de dicho producto y la existencia de mercados alternativos, considera un impacto m¨ªnimo en sus operaciones.
Las el¨¦ctricas deben responder esta semana. El pr¨®ximo viernes, 9 de agosto, se acaba el periodo concedido por la CNMC para presentar alegaciones a la propuesta de circular sobre la retribuci¨®n del transporte y distribuci¨®n de electricidad y gas que tanta tinta ha hecho gastar. En ese sentido, se espera con mucha atenci¨®n la respuesta de la asociaci¨®n de el¨¦ctricas Aelec, que preside Marina Serrano. Ninguno de sus socios est¨¢ conforme; pero es Naturgy el m¨¢s alterado, aunque sea por su faceta de gasista m¨¢s que el¨¦ctrica, anunciando incluso que acudir¨¢ a los tribunales.
La coronaci¨®n de Bodegas Muga. El bodeguero Isaac Muga y su familia han visto como el Aro, uno de los vinos de gama alta que m¨¢s ha mimado la empresa riojana, ha logrado por fin los 100 puntos, la m¨¢xima puntuaci¨®n que otorga el cr¨ªtico estadounidense James Suckling, que el a?o pasado lo hab¨ªa dejado a las puertas de la coronaci¨®n con 99. En concreto, es el de la a?ada 2016 que saldr¨¢ al mercado a finales de este a?o. Adem¨¢s, el Prado Enea ha alcanzado los 99 puntos y el Torre Muga, los 98. Un nuevo ejemplo del prestigio de los vinos espa?oles a nivel mundial.
Tras ese episodio, en Bilbao, donde est¨¢ la sede social el banco que solo se usa para celebrar una vez al a?o las juntas de accionistas y poco m¨¢s, se respira de otra forma. La creciente crisis reputacional agiganta la idea de recuperar un banco que ha perdido su identidad que anida desde hace tiempo entre las tradicionales familias de Neguri, otrora controladoras del banco hasta que fueron defenestradas por FG tras el episodio de las cuentas secretas de Jersey. El sentimiento ha ido fraguando tambi¨¦n (lo que posiblemente sea m¨¢s importante) en el PNV, del que nadie duda que estar¨ªa muy satisfecho con volver a tener la influencia que le neg¨® el ejecutivo gallego.
El asunto ha trascendido con fuerza a ra¨ªz del obituario sobre Emilio Ybarra que public¨® en varios medios el exvicepresidente del banco Pedro Luis Uriarte, en el que desbarraba contra el hombre que los ech¨® a ambos (y a otros muchos consejeros vascos) y destacaba muchos ¡°errores¡± en su gesti¨®n. El fallecimiento del que fue copresidente del BBVA se ha convertido en una especie de catapulta para disparar los prop¨®sitos m¨¢s all¨¢ de la barra de Los Tamarises o de los salones del Club Mar¨ªtimo del Abra, esos tabern¨¢culos donde se han desarrollado tantas elucubraciones sobre el banco en los ¨²ltimos a?os.
Tambi¨¦n forma parte de esa panoplia de episodios encadenados el art¨ªculo publicado esta misma semana en El PA?S por Luis del Rivero, expresidente de Sacyr que intent¨® el asalto a la fortaleza de FG en el BBVA en 2004 y que dio lugar a que este contratara al comisario Villarejo. Es decir, cuando empez¨® todo el l¨ªo que hoy ha puesto en la picota al banco y sus responsables. Del Rivero, que no pertenece al clan de Neguri, intervino como accionista en la pasada junta general celebrada en abril y all¨ª blandi¨® una supuesta lista de familias (un total de 82, de la que se cay¨® Aresti) dispuestas a participar en el contraataque encabezadas por el exvicepresidente Jos¨¦ Domingo Ampuero, su enlace con las citadas familias y miembro del denominado ¡°grupo hostil¡± por FG que intent¨® desbancarle.
La muerte de Ybarra se ha convertido en la catapulta para disparar los prop¨®sitos
En el entorno del PNV, por su parte, se ha enmarcado incluso como un tema de Estado llegando a estar presente en las negociaciones de investidura con el fin de que el Gobierno se implique a su favor. Nada impropio y dentro de su l¨®gica. El PNV ha encajado muy mal el ninguneo al que le someti¨® el expresidente del BBVA, uno de los tres grupos rese?a de la identidad vasca, junto a Iberdrola y Petronor (integrada en Repsol). Pero, ni la el¨¦ctrica, cuyo presidente, Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n, ha sabido ganarse la confianza del partido; ni la petrolera, cuyo consejero delegado es el exdirigente peneuvista Josu Jon Imaz, han osado despegarse de su origen.
La estrategia pasar¨ªa por recuperar la identidad perdida. La cuesti¨®n radica en la persona o personas que deber¨ªan encabezar el equipo. Dentro del grupo, al actual presidente, Carlos Torres, le consideran que est¨¢ contaminado por la etapa de FG, aunque haya tratado de desmarcarse de ¨¦l. Tampoco convence el consejero Jaime Caruana, a quien FG incorpor¨® al m¨¢ximo ¨®rgano de administraci¨®n del banco y que tiene en su carrera la m¨¢cula de haber apoyado a este en la acometida de Sacyr cuando era gobernador del Banco de Espa?a.
Se han barajado los nombres de Goirigolzarri y Corc¨®stegui
Ante eso, la soluci¨®n estar¨ªa fuera de la casa. En las familias no aparece ning¨²n candidato id¨®neo (que se conozca, al menos). Y en el horizonte aparecen dos exdirectivos del banco. Por un lado, Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia que fue depurado por FG tras nueve a?os como segundo de a bordo. Esta posibilidad resucita la posible fusi¨®n del BBVA con Bankia, una entidad en la que el 60% pertenece al Estado. El otro es ?ngel Corc¨®stegui, uno de los cachorros del antiguo Vizcaya que luego acab¨® en el Central Hispano y, posteriormente, en el Santander. Los dos cumplen el perfil. Otra cosa es que¡
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