Huawei f¨ªa su supervivencia a la innovaci¨®n

El futuro de Huawei qued¨® oficialmente ligado a la guerra comercial desde que Donald Trump y Xi Jinping se estrecharon la mano en la cumbre del G20 celebrada en junio en Osaka, Jap¨®n. Tras el ¨²ltimo intercambio de sanciones de este fin de semana, las dos superpotencias parecen lejos de entenderse y un acuerdo antes de que de comienzo la campa?a electoral estadounidense se antoja improbable. Esto equivaldr¨ªa a posponer de facto una hipot¨¦tica soluci¨®n hasta, como pronto, 2021. Huawei no tiene tanto tiempo: muchas voces en la empresa creen que el veto ya no tendr¨¢ vuelta atr¨¢s.

En un comunicado interno compartido la semana pasada, Ren Zhengfei, fundador y m¨¢ximo responsable, admit¨ªa que la empresa se encuentra en ¡°un momento de vida o muerte¡±. En una entrevista posterior con la agencia AP, no obstante, asegur¨® que no deseaba que el veto se levantara si eso supon¨ªa que China se viera forzada a hacer concesiones en la guerra comercial.

¡°Puede irnos bien sin depender de empresas norteamericanas¡±, sentenci¨® Ren, pese a que desde all¨ª importa una mayor¨ªa de productos intermedios imprescindibles en su cadena de producci¨®n. La compa?¨ªa, de momento, capea el temporal: en la primera mitad del a?o sus ventas aumentaron un 23%. Pero, para solventar esta dependencia en previsi¨®n de lo que pueda suceder, en Huawei han optado por jug¨¢rselo todo a la innovaci¨®n. Estas ¨²ltimas dos semanas han anunciado importantes pasos adelante.

El primero de estos avances fue la presentaci¨®n el pasado viernes de Ascend 910, el procesador de inteligencia artificial (IA) m¨¢s potente del mundo. Eric Xu, vicepresidente de la empresa, exhib¨ªa una sonrisa satisfecha mientras sosten¨ªa en alto el peque?o cuadrado met¨¢lico. ¡°Prometidos un nuevo escenario de IA y hoy hemos cumplido¡±.

Este nuevo chip cuenta con m¨¢s capacidad que cualquier otro en el mercado, para lo que requiere de un menor consumo energ¨¦tico. El Ascend 910 tambi¨¦n es capaz de entrenar modelos digitales el doble de r¨¢pido que procesadores similares. Ese mismo d¨ªa, adem¨¢s, se present¨® MindSpore, un entorno de computaci¨®n con el que Huawei pretende impulsar la construcci¨®n de un ecosistema de IA en el que integrar sus aplicaciones.

Durante la presentaci¨®n, Xu afirm¨® que la empresa entiende la inteligencia artificial como una herramienta de aplicaci¨®n universal, como lo fueron las l¨ªneas ferroviarias y la electricidad en el siglo XIX y coches, ordenadores o Internet en el XX. Huawei apostar¨¢ por llevar esta tecnolog¨ªa a todos los sectores de la econom¨ªa, empezando por la automoci¨®n, edge computing y aprendizaje automatizado. ¡°El d¨ªa de hoy marca una nueva etapa en la estrategia de IA de Huawei¡±, proclam¨® Xu.

Este lanzamiento se suma a la presentaci¨®n hace tres semanas de su nuevo sistema operativo, bautizado como Harmony. Su nombre original en mandar¨ªn, Hongmeng ¨Ct¨¦rmino similar a ¡°g¨¦nesis¡± y hom¨®fono de ¡°sue?o rojo¡±¨C, apunta a que la empresa se mueve en una nueva direcci¨®n. La inclusi¨®n de Huawei en la lista negra de Washington, la Entity List, supuso que las empresas del pa¨ªs tuvieran prohibido venderle sus componentes. La derivada m¨¢s cr¨ªtica de esta decisi¨®n ser¨ªa la imposibilidad de emplear el sistema operativo Android de Google en los nuevos terminales, el cual a su vez da acceso a un gran n¨²mero de aplicaciones de enorme popularidad fuera de China; un duro golpe para una empresa cuya primera fuente de ingresos es la venta de tel¨¦fonos m¨®viles y un problema a¨²n por resolver.

Aunque el gobierno americano ha prorrogado la aplicaci¨®n de esta medida, bast¨® con una amenaza para que Huawei se pusiera manos a la obra. M¨¢s de 10.000 desarrolladores trabajaron en tres turnos las 24 horas del d¨ªa para lanzar un sistema operativo propio. ¡°No aspiramos a emplearlo, Harmony solo es una alternativa por si no nos permiten emplear Google o Android¡±, explic¨® Richard Yu, director ejecutivo de la divisi¨®n de consumidores, durante la presentaci¨®n.

Esta idea fue reafirmada por Vicent Pang, vicepresidente s¨¦nior, en un evento reciente, en el que confirm¨® que la empresa no emplear¨¢ el nuevo sistema operativo en ninguno de smartphones. Tambi¨¦n dej¨® entrever que un nuevo modelo puntero, presumiblemente el Huawei Mate 30 Pro, tambi¨¦n funcionar¨¢ con Android. Harmony hab¨ªa sido creado originalmente como un sistema operativo para el internet de las cosas (IdC), una de las l¨ªneas de desarrollo que se ver¨¢n impulsadas gracias a la implantaci¨®n de redes 5G, el gran proyecto de Huawei.

La batalla del 5G: una cuesti¨®n de confianza

El 5G, con todas sus posibilidades, ya es una realidad. En el caso de Huawei, esto es el resultado de diez a?os de investigaci¨®n y m¨¢s de 3.500 millones de euros invertidos. A consecuencia de este esfuerzo, la empresa china posee el posee el 20% de las patentes esenciales de esta tecnolog¨ªa, m¨¢s que cualquier otra. Su posici¨®n de liderazgo se refleja en el siguiente dato: tres de los cuatro primeros pa¨ªses en poner en marcha la red ¨CSuecia, Reino Unido y Corea del Sur¨C emplean su infraestructura, a los que este a?o se sumar¨¢ China. Huawei, de hecho, puso a la venta hace dos semanas su primer terminal 5G, Mate 20 X 5G, en el mercado dom¨¦stico. Pero en el cuarto est¨¢ el problema: Estados Unidos.

Desde la administraci¨®n norteamericana se ha lanzado una campa?a diplom¨¢tica para evitar que pa¨ªses aliados apuesten por Huawei para poner en marcha su conexi¨®n 5G, temerosos ante la posibilidad de que esta infraestructura cr¨ªtica pueda estar controlada por el gobierno chino. En la empresa saben que enfrentan un problema de confianza. Entre las medidas tomadas para solventar este problema destaca la creaci¨®n de un laboratorio independiente de ciberseguridad, encargado de testar todos los productos y con capacidad de veto sobre todos ellos.

All¨ª trabaja Marcelo Motta, director de marketing de core solutions de 5G. Preguntado sobre la privacidad, afirma que la empresa ¡°no tiene la capacidad t¨¦cnica de acceder al contenido de la red. Para controlar los datos necesitar¨ªa una puerta trasera, cuya inexistencia ha sido probada por nuestro laboratorio, as¨ª como por centros de transparencia y verificaci¨®n de varios lugares del mundo¡±. El equipo de Huawei emplea a menudo la idea de un frigor¨ªfico: ellos proporcionan el aparato, pero eso no garantiza que dentro haga fr¨ªo ni, mucho menos, que haya comida. Con esta met¨¢fora pretenden ilustrar c¨®mo la seguridad es una cuesti¨®n multidimensional. ¡°La seguridad de la red no solo depende de la infraestructura, sino principalmente de la compa?¨ªa de telecomunicaciones el servicio y, en el caso de un m¨®vil, de las aplicaciones que emplee el usuario¡±.

Sin embargo, la idea de que la infraestructura 5G de Huawei garantice un entorno sellado que impida la intervenci¨®n de la empresa o del gobierno chino ha sido contestada por muchos expertos en este campo. Nicholas Weaver, investigador del Instituto Internacional de Inform¨¢tica de la Universidad de Berkeley, expone sus objeciones por correo electr¨®nico: ¡°El proceso de construcci¨®n no es determinista, es decir, no hay manera de saber que lo que se est¨¢ examinando es lo mismo que ser¨¢ instalado. Al mismo tiempo, el sabotaje puede ser muy sutil, es imposible saber si una larga secci¨®n de c¨®digo tiene una puerta trasera con plena certeza. Es f¨¢cil, adem¨¢s, esconder una puerta trasera como un error de c¨®digo, por lo que aunque se descubriera no puede saberse si fue deliberado¡±. Y concluye: ¡°Todas estas evidencias estaban recogidas en la auditor¨ªa externa elaborada por una firma brit¨¢nica¡±.

En varias de las f¨¢bricas de Huawei hay una pared dedicada a los m¨¦ritos de sus trabajadores. Wujia sonr¨ªe en la foto. El texto inferior explica que la m¨¢quina que invent¨®, la cual lleva su nombre, permiti¨® a la empresa ahorrar un segundo: un avance ¡°de valor incalculable¡± en una l¨ªnea de producci¨®n de la que salen 2.400 terminales por d¨ªa. En un momento ¡°de vida o muerte¡±, el futuro de Huawei depende de la capacidad inventiva de casi 200.000 empleados como ¨¦l.