Europa: ha llegado la hora del Kabuku
La falta de crecimiento global y la incapacidad para alcanzar los objetivos de inflaci¨®n, diez a?os despu¨¦s de la crisis, genera recurrentemente la duda de si nos encontramos ante una situaci¨®n similar a la del Jap¨®n de los a?os 90. Las decisiones adoptadas por los bancos centrales y el reducido margen de maniobra, de manera especial en Europa, donde los tipos de inter¨¦s se redujeron hasta el 0% en abril de 2016 y llevan m¨¢s de 7 a?os por debajo del 1%, nos aproximan a un entorno inexplorado, al Kabuku, que, en japon¨¦s, significa "estar fuera de lo ordinario".
Tres son las principales semejanzas entre Europa y Jap¨®n: la falta de crecimiento, a pesar de los tipos de inter¨¦s negativos, la fuerte dependencia bancaria de la econom¨ªa real (el 70% de las empresas y cerca del 90% de los hogares, dependen de la financiaci¨®n bancaria) y, en tercer lugar, el envejecimiento de la poblaci¨®n, que produce que el ahorro se incremente porque los ciudadanos reservan un mayor porcentaje de sus ingresos para la jubilaci¨®n. De todas formas, el aumento de la esperanza de vida es un fen¨®meno global y es la primera vez en la historia en que tanta gente afronta un largo periodo de jubilaci¨®n. Adem¨¢s, 24 pa¨ªses est¨¢n en proceso de reducci¨®n de su poblaci¨®n y, sin embargo, s¨®lo Jap¨®n destaca por la deflaci¨®n.
A pesar de estas tres importantes similitudes, cabe destacar cuatro aspectos diferenciales: la proactividad del BCE, que situ¨® los tipos reales en negativo favoreciendo un desapalancamiento m¨¢s r¨¢pido que el de Jap¨®n. En segundo lugar, los desequilibrios en el sector privado que antecedieron a la crisis y la rapidez para frenar la burbuja del cr¨¦dito; en Jap¨®n, el crecimiento del cr¨¦dito en los a?os previos a la crisis aument¨® desde el 10% al 25% mientras que, en Europa, se mantuvo en el 10% partiendo, adem¨¢s, de niveles de cr¨¦dito sobre PIB inferiores (132% frente al 162%). En tercer lugar, el crecimiento y la brecha del empleo en Europa se acerca m¨¢s a la situaci¨®n estadounidense que a la japonesa. Adem¨¢s, respecto a la inflaci¨®n subyacente, es importante destacar que, aunque de forma repetida no se han alcanzado los objetivos marcados por el BCE, la situaci¨®n dista mucho de la observada en la crisis japonesa. Finalmente, la subida del IVA implementada en Jap¨®n, en 1997 fue especialmente da?ina.
Aunque ambas regiones presentan importantes similitudes y nos adentramos en terreno inexplorado, el Kabuku, es pronto para afirmar que Europa ya este ¡°japonizada¡±. Al viejo continente todav¨ªa le quedan las reformas estructurales para redefinir su modelo de negocio, abrirse a oportunidades en sectores de crecimiento y favorecer m¨¢s desregulaci¨®n. Es hora de invertir el exceso de ahorro para prepararse para el nuevo orden global, seguramente menos benigno que el del Jap¨®n de hace 30 a?os, en el que asistiremos a m¨¢s populismo, menos globalizaci¨®n, moderados crecimientos, menores resultados empresariales y retornos para los activos de riesgo, inferiores a los hist¨®ricos. El futuro est¨¢ en nuestras manos.
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