EE UU y China negocian aplazar la entrada en vigor de los nuevos aranceles prevista el domingo
Las potencias no tienen previsto ninguna cita de alto nivel que indique una r¨¢pida soluci¨®n del pacto comercial
Estados Unidos y China siguen sin tener un calendario fijo para cerrar la primera fase de la negociaci¨®n comercial. Hasta el punto de que el presidente Donald Trump afirma que estar¨ªa preparado incluso para esperar otro a?o, hasta pasadas las elecciones. Pese a la falta de acuerdo, los negociadores de los dos pa¨ªses se est¨¢n planteando retrasar la extensi¨®n de los aranceles que deben entrar en vigor este pr¨®ximo 15 de diciembre.
Inversores y empresarios tienen la esperanza de que EE UU y China sean capaces de evitar una escalada en el conflicto comercial que lastre a¨²n m¨¢s la econom¨ªa global. Es uno de los factores que llev¨® a la Reserva Federal a rebajar los tipos de inter¨¦s tres veces consecutivas este a?o. El pasado octubre se anunci¨® ya un principio de acuerdo para cerrar la primera fase de la negociaci¨®n.
Se esperaba que EE UU y China lo hubieran cerrado un mes despu¨¦s, coincidiendo con la celebraci¨®n del G7. Esa cita se cancel¨® por las protestas en Chile, el pa¨ªs que iba a hacer de anfitri¨®n. Los negociadores, sin embargo, siguen tratando de finalizar como se plasmar¨¢ el pacto. Pek¨ªn se comprometi¨® a adquirir productos agr¨ªcolas y pidi¨® al mismo tiempo que se empezaran a rebajar los aranceles.
Trump, por su parte, mantuvo su intenci¨®n de ampliar los aranceles a productos chinos por valor de 165.000 millones de d¨®lares a partir de este domingo. Los negociadores de ambos pa¨ªses, sin embargo, est¨¢n dado a entender que podr¨ªan retrasarse para as¨ª dar m¨¢s margen a la negociaci¨®n. Es lo que sucedi¨® en ocasiones anteriores cuando se estaba a las puertas de un acuerdo pese a que los aranceles siguieron subiendo.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, recordaba en todo caso que al presidente ¡°le gustan los aranceles¡± y que no dar¨¢ su aprobado hasta estar convencido de que el acuerdo ¡°funciona para todos¡±. Si los progresos en la negociaci¨®n, Donald Trump est¨¢ dispuesto a seguir ejerciendo presi¨®n como hizo el pasado verano. El republicano est¨¢ convencido de que los chinos quien un acuerdo.
En este momento no hay previsto ning¨²n evento de alto nivel que indique que el pacto para cerrar la primera fase de la negociaci¨®n estar¨ªa cerca. Los negociadores de las dos partes, sin embargo, est¨¢n en contacto constate. Trump sugiri¨® incluso la semana pasada que no le importar¨ªa esperar hasta pasadas las elecciones presidenciales. Si gana, como dice Ross, ¡°tendr¨¢ m¨¢s munici¨®n¡±.
Washington utiliza como argumento para mantener las espadas en alto la solidez de la econom¨ªa, frente a los problemas que acusa China. El d¨¦ficit comercial, adem¨¢s, le da m¨¢s margen para recurrir a los aranceles como arma proteccionistas mientras que la respuesta de Pek¨ªn es m¨¢s limitada. El conflicto comercial, adem¨¢s, est¨¢ provocando que la cadena de suministro se mueva a otros pa¨ªses.
El momento de la negociaci¨®n, en boca de Trump, es ¡°cr¨ªtico¡±. La extensi¨®n de los aranceles tiene, sin embargo, un elevado riesgo pol¨ªtico para el presidente y los legisladores republicanos. Hasta ahora el impacto de la batalla comercial fue bien absorbido por las empresas y se movilizaron ayudas a los agricultores para responder a las medidas de retorsi¨®n chinas. Pero si llega al consumidor, la ecuaci¨®n cambia.
El ¨²ltimo tramo de los aranceles afecta a productos importados como tel¨¦fonos m¨®viles y televisiones, por lo que las ramificaciones pueden ser mayores. Ni EE UU ni China muestran, en todo caso, prisa para llegar a un acuerdo. La primera fase de la negociaci¨®n, adem¨¢s, se concentra en los aspectos menos complejos que deben resolverse para que se produzca un cambio estructural en la relaci¨®n comercial.
Los analistas en Wall Street conf¨ªan en todo caso en que se deber¨¢ llegar a alg¨²n tipo de acuerdo antes del ciclo electoral en EE UU. La batalla arancelaria, pese a tener un impacto limitado en el conjunto de la econom¨ªa, si se estar¨ªa comiendo buena parte del beneficio derivado de la rebaja fiscal y eleva la incertidumbre. La p¨¦rdida de confianza del consumidor tendr¨ªa consecuencias mayores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.