La brecha de recaudaci¨®n de Am¨¦rica Latina con los pa¨ªses ricos se estanca en niveles de hace una d¨¦cada
La regi¨®n ingres¨® el a?o pasado el 23% del PIB, 11 puntos menos que la media de la OCDE y un nivel similar al de 2008. El bloque llega a la sacudida econ¨®mica del coronavirus con menos margen de acci¨®n que en la crisis financiera
El gran pero en la respuesta de los pa¨ªses latinoamericanos a la crisis econ¨®mica derivada de la pandemia ha sido el fiscal: la regi¨®n, se dice al un¨ªsono desde pr¨¢cticamente todos los ¨¢ngulos de an¨¢lisis, no tiene el m¨²sculo tributario suficiente para hacer frente al rev¨¦s. Y es algo tan cierto como que los avances de los Gobiernos en el cap¨ªtulo de recaudaci¨®n han sido, en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas, discretos respecto a lo que cabr¨ªa esperar. Los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe ingresan hoy, de media, el 23,1% del PIB, siete puntos m¨¢s que en 1990 pero todav¨ªa 11 puntos porcentuales largos menos que la media de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) y en niveles muy similares a los de una d¨¦cada atr¨¢s, seg¨²n los datos hechos p¨²blicos este mi¨¦rcoles por el centro de pensamiento por excelencia de las econom¨ªas avanzadas. Un avance demasiado t¨ªmido para cerrar la sempiterna brecha social abierta en la regi¨®n m¨¢s desigual del planeta y para hacer frente a un virus que llevar¨¢ a la econom¨ªa del subcontinente a su peor a?o en d¨¦cadas. Y que, adem¨¢s, ha ido perdiendo impulso con el paso de los a?os: tras disminuir con br¨ªo entre 1990 y 2008, desde entonces la diferencia en el promedio de recaudaci¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe y la bloque de los pa¨ªses ricos se ha mantenido relativamente estable. Una noticia para una regi¨®n que todav¨ªa tiene mucho trabajo que hacer para recaudar m¨¢s.
El fulgurante aumento relativo de principios de los noventa, con todo, tiene bastante de enga?oso. Los enormes desequilibrios fiscales de los ochenta llevaron a un n¨²mero no menor de pa¨ªses latinoamericanos a la puesta en marcha de recetas alternativas para financiar su gasto (fundamentalmente, la emisi¨®n de deuda) que derivaron en fuertes subidas de precios. Y la inflaci¨®n, ya se sabe ¡ªy, por si acaso, recuerda el organismo comandando por Jos¨¦ ?ngel Gurr¨ªa¡ª, erosiona el valor real de lo recaudado. En la siguiente d¨¦cada los Gobiernos metieron la tijera sobre el gasto p¨²blico y, sobre todo, reforzaron la capacidad recaudatoria ¡°disminuyendo los tiempos de recaudaci¨®n e indexando las obligaciones fiscales¡±. Un m¨¦todo efectivo, pero dif¨ªcilmente reproducible en el tiempo. En paralelo, el IVA ha desempe?ado un papel igualmente esencial: si en 1980 solo 12 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe gravaban el consumo, una d¨¦cada despu¨¦s ya eran pr¨¢cticamente todos. Con unas bases y unos tipos medios que han dejado de engordar con el paso de los a?os, los resultados hablan por s¨ª solos: los montos recaudados se han duplicado mientras otros tributos sobre bienes y servicios (aduanas e importaci¨®n) ca¨ªan.
La brecha de recaudaci¨®n es consecuencia de muchas cosas y causa de otras tantas. Consecuencia de altos grados de informalidad, poca predisposici¨®n de las ¨¦lites econ¨®micas a arrimar el hombro en pos de una sociedad m¨¢s justa e igualitaria y de corrupci¨®n e ineficiencia en los procesos de recaudaci¨®n. Y causa de escaso m¨²sculo fiscal para enfrentar la eterna lacra social (y econ¨®mica) latinoamericana ¡ªdesigualdad de ingresos y de oportunidades¡ª y para poder hacer frente a crisis econ¨®micas como las que se viene encima estos d¨ªas sobre los principales pa¨ªses de la regi¨®n: los programas de contenci¨®n de da?os y est¨ªmulo de la actividad aprobados en la regi¨®n palidecen en comparaci¨®n con los aprobados en el bloque avanzado, pero tambi¨¦n respecto al Asia emergente. ¡°A esta crisis se entra con muy poco espacio fiscal para responder. Es muy preocupante que la brecha permanezca: todav¨ªa hay m¨¢s de 10 puntos porcentuales de diferencia de ingresos, y para proveer los servicios p¨²blicos que la ciudadan¨ªa est¨¢ demandando, como vimos en las protestas de finales del a?o pasado¡±, apunta por tel¨¦fono el jefe de la OCDE para la regi¨®n, Sebasti¨¢n Nieto.
La informalidad ¡ªque en la regi¨®n afecta a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n¡ª es, subraya la OCDE, un importante factor de erosi¨®n de la capacidad recaudatoria del erario mediante la reducci¨®n de las bases imponibles (el n¨²mero de ciudadanos que, efectivamente, pagan sus impuestos). ¡°El alto nivel de la econom¨ªa informal llev¨® a algunos Gobiernos a introducir en los noventa reg¨ªmenes fiscales simplificados para los peque?os contribuyentes y, en cierto modo, se logr¨® integrar a trabajadores [en esquemas formales]. El ¨¦xito de estos sistemas simplificados sin embargo, fue ¡°desigual, seg¨²n el tipo de contribuyente y la capacidad de las agencias tributarias¡±.
Tras unos primeros a?os de la d¨¦cada pasada activos en lo que a reformas tributarias se refiere, la actividad se ha frenado en los ¨²ltimos tiempos. Pero el declive econ¨®mico por el coronavirus es, tambi¨¦n, un momento propicio para dar un paso al frente. ¡°Los Gobiernos de la regi¨®n para pasar reformas fiscales en esta coyuntura, pero esta crisis es, tambi¨¦n, una oportunidad para aprobar reformas fiscales integrales para repensar el pacto social. A diferencia de en 2008, con el sector financiero, esta crisis no tiene un culpable: es un choque ex¨®geno y que requiere solidaridad, tambi¨¦n en el plano fiscal¡±, apunta Nieto. Tampoco ayuda el bajo tono de la moral tributaria ¡ªdefinida como la motivaci¨®n intr¨ªnseca a pagar impuestos¡ª, que ha sufrido una erosi¨®n no despreciable en los ¨²ltimos a?os: Si en 2011 el porcentaje de latinoamericanos que no justificaba la evasi¨®n fiscal era del 54%, en 2015 (¨²ltimo dato disponible) esa cifra ca¨ªa hasta el 48%. En el lado contrario, quienes la consideran ¡°justificable¡± subi¨® del 17% al 27%, seg¨²n los datos del Latinobar¨®metro.
Con todo, Latinoam¨¦rica y el Caribe distan mucho de ser un bloque monol¨ªtico. Dentro de la regi¨®n, de hecho, las diferencias son abismales: en 2018, el ¨²ltimo a?o del que hay datos, Guatemala ¡ªuno de los pa¨ªses con menor nivel de moral tributaria¡ª y la Rep¨²blica Dominicana fueron los dos pa¨ªses que menos recaudaron ¡ªel 12,1% y el 13,2%, respectivamente¡ª a a?os luz de Cuba ¡ª42,3%¡ª. Incluso excluyendo el caso del pa¨ªs caribe?o ¡ªque sigue siendo una econom¨ªa planificada¡ª, la brecha con los dos pa¨ªses que le van a la zaga es igualmente importante: Brasil y Barbados recaudaron algo m¨¢s del 33% de su PIB, 20 puntos m¨¢s que Guatemala y Rep¨²blica Dominicana. De entre los grandes pa¨ªses de la regi¨®n, M¨¦xico y Per¨², con poco m¨¢s del 16%, fueron los m¨¢s rezagados en lo que a capacidad recaudatoria se refiere, una variable ¨ªntimamente relacionada con la capacidad de los Estados de hacer frente a los enormes retos sociales a los que tienen que hacer frente casi cada d¨ªa.
¡°La pol¨ªtica fiscal es fundamental para crear capacidad, abordar las trampas de desarrollo y velar por el desarrollo inclusivo y sostenible. Y el financiamiento de esa agenda exige cambios significativos en la movilizaci¨®n de los recursos nacionales¡±, escriben los t¨¦cnicos del ente con sede en Par¨ªs. ¡°Se requieren m¨¢s ingresos para cumplir los objetivos a largo plazo, pero tambi¨¦n para atender a las necesidades m¨¢s urgentes de la ciudadan¨ªa de la regi¨®n en cuanto al acceso a los bienes p¨²blicos y a la reducci¨®n de los altos niveles de vulnerabilidad, en particular en el mercado laboral¡±.
La OCDE da por descontado un escenario pr¨¢cticamente cantado a estas alturas de la partida: que la pandemia, a la que se suma un brutal desplome en el precio de las materias primas, no solo llevar¨¢ a negativo el PIB sino tambi¨¦n los ingresos tributarios. La regi¨®n seguir¨¢, as¨ª, el camino recorrido en los ¨²ltimos a?os por Argentina y Nicaragua, inmersos hasta la irrupci¨®n del coronavirus en las mayores crisis econ¨®micas de la regi¨®n con la ¨²nica excepci¨®n de Venezuela (que ni siquiera figura en las estad¨ªsticas) y que han visto disminuir sus ingresos fiscales. M¨¢s motivos que nunca para poner en marcha reformas impositivas que tonifiquen el m¨²sculo fiscal de la gesti¨®n.
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