Solo uno de cada tres empleados cumple la ley que obliga a registrar la jornada laboral
La opci¨®n del teletrabajo apenas alcanzaba el 2% antes de la pandemia, seg¨²n el INE
La crisis del coronavirus ha supuesto un antes y un despu¨¦s en la forma de entender la jornada laboral. El confinamiento al que se han sometido millones de trabajadores en Espa?a ha transformado el paradigma anterior, basado en la presencia f¨ªsica del empleado: ya no se trata de apuntar su llegada y salida de la oficina, sino de trabajar desde casa. Pero ni lo uno ni lo otro se hac¨ªa, como norma general, en 2019. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), solo uno de cada tres trabajadores cumpli¨® la...
La crisis del coronavirus ha supuesto un antes y un despu¨¦s en la forma de entender la jornada laboral. El confinamiento al que se han sometido millones de trabajadores en Espa?a ha transformado el paradigma anterior, basado en la presencia f¨ªsica del empleado: ya no se trata de apuntar su llegada y salida de la oficina, sino de trabajar desde casa. Pero ni lo uno ni lo otro se hac¨ªa, como norma general, en 2019. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), solo uno de cada tres trabajadores cumpli¨® la ley que obliga, desde mayo del a?o pasado, a registrar la jornada laboral. Eso no significa que completasen sus tareas desde casa: menos del 2% se acogi¨® al teletrabajo.
Los datos del m¨®dulo sobre organizaci¨®n y duraci¨®n de la jornada laboral de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) certifican con cifras lo que era un secreto a voces: la norma que obliga a fichar no se est¨¢ aplicando. De los 16,7 millones de trabajadores que hab¨ªa en Espa?a en 2019, solo un 38% registr¨® las horas de trabajo, tal como marca la ley. No son ellos, sino sus empresas, los responsables del incumplimiento, que puede acarrear sanciones de entre 626 y 6.250 euros para las compa?¨ªas. Una pr¨¢ctica muy extendida (28,2%) consiste en dar fe de la presencia del trabajador pero no del n¨²mero de horas trabajadas, mientras que el 26% de los empleados no cont¨®, directamente, con ning¨²n tipo de control laboral.
En los primeros meses tras su entrada en vigor, la reforma del art¨ªculo 34 del Estatuto de los Trabajadores gener¨® algunos cambios, como un gran descenso del n¨²mero de horas extras trabajadas, que era el objetivo inicial de la norma. Pero los datos de la EPA demuestran que su aplicaci¨®n sigue siendo muy desigual. La resistencia mostrada por algunas empresas y las dificultades para llevarla a la pr¨¢ctica en determinadas actividades se dejan sentir especialmente en la agricultura, donde solo el 28% de los trabajadores cumpli¨® el precepto; en la industria, en cambio, lo hicieron uno de cada dos. En todos los sectores, los empleados de mayor edad registraron sus horas de trabajo en menor proporci¨®n que los j¨®venes.
Gonzalo Pino, secretario de pol¨ªtica sindical de UGT, recuerda que la medida se introdujo con un pecado original, al dejar en manos de la negociaci¨®n colectiva, muy descompensada por la reforma laboral, el m¨¦todo para registrar la jornada: ¡°La ley ha fracasado porque no se cumple. No ha servido para controlar las horas extraordinarias, que no se pagan e impiden la creaci¨®n de nuevos empleos¡±, denuncia.
Apenas un 2% de teletrabajo
Si la gran novedad del 2019 fue la obligaci¨®n de fichar, el 2020 ha estado marcado por el teletrabajo, que ha hecho que muchas empresas hayan relajado a¨²n m¨¢s el registro. Desempe?ar la jornada laboral desde casa se ha convertido en una rutina para millones de espa?oles, y algunos expertos opinan que esta forma de organizaci¨®n laboral ha llegado para quedarse. Pero lo que est¨¢ claro es que acaba de llegar.
Antes del confinamiento provocado por la pandemia, solo 352.000 empleados, un rid¨ªculo 1,8%, trabajaban habitualmente desde casa. Ocho de cada diez, en cambio, lo hac¨ªan desde los locales de su empresa, y la mitad tardaba m¨¢s de media hora en llegar a su puesto. El sector servicios era el m¨¢s propicio al trabajo a distancia; la industria, el que menos. La realidad ha cambiado, pero apenas el 4% de las empresas tiene convenios que contemplan esta posibilidad. Pino aboga por una regulaci¨®n del teletrabajo: ¡°Si ha venido para quedarse, el Gobierno tendr¨¢ que establecer un norma. O eso o va a ser la ley de la selva¡±.
En 2019, solo el 28,6% de los ocupados pudo decidir el comienzo o el final de su jornada, la mitad de ellos con ciertas restricciones. Cuando la flexibilidad existe, suele ser en detrimento de los intereses de los trabajadores: casi uno de cada cuatro tuvo que enfrentarse al menos una vez al mes a un cambio imprevisto en su horario, mientras que un 7,6% fue contactado durante su tiempo libre un m¨ªnimo de tres veces en los ¨²ltimos dos meses para trabajar antes del siguiente d¨ªa laborable. El derecho a la desconexi¨®n sigue siendo un sue?o para muchos. Por lo menos ahora el jefe ya no te puede obligar a salir de la cama.
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