?C¨®mo se hacen las reformas?
La clave para realizar los cambios pendientes es plantear las cuestiones de futuro, nunca las de pasado


Las sesiones parlamentarias sobre la reconstrucci¨®n han apuntalado la teor¨ªa de la doble palanca en la etapa del posconfinamiento, cuando se otea el (probable) final de lo peor de la recesi¨®n.
Por un lado, a¨²n hay que apretar el acelerador de la expansi¨®n fiscal protegiendo la pervivencia de empresas y salvando de la miseria social a los m¨¢s vulnerables.
La prioridad siguen siendo los empleos, el tejido productivo, la protecci¨®n de rentas, el bienestar social. La prolongaci¨®n de los ERTE y la ampliaci¨®n de las garant¨ªas del ICO son sus medidas de cabecera.
Por otro lado, hay que preparar el freno, el retorno a unas cuentas p¨²blicas sostenibles, aunque eso, a medio plazo. O sea, una ¡°estrategia integral¡± de ¡°reequilibrio¡±, como la denomina la presidenta de la Autoridad Fiscal, Cristina Herrero: se necesita madurarla con pausa y con un calendario tentativo. Para acordarlo se requiere ¡°un pacto pol¨ªtico para varias legislaturas¡±, como postul¨® el gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, mientras arreciaba la crispaci¨®n pol¨ªtica.
Y aunque la ¡°consolidaci¨®n fiscal¡± solo debe aplicarse ¡°una vez que se supere el episodio recesivo actual¡±, su ¡°dise?o y comunicaci¨®n no deber¨ªan dilatarse¡±, complet¨® el martes, ya con las aguas algo menos revueltas.
La idea es que, tarde poco o mucho el apoyo europeo del Plan de recuperaci¨®n, la econom¨ªa espa?ola debe fortificar su credibilidad ante los mercados internacionales, de cuya financiaci¨®n depende en enorme grado. O prevemos y pautamos un ajuste progresivo, o acabar¨¢ llegando un recorte cruel, seg¨²n dicta la experiencia.
M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica fiscal ¡ªpresupuestaria¡ª, estas discusiones han devuelto al primer plano la necesidad de reformas estructurales. Atenci¨®n, no como disfraz de cargar los costes de la crisis a los habitualmente perjudicados, mediante la austeridad que recorta su bienestar, sino como empe?o com¨²n de mejora.
Hay que explorar los nuevos desaf¨ªos del sistema productivo que el confinamiento ha colocado en el escenario. Apostar por ellos, y minimizar sus efectos secundarios negativos como en la digitalizaci¨®n (sobre el comercio minorista) o la econom¨ªa verde (sobre la industria paleoenerg¨¦tica).
Y emprender de una vez las reformas cl¨¢sicas, siempre aplazadas. Como las urgentes para aumentar la productividad (la inversi¨®n p¨²blica en I+D es un 26% inferior a la media europea; la privada, un 54%).
Si leen en la web del Banco de Espa?a la ¨²ltima intervenci¨®n del gobernador ¡ªy mejor, el tocho de 75 p¨¢ginas que la sostiene¡ª descubrir¨¢n la f¨®rmula m¨¢gica del secreto para hacer reformas: plantear las cuestiones de futuro, nunca las de pasado.
Eso es aun m¨¢s claro en lo m¨¢s litigioso. En lo laboral, no habla del coste del despido, cada d¨ªa menos relevante a medida que aumenta la protecci¨®n social, sino de la manera de combatir la dualidad y la temporalidad. O las opciones sobre las pensiones, donde enfatiza, suave, el alargamiento de la edad real de jubilaci¨®n.
Se llama reformismo posibilista. Lo ¨²til.
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