?Solidaridad o contrapartida?
El plan de recuperaci¨®n econ¨®mica europea no es un rescate al Estado individual, es un salvavidas de todos, para todos
El plan de recuperaci¨®n econ¨®mica europea propuesto por la Comisi¨®n cristaliza la solidaridad en un sentido amplio: el de un apoyo financiero mutuo, de todos los socios entre s¨ª. Porque todos sufren el impacto de la pandemia y su consiguiente recesi¨®n. Otra cosa es que, como debe ser, los m¨¢s da?ados resulten m¨¢s intensamente compensados, en subsidios y cr¨¦ditos.
Pero no es solidaridad en el sentido de un donativo (como quer¨ªa el ministro holand¨¦s Wopke Hoekstra) de los ricos a los pobres, fr¨¢giles o vulnerables; ni en el de una propina a los menos competentes o menos eficaces. No es un rescate al (casi) asfixiado Estado individual. Es un salvavidas de todos, para todos: los recursos se consiguen por la emisi¨®n mancomunada de deuda y se destinan al conjunto. Y se devuelven al mercado que los presta desde el presupuesto com¨²n.
Por eso todos contribuyen de dos maneras. Una, con una garant¨ªa global ante los acreedores sobre el mismo presupuesto, que en caso de quiebra har¨ªan efectiva en proporci¨®n a su cuota del cap¨ªtulo de ingresos. Dos, se comprometen a contribuir a la liquidaci¨®n de la factura para amortizar la deuda seg¨²n el propio peso en los nuevos impuestos finalistas que se propone establecer Bruselas: emisiones de gases, carbono en frontera, grandes conglomerados empresariales, tasa Google.
En cuanto a la garant¨ªa global, los probables mayores beneficiados contribuyen mucho m¨¢s que los halcones autodenominados frugales, porque exhiben mayor tama?o econ¨®mico, medido en Renta Nacional Bruta: esta constituye el baremo sobre el que opera la principal fuente de ingresos del presupuesto, pues lo alimenta en cerca de un 75%. Solo Espa?a aporta 1,6 veces m¨¢s que Holanda, 2,9 veces m¨¢s que Suecia, 3,5 veces m¨¢s que Austria y 4,3 veces m¨¢s que Dinamarca (datos de Estadista para 2018). Y el conjunto de Italia y Espa?a contribuye 1,63 veces m¨¢s que la cuant¨ªa aportada por la suma de esos cuatro Gobiernos del frente de rechazo. El sur-econ¨®mico, m¨¢s desvalido, protege as¨ª a los m¨¢s pr¨®speros del norte-econ¨®mico.
En cuanto a la liquidaci¨®n de la factura de amortizaci¨®n de la deuda a emitir, todav¨ªa se desconoce, pero podr¨ªa seguir pautas comparativas no muy distintas.
Claro que estamos refiri¨¦ndonos a contribuciones brutas, a las que hay que restarles las transferencias presupuestarias recibidas por cada Estado miembro (en concepto de cohesi¨®n, pol¨ªtica agr¨ªcola, I+D, etc¨¦tera) para obtener el saldo neto que tanto enarbolaba Margaret Thatcher. Y sus sucesores. Aqu¨ª s¨ª hay solidaridad expresa con el sur, y abundante, un flujo que se debe agradecer y honrar: pero tampoco funciona como donativo, sino como aportaci¨®n neta del norte (d¨¦ficit fiscal) a la cohesi¨®n del conjunto. Se trata precisamente de un conjunto del cual el norte obtiene una ventaja (super¨¢vit comercial) muy superior a la del sur.
En efecto, la clasificaci¨®n por pa¨ªses que m¨¢s beneficios per c¨¢pita obtienen del mercado interior comunitario coloca a Holanda en la cuarta posici¨®n, a Austria en la quinta, a Dinamarca en la sexta y a Suecia en la octava, todos ellos muy por encima de la media comunitaria. Por el contrario, Espa?a se sit¨²a en la posici¨®n 19; e Italia, en la vig¨¦sima, de entre los 27 miembros (Multinannual Financial Framework 2021-2027 and the reform of the EU¡¯S own resources, Parlamento Europeo, 2019).
As¨ª que la relaci¨®n coste-beneficio es para los frugales ¡ªen t¨¦rminos cuantitativos¡ª mucho m¨¢s favorable que para los pa¨ªses de la cohesi¨®n. Todos extraen grandes apoyos econ¨®micos de su pertenencia a la Uni¨®n, pero quienes los obtienen en mayor medida son los m¨¢s pr¨®speros.
As¨ª, la solidaridad de los potentes (su d¨¦ficit fiscal como saldo neto) no es sino la contrapartida a su dominio del mercado (su super¨¢vit comercial), como sucede en todo conjunto territorial cohesionado: los m¨¢s ricos pagan peaje por vender m¨¢s sus productos.
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