Cerco a los santuarios fiscales de las empresas
Una mayor transparencia e iniciativas como el impuesto digital tratan de frenar los atajos de algunas multinacionales que son facilitados a¨²n por muchos pa¨ªses
Reino Unido, Suiza, Luxemburgo y Pa¨ªses Bajos. Seg¨²n la ONG Tax Justice Network, son los malos en la pel¨ªcula de los tributos perdidos: entre los cuatro suman el 72% de los impuestos que en 2016 el resto del mundo dej¨® de cobrar a las multinacionales por su culpa. En total, 1,3 billones de d¨®lares de beneficios corporativos que tributaron a tasas m¨ªnimas y fuera de los pa¨ªses donde se generaron.
La ONG brit¨¢nica de justicia impositiva public¨® su an¨¢lisis el pasado 8 de julio a partir de unos datos difundidos horas antes por la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). Parecen malas noticias pero seg¨²n Alex Cobham, director ejecutivo de Tax Justice Network, son el s¨ªmbolo de un cambio radical y muy positivo: hasta este a?o, el detalle de la actividad y los beneficios que las multinacionales informan en cada pa¨ªs nunca se hab¨ªa hecho p¨²blico.
Difundir esa informaci¨®n es fundamental para identificar a los pa¨ªses que se benefician de una competencia desleal en impuestos a costa de sus vecinos. ¡°Aunque por ahora sea informaci¨®n agregada en la que a¨²n no podemos ver el detalle de cada empresa, se trata del mayor paso hacia adelante en t¨¦rminos de transparencia impositiva de las multinacionales, por fin podemos empezar a vislumbrar la silueta de estos gorilas en la niebla¡±, explic¨® Cobham a EL PA?S. ¡°Ya no hay marcha atr¨¢s, una vez que identificas a los pa¨ªses que te est¨¢n robando los impuestos, a ti y a todos los dem¨¢s, crece la presi¨®n pol¨ªtica para hacer algo, y la calidad de estos datos va a ser cada vez mejor¡±.
La presi¨®n comenz¨® hace siete a?os, cuando el G20 encarg¨® a la OCDE que desarrollara un est¨¢ndar para detallar las actividades de las multinacionales pa¨ªs por pa¨ªs. Uno de sus frutos es la negociaci¨®n, liderada por la OCDE, de un impuesto digital internacional que grave a las grandes plataformas tecnol¨®gicas en los pa¨ªses donde generan sus ingresos, independientemente de las maniobras financieras que hagan para derivar sus beneficios hacia territorios de baja imposici¨®n.
Gran revoluci¨®n
De materializarse, el impuesto digital significar¨ªa una revoluci¨®n copernicana en la forma en que las multinacionales calculan sus impuestos. Hasta ahora, el principio contable ha sido permitir que las operaciones entre filiales de distintos pa¨ªses sean deducibles. Para calcular los beneficios de una filial en Espa?a, por ejemplo, hay que restar los gastos en que esa filial ha incurrido por bienes o servicios proporcionados por otra filial en otro pa¨ªs. Conocido como el principio de separate entity (entidad separada), entr¨® en vigor a principios del siglo XX, cuando la globalizaci¨®n se limitaba casi exclusivamente al intercambio de bienes y a nadie se le hab¨ªa ocurrido a¨²n lo de montar una matriz en Holanda para cobrarle al resto de filiales cantidades astron¨®micas en concepto de intereses, asesoramiento o derechos de marca.
La innovaci¨®n conceptual que implica el impuesto digital de la OCDE ya se discuti¨® y descart¨® hace 100 a?os, dice Cobham, y consiste en lo siguiente: considerar a la multinacional como una sola entidad contable para luego dividir sus beneficios totales entre los diferentes pa¨ªses que contribuyeron a generarlos, con las ventas o el n¨²mero de empleados como posibles criterios de reparto.
En el caso concreto del impuesto digital, la intenci¨®n de Europa es que Google o Facebook, por citar solo dos, contribuyan al fisco en funci¨®n de sus ingresos en cada pa¨ªs. El problema de esta propuesta es que necesita cambios radicales en los tratados impositivos internacionales y para eso hace falta un gran acuerdo entre naciones. Como explic¨® a este diario Pascal Saint-Amans, responsable de las negociaciones en la OCDE, para llegar a ese entendimiento EE UU exigi¨® que el impuesto no se limitara a las grandes plataformas tecnol¨®gicas, estadounidenses en su mayor¨ªa, y pidi¨® que se incluyera en el tratado a todas las multinacionales con mecanismos similares para eludir su responsabilidad fiscal.
Seg¨²n Saint-Amans, las capitales europeas accedieron porque entendieron que ¡°algo hab¨ªa que ceder¡± y ¡°que hac¨ªa falta una soluci¨®n m¨¢s amplia¡± pero, a pesar de ello, la negociaci¨®n se estanc¨®. En su opini¨®n, por la presi¨®n que otras multinacionales estadounidenses ejercieron sobre el Gobierno de Donald Trump cuando de repente se vieron metidas en el mismo saco que Google. Habr¨¢ que esperar, dice Saint-Amans, a que EE UU celebre sus elecciones presidenciales para cerrar el acuerdo: ¡°Es un poco frustrante porque no llegaremos a la soluci¨®n a finales de a?o, como hab¨ªamos programado, pero vamos a seguir avanzando con los detalles y a tratar de tener terminado antes el acuerdo del pilar dos de la negociaci¨®n¡±.
El pilar dos al que se refiere es el otro gran cambio que se est¨¢ gestando en el sistema de imposici¨®n corporativa: un tipo m¨ªnimo global para gravar las ganancias de las empresas que en estos momentos de la negociaci¨®n oscila en torno al 12,5%. En este caso, el acuerdo es m¨¢s sencillo porque no hace falta convencer a los que se portan mal. Si Luxemburgo, por ejemplo, decidiera atraer a una empresa de origen espa?ol con un impuesto de sociedades del 10%, este pilar dos permitir¨ªa a la Agencia Tributaria en Madrid recaudar el 2,5% restante de los beneficios declarados en el Gran Ducado.
A la espera del acuerdo de la OCDE, Francia mantiene en suspenso la aplicaci¨®n de su propio impuesto digital mientras en Espa?a un proyecto de ley similar est¨¢ ahora en la Comisi¨®n de Hacienda del Congreso. Seg¨²n el economista franc¨¦s de la Universidad de Berkeley Emmanuel Saez, para que de verdad represente una amenaza a los para¨ªsos fiscales el impuesto no puede limitarse a las grandes tecnol¨®gicas. ¡°En El triunfo de la injusticia, el libro que Gabriel Zucman y yo publicamos en 2019, proponemos una soluci¨®n bastante parecida a la de la OCDE pero aplicada a todos los sectores industriales¡±, sostiene.
Otro signo de cambio de ¨¦poca es el mensaje que la Comisi¨®n Europea envi¨® este 15 de julio al Parlamento Europeo comunic¨¢ndole que un art¨ªculo del tratado de funcionamiento de la Uni¨®n permite terminar con el dumping fiscal de varios pa¨ªses miembro sin que haga falta unanimidad.
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