Salvar el Ingreso M¨ªnimo Vital
Lo importante ahora es que esta renta logre disminuir sensiblemente la pobreza extrema y la intensidad de la moderada.
La aprobaci¨®n del Ingreso M¨ªnimo Vital (IMV) por parte del Consejo de Ministros el pasado 29 de mayo fue saludada como un gran avance en nuestra pol¨ªtica social por numerosos colectivos sociales, pol¨ªticos y acad¨¦micos. El 10 de junio, el Congreso de los Diputados convalidaba el decreto sin un solo voto en contra (¨²nicamente los 52 diputados de Vox se abstuvieron). Aunque las reservas y propuestas de mejora a algunos aspectos de su dise?o han sido diversas y numerosas por parte de partidos, expertos y organizaciones sociales, solo desde la extrema derecha y algunos peque?os grupos de ultraizquierda se ha formulado una oposici¨®n frontal a la medida.
Sin embargo, solo dos meses despu¨¦s, algunas noticias aparecidas en diversos medios, as¨ª como su rese?a por parte de algunos opinadores, ya construyen una narrativa en tono catastrofista que usa t¨¦rminos como ¡°fracaso¡±, ¡°desastre¡± y ¡°timo¡±. ?Qu¨¦ hay de cierto en ella? En mi opini¨®n, hay seis puntos a considerar para hacer un diagn¨®stico cabal de la situaci¨®n.
1. Ni desastre ni fracaso (a¨²n), pero s¨ª motivos de seria preocupaci¨®n. Ning¨²n programa de garant¨ªa de rentas s¨®lido, en ning¨²n pa¨ªs del mundo (y en Espa?a, en ninguna comunidad aut¨®noma), se ha puesto nunca en marcha de forma ¨®ptima en dos meses. Ning¨²n otro lo har¨¢ (mucho menos una renta universal). En este sentido, el catastrofismo prematuro est¨¢ de m¨¢s, y suscita la sospecha de servir intereses pol¨ªticos. Ahora bien, la nota publicada el pasado d¨ªa 20 por el Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones (MISSM) es muy informativa y da serios motivos de preocupaci¨®n: hay una (previsible y anunciada) avalancha de solicitudes, y un alto porcentaje tiene defectos de documentaci¨®n o se deniegan por incumplir requisitos de ingresos (ser¨ªa exigible saber cu¨¢ntas denegaciones por este motivo se deben a la elecci¨®n del 2019 o el 2020 como periodo de c¨®mputo de los ingresos, y cu¨¢ntas no ser¨ªan denegadas si se hubiera hecho ya efectivo el incentivo al empleo que permite compatibilizar el IMV con ingresos por trabajo hasta un umbral, una de las ¡°banderas¡± que siempre ha esgrimido el ministro Escriv¨¢). Desde luego, no cabe menoscabar el enorme esfuerzo que se est¨¢ realizando, comparativamente muy superior al de otras prestaciones, pero tampoco ignorar la autoexigencia del reto asumido: a la postre, no se va a juzgar el esfuerzo sino el resultado.
2. Hay problemas de dise?o (anunciados) que pueden corregirse: entre ellos, destacan el citado periodo de c¨®mputo de los ingresos, la concreci¨®n de los incentivos laborales, la regulaci¨®n de excepciones para el requisito de edad o de ser demandante de empleo, la exigencia de alta en la Seguridad Social, o algunos otros requisitos interpretables.
3. Hay que abrir la mente hacia una visi¨®n poli¨¦drica de la pol¨ªtica social. Tradicionalmente, los economistas suelen ser excelentes estimando modelos econom¨¦tricos o simulando pol¨ªticas a partir de grandes bases de datos, pero acostumbran a ignorar y despreciar el conocimiento cualitativo a pie de calle de patrones sociales frecuentes, as¨ª como el saber sobre culturas administrativas y organizacionales que s¨ª tienen trabajadores sociales, soci¨®logos y polit¨®logos (especialmente los expertos en administraci¨®n p¨²blica). El muchas veces proclamado esp¨ªritu de ¡°basarse en la evidencia¡± contrasta con cierta arrogancia que a veces se ha destilado en este sentido por parte de un equipo en el MISSM que (para sorpresa de muchos) no es el que impuls¨® el IMV en el PSOE inicialmente. La experiencia de d¨¦cadas en la gesti¨®n de las rentas m¨ªnimas de las comunidades debi¨® haber pesado mucho m¨¢s en el nuevo equipo. Seguir insistiendo hoy en que solo hay una manera de dise?ar y desplegar el IMV, y aducir, como hace la nota de prensa, que ¡°se est¨¢ trabajando¡± en el cruce de datos con la Agencia Tributaria (cuando numerosos retrasos en la negociaci¨®n del IMV se deb¨ªan supuestamente a que esa tarea deb¨ªa completarse previamente) no es de recibo.
4. La implementaci¨®n debe ser flexible y, si es necesario, alterar inercias burocr¨¢ticas. Esto tambi¨¦n se avis¨® hasta la saciedad: no basta con aprobar una norma, editar un folleto y poner un formulario online para trasladar una pol¨ªtica a la realidad. Se debi¨® haber dotado con urgencia y decisi¨®n a la Seguridad Social de medios suficientes y competencias adecuadas (gestionar una prestaci¨®n como el IMV no tiene nada que ver con gestionar pensiones y prestaciones por desempleo), o bien establecer una coordinaci¨®n mucho mayor con las autonom¨ªas, o bien, idealmente, ambas cosas. Las rigideces burocr¨¢ticas, un abstruso impreso de solicitud de nueve p¨¢ginas, la falta de medios y el verano no ayudan. Se debe ser flexible en la exigencia de ciertos documentos que puede no ser f¨¢cil obtener en todos los casos (inscripci¨®n como demandante de empleo, empadronamiento y otros). Se pueden realizar comprobaciones ¡°filtro¡± (si es posible de oficio) en cuanto a ingresos y composici¨®n del hogar y dejar el resto para una fase posterior a la concesi¨®n. La comprobaci¨®n y concesi¨®n de oficio que se ha aplicado a los beneficiarios de prestaciones por hijos y de algunas rentas m¨ªnimas de las comunidades deber¨ªa extenderse al m¨¢ximo. Hay que contemplar excepciones y concretar el incentivo laboral que permita no computar el 100% de los ingresos por trabajo. Si es necesario, hay que ser en¨¦rgico alterando las din¨¢micas administrativas que impidan todo esto.
La excesiva obsesi¨®n con ¡°focalizar bien¡± y ¡°evitar el fraude¡± no est¨¢ contrastada con la evidencia disponible (que muestra niveles muy bajos de fraude en estos programas) y no puede perseguirse sin equilibrarse adecuadamente con otros objetivos como la cobertura y la urgencia en la atenci¨®n de las necesidades. ?Hay alg¨²n modelo econ¨®mico que nos diga cu¨¢ntos falsos negativos estamos dispuestos a soportar a cambio de detectar un falso positivo?
5. No era mejor un cheque fiscal temporal ni una renta b¨¢sica universal. Y no era necesario elegir entre lo mejor de estas propuestas y un IMV de baja operatividad inmediata. Todos los aspectos mencionados arriba se pod¨ªan haber introducido en el dise?o, gesti¨®n e implementaci¨®n del IMV (y, de hecho, muchas propuestas no aceptadas durante la negociaci¨®n fueron en ese sentido). Por el contrario, quien crea sinceramente que en dos meses una renta universal estar¨ªa desplegada se autoenga?a, y deber¨ªa explicar c¨®mo afrontar el inevitable trilema entre suficiencia, universalidad y urgencia. Por su parte, n¨®tese que un cheque fiscal temporal como el propuesto aqu¨ª habr¨ªa expirado ya el pasado junio; hoy estar¨ªamos con la misma necesidad de un programa permanente que antes, y sin garant¨ªas de haber pagado a quienes m¨¢s lo necesitan, que en muchos casos est¨¢n fuera del radar de Hacienda.
No es casual que muy pocas intervenciones gubernamentales en garant¨ªa de rentas de emergencia durante la pandemia hayan tenido cobertura universal: la inmensa mayor¨ªa han consistido en extensiones y relajaciones de requisitos de programas ya existentes, tanto asistenciales como contributivos, en muchos casos ligados a la protecci¨®n de las situaciones de desempleo o de colectivos especialmente golpeados por la crisis. Solo algunos gobiernos asi¨¢ticos como los de Jap¨®n, Corea del Sur o Singapur han puesto en marcha pagos ¨²nicos y cheques puntuales de forma casi universal, y otros como el de Estados Unidos han llevado a cabo devoluciones fiscales generalizadas a los contribuyentes, pero sin que en ning¨²n caso se alcancen cuant¨ªas anuales que fuesen equivalentes a una renta b¨¢sica plena. En Espa?a se ha seguido la l¨ªnea mayoritaria, y los programas de ERTE, incapacidad temporal por Covid-19, extensiones de las prestaciones por desempleo y prestaciones extraordinarias para trabajadores aut¨®nomos han alcanzado una hist¨®rica cobertura m¨¢xima de un tercio de la poblaci¨®n activa, con un presupuesto muy superior al de cualquier programa de garant¨ªa de ingresos asistencial. Aunque este tipo de protecci¨®n no sea universal ni independiente de la participaci¨®n laboral, su extensi¨®n no es nada despreciable, y cuenta con otros dos rasgos atractivos: en primer lugar, se trata de derechos individualizados; en segundo lugar, en la mayor¨ªa de los casos las prestaciones ascienden a un porcentaje sustancial del salario habitual, cumpliendo una funci¨®n b¨¢sica de sostenimiento de rentas que una renta b¨¢sica, incluso en el umbral de la pobreza, nunca desempe?ar¨ªa.
6. Estamos a tiempo. Introducir cambios de regulaci¨®n en el IMV es todav¨ªa posible: el decreto debe tramitarse parlamentariamente por el procedimiento de urgencia, con posibilidad de enmiendas, y el reglamento de aplicaci¨®n debe aprobarse. Es la oportunidad para hacer las modificaciones necesarias y concretar aspectos como los incentivos laborales, eso s¨ª, sin cometer el grave error de introducir contraprestaciones laborales coercitivas para los beneficiarios, cediendo a las presiones de ciertos marcos mentales ¡°trabajistas¡± no siempre apoyados por la evidencia. En este sentido, ser¨ªa aconsejable que los sindicatos mayoritarios y algunas comunidades aut¨®nomas (no todas) abandonasen ciertas actitudes de hostilidad hacia el IMV, abriesen su marco mental, y cooperasen para hacerlo llegar a buen puerto.
Aprobar el IMV ha sido un acierto hist¨®rico. Ahora hay que desarrollar fielmente su esp¨ªritu y hacerlo operativo para lograr lo ¨²nico importante: que consiga disminuir sensiblemente la pobreza extrema y la intensidad de la pobreza moderada. Quienes, desde posiciones extremistas instaladas en el ¡°cuanto peor, mejor¡±, esperan sentados a contemplar que fracase no deber¨ªan obtener esa satisfacci¨®n. No ser¨¢ f¨¢cil (nadie dijo que lo fuera, y nunca lo fue), pero estamos a tiempo de salir de la zona de confort y salvar el Ingreso M¨ªnimo Vital.
Jos¨¦ Antonio Noguera es profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para El Pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.