La pandemia deja al 83 % de los trabajadores en Ecuador en el desempleo o con condiciones precarias
El mercado laboral del pa¨ªs sudamericano se deteriora debido el par¨®n econ¨®mico ante la falta de incentivos del Estado al sector productivo
Las cifras que miden la magnitud de la pandemia de la covid-19 en Ecuador no solo hablan de los m¨¢s de 109.000 contagiados y m¨¢s de 6.360 fallecidos en cinco meses, sino de un mill¨®n de desempleados y 5,3 millones de trabajadores con condiciones laborales precarias. El par¨®n productivo que afront¨® la econom¨ªa del pa¨ªs durante m¨¢s de dos meses y que a¨²n avanza lentamente con un proceso de reactivaci¨®n a medias iniciado a finales de mayo se ha traducido en un significativo desgaste del mercado laboral. El 83 % de la fuerza de trabajo est¨¢ desempleada o en la precariedad. Seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales, solo el 17 % de la poblaci¨®n econ¨®micamente activa tiene un trabajo que cumple los requisitos m¨ªnimos legales.
En diciembre del a?o pasado, Ecuador ten¨ªa 311.000 desempleados de un total de ocho millones de ciudadanos en edad y con vocaci¨®n de trabajar. Los trabajadores adecuados, categorizados as¨ª por el Instituto de Estad¨ªsticas y Censos ecuatoriano cuando el sueldo y la jornada de trabajo respetan lo exigido por la ley, superaban entonces los 3,1 millones. Medio a?o y una pandemia despu¨¦s el desgaste laboral es tan evidente que no queda empa?ado ni siquiera por la dificultad de recabar estad¨ªsticas ni el cambio de metodolog¨ªa. De encuestas presenciales con 227 preguntas, a llamadas telef¨®nicas de solo 81. Las comparaciones ¡°deben ser tomadas como referencias¡±, recomienda la autoridad, lo que no difumina el salto al 13,3 % del desempleo que, durante 13 a?os, se ha mantenido en torno al 5 % de la poblaci¨®n econ¨®micamente activa de Ecuador.
¡°La encuesta que ha realizado el INEC est¨¢ subestimando el efecto del coronavirus en los estratos populares porque, desafortunadamente, solamente se hizo por tel¨¦fono, lo que genera un sesgo en contra de los barrios m¨¢s pobres porque las familias de clase trabajadora pasan m¨¢s tiempo fuera de casa y son m¨¢s dif¨ªciles de encuestar y es donde hay menos penetraci¨®n de tel¨¦fono¡±, explica Byron Villac¨ªs, exdirector del Instituto de Estad¨ªsticas y quien trabaj¨® ah¨ª durante cinco a?os. Es decir, seg¨²n Villac¨ªs, la situaci¨®n real es peor que la que reflejan las cifras porque, adem¨¢s, estas han dejado fuera la medici¨®n de la informalidad que, antes del coronavirus ya afectaba a casi la mitad de los trabajadores (46,7 %, a diciembre de 2019). ¡°Ese mal resultado¡± no refleja el impacto real, concluye el analista, porque ¡°las familias, cuando pierden su trabajo o se deterioran sus condiciones laborales, se refugian en la informalidad y eso conlleva una desmejora en la cobertura de salud, de seguridad social, del trabajo digno y de protecci¨®n social en general¡±.
Esa conclusi¨®n contrasta, sin embargo, con las cifras publicadas por el Ministerio de Trabajo. Seg¨²n la cartera gubernamental, en el periodo de pandemia y par¨®n econ¨®mico se han destruido 507.000 plazas de trabajo de acuerdo a las actas de finiquito inscritas por los empleadores, pero, al mismo tiempo, se han firmado 242.000 contratos de trabajo nuevos. Principalmente, para actividades de agricultura, ganader¨ªa, silvicultura y pesca (46.078), para comercio (31.817) o para industrias manufactureras (25.113). Como ¡°empleos salvados¡±, Trabajo contabiliza casi 43.000 contratos vigentes en los que las empresas han optado por reducir la jornada de trabajo -y el sueldo proporcionalmente- al empleado.
¡°Si vemos la ca¨ªda en las ventas, fueron 3.000 millones de d¨®lares en marzo, 7.000 millones en abril, 6.000 millones en mayo y 4.000 millones en junio¡ Son casi, casi 20.000 millones de d¨®lares menos en ventas durante la pandemia. Obviamente, eso conlleva una reacci¨®n por parte de las empresas y va por las cargas y los costos¡±, resume Caterina Costa, presidenta de la C¨¢mara de Industrias de Guayaquil y del Comit¨¦ Empresarial Ecuatoriano a nivel nacional. La empresaria relaciona el deterioro laboral a un problema de flujo y liquidez que ha provocado el cierre de empresas. ¡°Ya ven¨ªamos con malas estad¨ªsticas laborales y de ah¨ª nuestra insistencia en hacer reformas normativas desde la ¨¦poca de bonanza petrolera¡±, recuerda, citando que antes de la pandemia solo cuatro de cada 10 personas ten¨ªa un trabajo con condiciones adecuadas y ¡°ahora solo son dos de cada 10¡±.
La situaci¨®n macroecon¨®mica de Ecuador limit¨® la capacidad de maniobra y de entrega de incentivos al sector productivo por parte del Gobierno, reconoce Costa. S¨ª se abri¨® un espacio en la legislaci¨®n laboral para que las compa?¨ªas pudieran reducir la jornada de trabajo a sus empleados e incluso se ampli¨® la opci¨®n de firmar contratos temporales en negocios nuevos que antes estaba restringida solo para sectores espec¨ªficos como los temporeros agr¨ªcolas. ¡°Todo lo que sirva para sostener a las empresas ayudar¨¢ a recuperar el empleo¡±, apunta Caterina Costa, consciente, sin embargo, de que ¡°las ventas perdidas no se van a reponer en el corto plazo¡±, de que la reactivaci¨®n econ¨®mica total ¡°tomar¨¢ un tiempo¡± y ¡°de que ser¨¢ dif¨ªcil que se recuperen las plazas de trabajo¡±.
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