El momento del euro
La moneda ¨²nica se ha estancado en su papel internacional mientras el d¨®lar mantiene su supremac¨ªa
La plaza del euro en Fr¨¢ncfort, al lado del antiguo edificio principal del Banco Central Europeo en Kaiserstrasse, ha perdido brillo con el traslado del BCE a su nueva y flamante sede a orillas del r¨ªo Main. El s¨ªmbolo del euro ilumina de noche lo que ahora es un lugar de encuentro de skaters, viajantes que esperan el ¨²ltimo autob¨²s, y parejas enamoradas errantes.
Esta p¨¦rdida de brillo es una buena met¨¢fora de la evoluci¨®n del euro. M¨¢s de veinte a?os desde su creaci¨®n, sigue sin afianzarse como una verdadera moneda de reserva que pueda hacerle sombra al d¨®lar. La eurozona se ha gripado, con un crecimiento muy d¨¦bil y fr¨¢gil en la ¨²ltima d¨¦cada, crecientes divergencias econ¨®micas internas, inflaci¨®n muy por debajo de su objetivo, y profundas fallas estructurales no resueltas. No es de extra?ar, por tanto, que ning¨²n pa¨ªs vea ya la adopci¨®n del euro (que, recordemos, es un compromiso de todos los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea) como un incentivo para cambiar y mejorar sus pol¨ªticas econ¨®micas. El soft power del euro, esa capacidad diplom¨¢tica de incentivar cambios pol¨ªticos a cambio de un futuro econ¨®mico mejor, se ha difuminado, en paralelo al deterioro de la capacidad de la UE de evitar las derivas pol¨ªticas no solo en su vecindario sino incluso dentro de sus fronteras, como muestra la evoluci¨®n de Turqu¨ªa, Polonia y Hungr¨ªa hacia la democracia iliberal.
El euro se ha estancado en su papel de moneda internacional. EE UU y la eurozona representan un porcentaje similar del PIB y el comercio global pero, seg¨²n los datos del FMI, el porcentaje de reservas globales denominadas en euros es tan solo un 20%, muy por debajo del 60% del d¨®lar. El ¨ªndice del BCE del papel internacional del euro, que incluye tambi¨¦n el uso del euro como moneda de denominaci¨®n de activos y como medio de pago internacional, muestra unas proporciones similares.
La supremac¨ªa del d¨®lar permite a EE UU gozar del denominado ¡°privilegio exorbitante¡±, la capacidad de EE UU de financiarse a tipos de inter¨¦s menores de lo que corresponder¨ªa a sus fundamentos macroecon¨®micos. Tambi¨¦n permite a EE UU ejercer una fuerte y decisiva presi¨®n diplom¨¢tica a nivel global, a trav¨¦s de su control del sistema de pagos en d¨®lares y la aplicaci¨®n de sanciones, algo que, demasiadas veces ya, ha colocado a Europa en una delicada situaci¨®n diplom¨¢tica y que se hubiera evitado si el euro fuera una verdadera alternativa al d¨®lar.
Objetivo prioritario
Reforzar el papel internacional del euro debe ser un objetivo prioritario de la eurozona, tanto por razones econ¨®micas como geopol¨ªticas. EE UU hace tiempo que dedica mucha m¨¢s atenci¨®n y recursos a Asia que a Europa ¨Cla triste realidad es que en Washington ya solo se habla de Europa cuando hay crisis- y la asertividad, potencia y efectividad de la diplomacia econ¨®mica China es evidente. Europa ya no puede esconderse detr¨¢s de la Alianza Atl¨¢ntica, debe encontrar su propia voz, dejar de ser campo de juego de las relaciones internacionales y convertirse en jugador decisivo. Pero para ello no bastan las buenas intenciones, declaraciones de principios, ni medidas marginales. Si Europa quiere incrementar su potencial, debe invertir en ello.
La clave del privilegio exorbitante del d¨®lar es el amplio y l¨ªquido mercado de bonos del tesoro, que proporciona un activo cre¨ªble y seguro para los inversores mundiales. Si la eurozona quiere potenciar el papel internacional del euro, la condici¨®n necesaria es avanzar en dos direcciones: la reforma del Pacto de Estabilidad, y la pol¨ªtica fiscal com¨²n y su necesaria emisi¨®n de eurobonos; no activos sint¨¦ticos, sino eurobonos de verdad. La demanda global existe: hace un par de semanas, la UE inici¨® las emisiones de los ¡°bonos sociales¡± que financiaran el programa SURE de apoyo al mercado de trabajo y la demanda fue 14 veces superior a la oferta.
A corto plazo, adaptar el Pacto de Estabilidad a la realidad post covid-19, aceptando que la deuda p¨²blica no es un objetivo sino un instrumento de pol¨ªtica econ¨®mica cuando los tipos de inter¨¦s son cero, y por tanto eliminando el objetivo del 60% de deuda/PIB, es un paso imprescindible para aumentar la estabilidad de la eurozona y evitar un endurecimiento prematuro de la pol¨ªtica fiscal y un aumento de la divergencia econ¨®mica con EE UU y China. A medio plazo, el Plan de Recuperaci¨®n Europeo es la semilla que puede catalizar los eurobonos y crear el activo de reserva europeo. Para ello debe convertirse en un instrumento permanente y dotarlo de los impuestos europeos necesarios para el servicio de la deuda. Adem¨¢s de crear un activo de reserva, es un instrumento para revertir el deterioro de la inversi¨®n p¨²blica, completar la arquitectura econ¨®mica del euro, y apuntalar manera permanente la estabilidad de la eurozona. La experiencia de este a?o evidencia que compartir riesgos con una pol¨ªtica fiscal com¨²n refuerza la estabilidad del euro.
Las proyecciones del FMI para 2021 muestran una eurozona econ¨®micamente muy rezagada con respecto a EE UU y China, y un aumento muy preocupante de las divergencias dentro de la eurozona. Es el momento de la verdad para el euro. Parafraseando a Paolo Giordano, si no se aprovecha esta oportunidad, el d¨®lar y el euro seguir¨¢n siendo como los n¨²meros primos gemelos, aquellos que est¨¢n separados por un n¨²mero no primo: suficientemente cerca para ser comparables, pero siempre suficientemente lejos para nunca ser iguales.
En Twitter: @angelubide
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