La ¡®doctrina Guedes¡¯ pone Brasil en venta
El ¡®zar¡¯ econ¨®mico del Gobierno, Paulo Guedes, acomete la mayor privatizaci¨®n de empresas y recursos p¨²blicos en la historia de Brasil
El Gobierno brasile?o quiere venderlo todo. No es una licencia period¨ªstica ni un intento de enganchar al lector: son palabras literales del zar econ¨®mico de Jair Bolsonaro, el ultraliberal Paulo Guedes, y del propio secretario general de Privatizaciones, Salim Mattar, una figura cuya mera existencia es una declaraci¨®n de intenciones. M¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica, ya se han puesto manos a la obra, demostrando que van con todo en un plan privatizador iniciado en tiempos de Michel Temer, pero que ha ganado fuerza con el nacionalpopulista en el poder. El objetivo autofijado de recaudar 20.000 millones de d¨®lares (17.860 millones de euros) en 2019 a trav¨¦s de la venta, parcial o total, de paquetes accionariales en empresas o activos titularidad del Estado se ha quedado corto: hasta finales de septiembre, las autoridades brasile?as se hab¨ªan desecho de participaciones en compa?¨ªas por m¨¢s de 19.000 millones, hab¨ªa licitado infraestructuras por 6.000 millones y subastado derechos de exploraci¨®n de materias primas ¡ªsobre todo, petr¨®leo¡ª por 12.000 millones. Aunque con m¨¢s trabas de lo que le habr¨ªa gustado a la nueva Administraci¨®n, en el ¨²ltimo trimestre del a?o ¡ªun periodo para el cual a¨²n no hay datos disponibles¡ª la cifra ha seguido engordando.
El argumentario para la venta de los activos p¨²blicos que quedan en manos del Estado descansa en dos pilares. El primero, fiscal: hacen falta m¨¢s ingresos para reequilibrar las cuentas p¨²blicas y aminorar una deuda que se acerca peligrosamente al 80% del PIB. El segundo, el que m¨¢s pesa, puramente ideol¨®gico: Guedes, fiel a la doctrina de la Escuela de Chicago, est¨¢ plenamente abonado a la idea de que el sector privado es, por definici¨®n, mejor gestor que el Estado y esgrime que la venta de activos p¨²blicos disminuir¨¢ la corrupci¨®n. Las ansias privatizadoras, nacen, en boca del propio superministro de Econom¨ªa, de la ¡°disfuncionalidad¡± de las propias empresas p¨²blicas de la que culpabilizan al PT de Luiz In¨¢cio Lula da Silva.
En el horizonte del mandatario ultraderechista emerge un objetivo: obtener m¨¢s de 320.000 millones de d¨®lares en privatizaciones y subastas de infraestructuras ¡ªde pozos petroleros a carreteras, aeropuertos y puertos¡ª durante su mandato. Solo en el a?o reci¨¦n estrenado, Mattar ha anunciado la voluntad del Gobierno de deshacerse de su participaci¨®n en 120 empresas, un n¨²mero que podr¨ªa m¨¢s que duplicarse de lograr el visto bueno del Senado ¡ªun extremo que no est¨¢ nada claro, dada la controversia pol¨ªtica y la resistencia social¡ª para la venta de Electrobras y sus filiales. M¨¢s all¨¢ del holding el¨¦ctrico estatal, Guedes y su equipo han dado un paso al frente para la venta del puerto de Santos ¡ªel mayor de Am¨¦rica del Sur y el segundo m¨¢s importante de Am¨¦rica Latina¡ª y de sus acciones en la firma de telecomunicaciones Telebras. Una lista de la que ya formaban parte el servicio postal (Correios) o la Casa de la Moneda y a la que se acaba de sumar el 21% del gigante c¨¢rnico JBS, a¨²n en manos del Estado a trav¨¦s del banco de desarrollo BNDES y que saldr¨¢ al mercado aprovechando su buen momento burs¨¢til, en pleno auge exportador a China.
Fiel a la Escuela de Chicago, cree que el sector privado es el mejor gestor
El movimiento con JBS se parece mucho al que el Gobierno quiere llevar a cabo con la petrolera Petrobras: seguir deshaci¨¦ndose poco a poco de su posici¨®n accionarial, a¨²n superior al 42%. En paralelo, el Congreso ya ha movido ficha para facilitar la entrada de dinero privado en el sector de depuraci¨®n de aguas en un pa¨ªs en el que casi la mitad de la poblaci¨®n, unos 100 millones de personas, a¨²n no tienen acceso a este servicio b¨¢sico. Son las se?as de identidad con las que Bolsonaro quiere presentarse ante los inversores a finales de enero en el Foro de Davos, donde tratar¨¢ de explotar la imagen de un Brasil que ha dejado atr¨¢s los d¨ªas de la recesi¨®n y redoblar¨¢ los gui?os a los inversores.
Ante el bombo y platillo con el que el Gobierno est¨¢ vendiendo el proceso, prudencia. ¡°Sobre el papel se ve impresionante, pero la ejecuci¨®n ser¨¢ muy dif¨ªcil. Es una operaci¨®n, sobre todo, de puertas afuera y conviene rebajar expectativas¡±, dice Aldo Musacchio, de la Universidad de Brandeis. ¡°La experiencia nos demuestra que hay que tomarlo con un grano de sal¡±. En la misma l¨ªnea, Lourdes Casanova, directora del Instituto de Mercados Emergentes de la Universidad de Cornell llama a la cautela y advierte de dos riesgos: la creaci¨®n de monopolios privados, como ha sucedido en otros pa¨ªses latinoamericanos, y la debilitada capacidad negociadora de Brasil tras haberse autoimpuesto un objetivo concreto de privatizaciones. ¡°Siempre hay que vender desde una posici¨®n fuerte. Cuando est¨¢s obligado y el comprador lo sabe, te presiona¡±. Tampoco lo ven claro la mayor¨ªa de brasile?os: m¨¢s de las dos terceras partes de los consultados en agosto por Datafolha se mostraba contrario al plan de privatizaciones.
La deuda p¨²blica aprieta y hay que obtener recursos de forma r¨¢pida
¡°Es cierto que el Gobierno ha logrado superar su objetivo de recaudaci¨®n de este a?o, pero sobre todo por las concesiones, especialmente de petr¨®leo y gas. La ¨²nica opci¨®n de privatizaci¨®n total es Electrobras, para la que esperamos que logre la aprobaci¨®n del Congreso en 2020 o 2021¡±, subraya Chris Garman, de Eurasia. ¡°En resumen: el progreso ha sido positivo, pero lejos de lo que Guedes prometi¨® en campa?a¡±. Algo m¨¢s optimista se muestra Alberto Chong, profesor de Econom¨ªa en la Georgia State University y autor de Privatizaciones en Am¨¦rica Latina: mitos y realidades, que prev¨¦ ¡°un aumento relativamente inmediato en la calidad de los servicios p¨²blicos de la mayor¨ªa de empresas privatizadas, una mejora palpable en la cobertura de los servicios¡± y, eso s¨ª, ¡°el despido de trabajadores de las ex compa?¨ªas estatales¡±.
De cumplirse finalmente las cifras proyectadas por Brasilia, no hay precedentes cercanos de una ola privatizadora de esta envergadura. Entre 1991 y 2001, el sector p¨²blico transfiri¨® el control de 119 empresas o participaciones en compa?¨ªas. Obtuvo 68.000 millones de d¨®lares y redujo su deuda en 18.000 millones, seg¨²n los datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), unos n¨²meros que convert¨ªan a la operaci¨®n en una de las mayores transferencias de activos p¨²blicos de la historia. ¡°Ah¨ª s¨ª se vendieron las joyas de la corona: Vale, Petrobras, Siderbras...¡±, destaca Musacchio. Pero incluso despu¨¦s de aquel movimiento, el gigante sudamericano tiene 418 empresas de titularidad p¨²blica, seg¨²n la Fundaci¨®n Getulio Vargas, uno de los mayores think tanks brasile?os. Casi 140 de ellas est¨¢n en manos del Gobierno central y un centenar, dentro del radar privatizador de Bolsonaro. Fiel a su estrategia de mano dura, su titular de Infraestructuras, Tarc¨ªsio Gomes de Freitas, ya ha dejado caer que en los casos en los que sea imposible vender se optar¨¢ directamente por la liquidaci¨®n. Todo sea por cumplir su misi¨®n: encoger al m¨¢ximo el tama?o del Estado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.