?Puede despedir el M¨¢laga CF a V¨ªctor S¨¢nchez del Amo por un v¨ªdeo sexual grabado en la intimidad?
La ley laboral establece estrictas condiciones para que un club pueda sancionar a jugadores o entrenadores profesionales por actuaciones o conductas extradeportivas

La suspensi¨®n temporal de V¨ªctor S¨¢nchez del Amo como entrenador titular del M¨¢laga CF por aparecer en un v¨ªdeo de ¨ªndole sexual ha provocado un gran revuelo. La decisi¨®n, que ha sido anunciada despu¨¦s de conocerse la existencia de la grabaci¨®n, deja temporalmente fuera del banquillo al t¨¦cnico por un asunto que est¨¢ siendo investigado por la polic¨ªa. ?l mismo denunci¨® la filtraci¨®n por constituir un delito contra su intimidad, y ha manifestado estar siendo v¨ªctima de acoso y extorsi¨®n. Todo esto ha generado un intenso debate sobre hasta qu¨¦ punto pueden los clubes tomar medidas por las conductas extradeportivas de sus empleados.
Conductas extradeportivas
En primer lugar, los deportistas profesionales, como el t¨¦cnico del equipo boquer¨®n, tienen relaci¨®n laboral con sus clubes. En este sentido, adem¨¢s del Estatuto de los Trabajadores, y debido a la singularidad de su trabajo, se les aplica una norma especial, un decreto del a?o 1985, que les reconoce una serie de derechos y obligaciones.
Los jugadores o personal t¨¦cnico est¨¢n sometidos a la disciplina del club, que puede castigarles por incumplimientos contractuales tales como faltas de asistencia a los entrenamientos. Sin embargo, el art¨ªculo 17.2 del decreto proh¨ªbe expresamente sancionar a los profesionales por actuaciones o conductas extradeportivas ¡°salvo que repercutan grave y negativamente en el rendimiento profesional del deportista o menoscaben de forma notoria la imagen del club o entidad deportiva¡±. Solo en estos dos casos podr¨¢n tomar medidas disciplinarias contra el jugador, explica el abogado laboralista Pere Vidal.
Seg¨²n el letrado, la situaci¨®n laboral de S¨¢nchez del Amo no puede verse perjudicada por la difusi¨®n no consentida de un v¨ªdeo ¨ªntimo. Si, como parece, se trata de una grabaci¨®n realizada en un ¨¢mbito estrictamente personal y filtrada de manera il¨ªcita, no podr¨ªa utilizarse para justificar ninguna sanci¨®n. ¡°Ser¨ªa una prueba il¨ªcita¡±, afirma, por lo que podr¨ªa solicitar la nulidad, si llegara el caso, de su despido ante los tribunales laborales. La ley considera nulos los ceses que se producen vulnerando los derechos fundamentales del trabajador, en este caso, su intimidad. Ello significar¨ªa que el club ser¨ªa sancionado con la readmisi¨®n del t¨¦cnico y una muy posible indemnizaci¨®n por el da?o moral que le hubiese ocasionado.
Por otro lado, argumenta el abogado, la medida adoptada por el club, aunque sea cautelar y no implique p¨¦rdida de sueldo, no puede demorase ¡°m¨¢s de una semana¡±. En caso contrario, la imagen del entrenador, que ya se ha visto perjudicada, quedar¨ªa seriamente da?ada. Por este motivo, asegura, podr¨ªa llegar a reclamar una cuantiosa indemnizaci¨®n. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) del Pa¨ªs Vasco, por ejemplo, conden¨® en 2017 (resoluci¨®n que puede consultar aqu¨ª) a un equipo a pagar 150.000 euros a un pelotari por revelar informaci¨®n m¨¦dica del jugador. Los magistrados tuvieron en cuenta que, al tratarse de una actividad deportiva en la que la actualidad y la situaci¨®n f¨ªsica del jugador cobra relevancia propia, las declaraciones realizadas se convert¨ªan en un ¡°dato de inter¨¦s para los aficionados¡±.
Derecho a la intimidad
Nada impide que el club malague?o destuya a V¨ªctor, apunta ?lvaro San Mart¨ªn, abogado en bufetecasadeley.com, pero "tampoco hay garant¨ªa de que el despido sea procedente". Seg¨²n la doctrina constitucional, explica, el derecho a la intimidad del trabajador constituye un l¨ªmite al poder sancionador del empresario. Sin embargo, no es un derecho absoluto, y, en ocasiones, "puede ceder ante otros derechos constitucionalmente relevantes como puede ser la propiedad privada de la empresa". As¨ª aparece reconocido en la propia normativa aplicable a los entrenadores de futbol profesionales, aunque la sanci¨®n por actuaciones en el ¨¢mbito privado es excepcional.
La proyecci¨®n social de este deporte ayuda a que ciertos trabajadores tengan un protagonismo de tal nivel que su imagen quede inexorablemente conectada a la de su empresa y a "que ciertas conductas que puedan cometer fuera de la misma (como delitos viales, abusos sexuales, embriaguez) puedan implicar perdidas patrimoniales para la organizaci¨®n que con otros empleados no existir¨ªan", argumenta.
En el caso del entrenador del M¨¢laga, apunta el letrado, la procedencia del despido depender¨ªa, principalmente, "del grado de perjuicio que el v¨ªdeo hubiera provocado sobre la imagen del club, siendo evidente la conexi¨®n que existe entre este y las im¨¢genes, difundidas en redes sociales". Para San Mart¨ªn, la clave reside en la conexi¨®n de la conducta con la imagen empresarial y en la adecuada cuantificaci¨®n del perjuicio generado. Si no se cumplen estos dos requisitos, "el despido puede fracasar y, al estar implicado el derecho a la intimidad del propio trabajador, puede suponer la nulidad del mismo".
Si sufre presiones para dimitir, tambi¨¦n podr¨ªa denunciarlo. Toda dimisi¨®n, explica el abogado, debe estar firmada voluntariamente por el trabajador. En caso de coacci¨®n, podr¨ªa reclamar su nulidad.
La imagen del club
?Cu¨¢les son las conductas ¡°extradeportivas¡± que puedan menoscabar ¡°de forma notoria la imagen del club¡± a las que se refiere la ley? Se tratar¨ªa, por ejemplo, de actuaciones contrarias a los valores de la entidad (como consumir alcohol o estupefacientes en p¨²blico), o de manifestaciones realizadas para desprestigiarla. En todo caso, y dada la amplitud del derecho constitucional a la libertad de expresi¨®n, no ser¨ªan sancionables las quejas o cr¨ªticas como las realizadas por el t¨¦cnico del M¨¢laga pidiendo refuerzos para la plantilla. Por otro lado, la reacci¨®n del jeque catar¨ª, propietario de la entidad, dudando en las redes sociales del entrenador, puede ser un indicio, advierte Vidal, de la existencia de represalias por parte del club. En este caso, explica, la destituci¨®n tambi¨¦n podr¨ªa recurrirse por nula, dado que los trabajadores est¨¢n amparados por la legislaci¨®n laboral.
Un despido por desprestigiar o manchar la imagen del club ser¨ªa procedente si reuniera las notas de gravedad y proporcionalidad exigidas por los tribunales sociales. Siendo una materia muy casu¨ªstica, apunta el abogado, habr¨ªa que valorar las circunstancias en que se produce la actuaci¨®n, pero siempre teniendo en cuenta que el cese es el castigo m¨¢ximo con el que se puede sancionar al jugador. Debe realizarse, adem¨¢s de un juicio de proporcionalidad, una interpretaci¨®n restrictiva de la normativa sancionadora. Los clubes suelen incluir en sus Estatutos unos valores representativos que no pueden desconocer los deportistas. As¨ª, por ejemplo, ser¨ªa factible multar o, en ¨²ltimo caso, despedir, a un jugador del Bar?a que insultara p¨²blicamente a la ciudad de Barcelona.
En el caso del entrenador del M¨¢laga, explica el abogado, el club deber¨ªa probar que el v¨ªdeo deterior¨® gravemente la imagen del club, alegando que se grab¨® en horario laboral, dentro de sus instalaciones y que el t¨¦cnico llevaba la camiseta del equipo. Sin embargo, contin¨²a, ninguna de estas circunstancias ser¨ªan relevantes si se demuestra que se trat¨® de una grabaci¨®n realizada en la m¨¢s estricta intimidad y que su difusi¨®n fue un delito. ¡°No existir¨ªa en este supuesto intenci¨®n alguna de da?ar al club¡±, afirma Vidal.
Por otro lado, los reglamentos internos y convenios incluyen determinadas conductas sancionables. As¨ª, por ejemplo, el TSJ de Extremadura, confirm¨® en una sentencia de 2009 (cuyo texto puede consultar aqu¨ª) el despido de un jugador de baloncesto del Club C¨¢ceres por la condena por un delito de conducci¨®n bajo la influencia de bebidas alcoh¨®licas. El tribunal descart¨® que se hubiese vulnerado el principio non bis in ¨ªdem que proh¨ªbe sancionar una misma conducta dos veces. En la resoluci¨®n se menciona que el castigo estaba previsto en el reglamento interno del club y se afirma que los deportistas profesionales deben mantener un r¨¦gimen de vida saludable ¡°no solo por el club al que representan, sino por el ejemplo, que tanto si se quiere como si no, supone para la juventud, que suele elevarlos a la categor¨ªa de verdaderos ¨ªdolos¡±.
Canal de denuncia
La Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos (AEPD) dispone desde el mes de septiembre de 2019 de un canal prioritario para comunicar la difusi¨®n de contenido sensible en internet y solicitar su retirada inmediata. La autoridad trata de ofrecer una respuesta r¨¢pida en situaciones excepcionalmente delicadas. Se establece as¨ª una v¨ªa para que las reclamaciones recibidas sean analizadas de forma prioritaria, y se adopten medidas urgentes que limiten la difusi¨®n y el acceso de los datos personales.
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