La tercera injusticia del cambio clim¨¢tico
Los m¨¢s vulnerables no son s¨®lo los menos responsables y los m¨¢s afectados por las consecuencias del calentamiento global, sino tambi¨¦n las primeras v¨ªctimas de los ¡®acaparamientos verdes¡¯
Entramos en una de las d¨¦cadas m¨¢s decisivas de nuestra historia: nos jugamos la supervivencia misma de los segmentos m¨¢s vulnerables de la humanidad. La despedimos con una cumbre del clima, celebrada esta vez en Madrid que, una vez m¨¢s, puso de manifiesto la brecha colosal que existe no s¨®lo entre promesas y acci¨®n pol¨ªtica, sino tambi¨¦n entre supuestas soluciones y las realidades devastadoras que ellas mismas pueden engendrar. Uno de los principales obst¨¢culos de la COP25 gir¨® en torno a los controvertidos mercados de carbono y a las reglas que deben regir su funcionamiento.
Presentados como una soluci¨®n para mitigar las emisiones, los mercados de carbono, junto con otras iniciativas mercantiles claves como son la bioenerg¨ªa, combinada con la captura y el almacenamiento de carbono (BECCS), se basan sobre el supuesto de que pr¨¢cticas insostenibles en un lugar pueden ser mitigadas y/o compensadas por pr¨¢cticas m¨¢s sostenibles en otro. Sin embargo, esta estrategia de ¡®vender la naturaleza para salvarla¡¯[1] no s¨®lo ha sido incapaz de frenar las emisiones a nivel global, sino que tambi¨¦n ha contribuido a la violaci¨®n de derechos humanos entre los que cabe destacar el acaparamiento de tierras y el desplazamiento forzado de personas.
Desde la convergencia de m¨²ltiples crisis globales (financiera, energ¨¦tica, alimentaria y ambiental, entre otras) se ha impulsado un acaparamiento de tierras a una escala sin precedentes desde la ¨¦poca colonial. En un mundo donde el cambio clim¨¢tico se ha convertido, y con buen criterio, en uno de los temas primordiales para justificar intervenciones pol¨ªticas y de desarrollo, muchos de estos acaparamientos son ¡®acaparamientos verdes¡¯, definidos como ¡°apropiaciones de tierras y de recursos naturales con fines ambientales.¡±[2] Entre los propulsores de dichos acaparamientos cabe destacar las pol¨ªticas de mitigaci¨®n y de adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico que se basan en un uso masivo de la tierra, como son la producci¨®n de agrocombustibles (aceite de palma, soja, az¨²car, etc), los proyectos de conservaci¨®n forestales para reducir las emisiones que se derivan de la deforestaci¨®n y degradaci¨®n de bosques (como el REDD+), y los proyectos hidroel¨¦ctricos, entre otros.
Estas iniciativas de protecci¨®n ambiental a menudo sirven para crear nuevas fronteras entre aquellos que destruyen los recursos naturales ¡®desde lejos¡¯, como manera de ¡®compensar¡¯ sus desechos y continuar sus excesos, y aquellos que los protegen ¡®desde cerca¡¯ pero que pierden el acceso a los mismos. Cuando dichas pol¨ªticas se implementan en lugares donde las poblaciones locales carecen de protecci¨®n, de un acceso seguro a sus recursos y de una participaci¨®n digna en la toma de decisiones que afectan directamente a sus vidas, las pol¨ªticas clim¨¢ticas pueden de facto servir para legitimar la expulsi¨®n de los m¨¢s vulnerables y concentrar el control de los recursos naturales en las manos de las mismas ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas responsables de la destrucci¨®n ambiental, del cambio clim¨¢tico, y de las desiguales socio-econ¨®micas y pol¨ªticas que conducen a movimientos forzosos.[3]
Por ejemplo, en Senegal y Camboya, donde he llevado a cabo mi investigaci¨®n doctoral, cientos de personas est¨¢n perdiendo acceso a recursos naturales en manos de inversores implicados en mal llamados ¡®proyectos verdes¡¯. En todos los casos examinados, son los efectos conjuntos no s¨®lo de varios procesos extractivos -sino de procesos extractivos ¡®junto con¡¯ procesosde conservaci¨®n- los que han llevado tanto a la destrucci¨®n ambiental como a la expulsi¨®n de poblaciones. Aunque no todas las personas afectadas por el acaparamiento de tierras han perdido el acceso a sus tierras residenciales, todas han perdido el acceso a tierras de cultivo, de pastoreo y/o a ¨¢reas forestales.
Una gran contradicci¨®n nubla el horizonte: pretender que las personas m¨¢s vulnerables se queden en sus lugares de origen y a su vez ceder los mejores recursos naturales a ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas
Para los m¨¢s vulnerables, la p¨¦rdida de dichas tierras se ve acompa?ada de agravios y dificultades colosales. A pesar de narrativas de creaci¨®n de empleo, muchas de dichas iniciativas se basan en expropiar a poblaciones que carecen de derechos legalmente reconocidos sobre sus tierras o en crear empleos escasos que son estacionales, precarios e insuficientes. Los m¨¢s vulnerables tienden a convertirse en trabajadores desprotegidos y explotados dentro de los barrios y favelas de las megaciudades del sur que son incapaces de absorber la mano de obra adicional que se expulsa del campo.[4]
A la vez que cerramos nuestras fronteras a personas que corren peligros vitales, externalizamos la mitigaci¨®n de nuestras emisiones a lugares donde se evacua a las poblaciones locales de manera a menudo violenta: ?el c¨ªrculo de hipocres¨ªa al completo! Una gran contradicci¨®n nubla el horizonte: pretender que las personas m¨¢s vulnerables se queden en sus lugares de origen y a su vez ceder los mejores recursos naturales a ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas que son incapaces de crear empleos decentes para una poblaci¨®n en aumento es, cuanto menos, preocupante. En un contexto donde el tema de las migraciones clim¨¢ticas cobra cada vez m¨¢s importancia, y donde sentimientos xen¨®fobos hacia migrantes no dejan de sacudir a las democracias de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y contaminantes del mundo, es crucial no a?adir insulto a la injuria.
Las pol¨ªticas ambientales que no se concentren en la reducci¨®n de desigualdades sociales y en la redistribuci¨®n de sus beneficios, no s¨®lo har¨¢n poco para limitar las emisiones de carbono, sino que tambi¨¦n llevar¨¢n a lo que he denominado ¡®la tercera injusticia del cambio clim¨¢tico¡¯, donde los m¨¢s vulnerables no son s¨®lo los menos responsables del cambio clim¨¢tico y los m¨¢s afectados por sus consecuencias, sino tambi¨¦n las primeras v¨ªctimas de ciertas pol¨ªticas ambientales y clim¨¢ticas.
* Sara Vigil es investigadora en el Stockholm Environment Institute de Bangkok
[1] McAfee, A. 1999. ¡°Selling Nature to Save It? Biodiversity and Green Developmentalism.¡± Environment and Planning. D, Society & Space. 17 (2): 133.
[2] Fairhead, James, Melissa Leach, and Ian Scoones. 2012. ¡°Green Grabbing: A New Appropriation of Nature?¡±Journal of Peasant Studies 39 (2): 237¨C61.
[3] Vigil, Sara. 2018. ¡°Green Grabbing-Induced Displacement.¡± In The Handbook on Environmental Displacement and Migration. New York: Routledge.
[4] Vigil, Sara. 2019. Geopolitical Ecologies of Environmental Change, Land Grabbing and Migration: Comparative Perspectives from Senegal and Cambodia. Center for Local Democracy. International Institute for Social Studies (Erasmus University Rotterdam) and University of Liege: https://repub.eur.nl/pub/120765.
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