Cuando al otro lado de la taquilla no queda nadie
Cada vez m¨¢s negocios cierran su servicio presencial y dejan solo el 'online' para abaratar costes. Tras las quejas, Adif reabre las taquillas de las estaciones que cerr¨® en Navidad
Paradas de tren fantasma y apeaderos abandonados marcan el paisaje del valle de Sanabria. Esta comarca de Castilla y Le¨®n, situada a 100 kil¨®metros al noroeste de Zamora, recibi¨® a principios de este a?o la noticia del cierre del ¨²ltimo punto de venta presencial de billetes de tren que quedaba. Desde aquel d¨ªa la taquilla de la estaci¨®n de Puebla de Sanabria ha permanecido con la persiana bajada, la calefacci¨®n de la sala de espera apagada pese a las bajas temperaturas y los ba?os cerrados. Un peque?o cartel, inadvertido en una de las puertas que conectan con el and¨¦n, ofrec¨ªa un n¨²mero de tel¨¦fono como alternativa para adquirir billetes. Ni rastro de la m¨¢quina de autoventa que Renfe prometi¨® en sustituci¨®n. El motivo de la empresa: su escaso uso.
¡°No es solo el tren¡±, explica Ra¨²l Barrado, alcalde de Malpartida de Plasencia, una localidad extreme?a de 4.000 habitantes que tambi¨¦n se vio afectada, como otro centenar de municipios. ¡°Hay que sumarle el cierre de oficinas bancarias, centros de salud, tiendas de ropa, de comida¡¡±. Negocios que se extinguen m¨¢s r¨¢pido que sus usuarios ante la ca¨ªda de clientes o se reducen a un servicio digital para reducir costes, como propuso Renfe. ¡°La gente se est¨¢ quedando sin otra alternativa que irse de aqu¨ª¡±, lamenta Barrado.
Al igual que la venta de billetes, la opci¨®n digital ha ganado peso tambi¨¦n en el mundo bancario ante el cierre continuo de cajeros ¡ªseis oficinas al d¨ªa en el tercer trimestre de 2019¡ª que ya en 2017 hab¨ªa dejado a m¨¢s de 1,2 millones de espa?oles sin un banco en su localidad. A falta de un dato m¨¢s actualizado, todo apunta a que esa cifra ha aumentado. M¨¢s de 20.000 sucursales han desaparecido desde 2008, y m¨¢s de la mitad de los municipios de Espa?a no tienen ni oficinas bancarias ni cajeros, seg¨²n el Banco de Espa?a.
El m¨®vil se ha convertido en la herramienta b¨¢sica para gestionar las cuentas en estos lugares, pero la brecha digital lo convierte en un recurso in¨²til ante una poblaci¨®n envejecida y sin recursos para aprender. ¡°Llevamos a?os luchando para que se visualice que esto es un problema generalizado¡±, afirma Estefan¨ªa de R¨¦gil,?fundadora del proyecto eMayores y responsable de formaci¨®n de?emancipaTic, asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro dedicada a instruir a personas adultas en el uso de las nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Hay mucha gente de m¨¢s de 60 a?os que solo sabe usar el m¨®vil para llamar y mandar whatsapps. Otros no tienen ni smartphones y nadie les ense?a a usar estos dispositivos¡±, cuenta desde su experiencia. ¡°Ocurre en las grandes ciudades tambi¨¦n, aunque es m¨¢s frecuente en poblaciones rurales, donde faltan servicios y donde la alternativa digital no es que sea una opci¨®n, es que no les queda m¨¢s remedio¡±.
Adif comenz¨® a restaurar el mi¨¦rcoles la venta presencial en el centenar de estaciones que, como Puebla, perdieron el servicio con el comienzo del a?o, ante las m¨²ltiples quejas de plataformas, sindicatos y alcaldes de los municipios afectados. Esta rectificaci¨®n, de hecho, se convirti¨® en una de las exigencias clave para la formaci¨®n del nuevo Gobierno, despu¨¦s de que el diputado de Teruel Existe, Tom¨¢s Guitarte, llevase dicha condici¨®n al entonces candidato a la presidencia Pedro S¨¢nchez. ¡°Es una demanda para toda Espa?a, no solo para Teruel. El tren es un servicio esencial y vertebra regiones del pa¨ªs muy empobrecidas y envejecidas¡±, afirma el partido, que ha solicitado que se realice un estudio de impacto y se busque una alternativa.
No obstante, el servicio seguir¨¢ ¡°durante seis meses¡±, seg¨²n Adif, hasta que Renfe termine de adaptarse a la privatizaci¨®n del tren. La compa?¨ªa, ¨²nica operadora de las v¨ªas hasta que en diciembre desembarquen la francesa SNFC y la italiana Trenitalia-Isla, ya advirti¨® que eliminar¨¢ la venta presencial en las paradas con menos de 100 viajeros diarios, traslad¨¢ndola a Correos, donde en muchas localidades abre solo una hora por la ma?ana.
Juan Eugenio Mena, extreme?o de la plataforma en defensa del Tren Ruta de la Plata, asegura que el cierre no le sorprendi¨®: ¡°Con la excusa de que no somos rentables no hacen mas que recortar servicios y necesidades a los m¨¢s desfavorecidos. A perro flaco, todo son pulgas¡±.
Uno de cada cuatro habitantes de la provincia de Zamora no tiene una sucursal bancaria en su localidad. En esa zona coincide la menor tasa de acceso al efectivo de Espa?a con la poblaci¨®n m¨¢s envejecida del pa¨ªs, con una edad media de 50,7 a?os, seg¨²n el INE. Gestionar tu cuenta desde el m¨®vil o realizar compras por Internet puede convertirse en una odisea en esta regi¨®n.
¡°Lo de Internet aqu¨ª es africano¡±, resume el alcalde de Lubi¨¢n, Felipe Lubi¨¢n Lubi¨¢n, cuyos apellidos denotan su origen en esta poblaci¨®n zamorana de la Alta Sanabria. Mientras que la mayor¨ªa de Espa?a est¨¢ a punto de entrar en la era del 5G, la conexi¨®n apenas llega a las localidades de su zona. Los dat¨¢fonos de los comercios fallan y muchos hosteleros no pueden ofrecer siquiera reservas online. Aun as¨ª, su pueblo ha sido de los m¨¢s afortunados: al menos la sucursal que queda abre una vez a la semana, aunque la red cause continuos fallos que inutilizan las operaciones. En la misma comarca, el pueblo de Otero de Bodas no tiene ni cobertura telef¨®nica desde hace mes y medio. La alternativa digital, directamente, no existe.
Al cierre de sucursales bancarias lo han seguido la desaparici¨®n de todo tipo de comercios. Casi 1,5 millones de personas viven en municipios donde no hay supermercados. La mayor¨ªa, seg¨²n los datos de ASEDAS, la patronal de supermercados, vive en pueblos que no llegan a los 330 habitantes y donde uno de cada tres tiene m¨¢s de 65 a?os.
La aldea asturiana de Carrandi es uno de estos ejemplos. Gabriel Sakc, de Cibervoluntarios, lleg¨® a este antiguo pueblo minero perteneciente al concejo de Colunga el noviembre pasado como parte del proyecto de Expertclick, apoyado por la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca para combatir la brecha digital.
En esta peque?a poblaci¨®n de monta?a no quedan tiendas, gasolineras, ni farmacias. Hasta el servicio de misa ha desaparecido. Los autobuses pasan ¨²nicamente una vez por semana y la conexi¨®n a Internet funciona bien solo en el centro social, creado hace poco por los vecinos y en el que se concentra casi toda la actividad de la localidad. ¡°Para este tipo de poblaciones, que est¨¢n muy aisladas y sus habitantes tienen una alta dependencia, aprender a usar Internet es esencial. Muchos tienen problemas para desplazarse, y saber usar el m¨®vil para pedir citas m¨¦dicas o acceder a su pensi¨®n es vital. El problema es que la mayor¨ªa no sabe c¨®mo.¡±, asegura Sakc.
El doble filo de la digitalizaci¨®n
Aunque Internet se ofrezca como alternativa para las zonas que comienzan a carecer de servicios f¨ªsicos, la opci¨®n digital en ocasiones tambi¨¦n fomenta la desaparici¨®n de los negocios de proximidad, cada vez m¨¢s escasos en la Espa?a rural.
Carlos Mato, naci¨® en la misma zapater¨ªa que hoy regenta, la ¨²nica que queda en Puebla de Sanabria. Un comercio centenario que ha pasado de generaci¨®n en generaci¨®n. Pero ahora, las cuentas del local van cuesta abajo. El comercio electr¨®nico les hunde el negocio y los clientes escasean. ¡°La gente compra m¨¢s por Internet y, sobre todo, en los pueblos de alrededor, donde si quieres cualquier cosa tienes que coger el coche¡±, comenta el dependiente. Su problema, que comparten buena parte de los negocios peque?os y medianos, como ha advertido en diversas ocasiones la Confederaci¨®n Espa?ola de Comercio, se ve acentuado por la p¨¦rdida de clientes que conlleva la sangr¨ªa demogr¨¢fica de las zonas rurales.
A pocos metros de la zapater¨ªa, Teresa Escudero, de 50 a?os, trabaja con su marido en la tienda de electrodom¨¦sticos. Se niega a comprar por Internet. "Es tirar piedras sobre tu propio tejado. El otro d¨ªa vi los datos de Amazon: 500 millones de pedidos estas Navidades, pero apenas pagan impuestos. Y nosotros, el 21% cada mes. Nos est¨¢n llevando a la ruina", clama enfurecida. La ¨²ltima tienda de ropa de Puebla de Sanabria tiene ya colocado el cartel de liquidaci¨®n por cierre. Para su due?o, Jes¨²s Centeno, de 50 a?os, cerrar este negocio familiar "es un dolor del coraz¨®n". Hace diez a?os que su comercio empez¨® a caer en picado: "Primero la despoblaci¨®n y ahora, encima, la venta por Internet..."
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