Brecha de g¨¦nero en econom¨ªa y finanzas

Personalmente, he tenido el placer de haber participado doblemente, siendo coautora de uno de sus cap¨ªtulos y tambi¨¦n actuando como ponente en la mesa redonda que se organiz¨® para tal ocasi¨®n. Quisiera aprovechar este blog, con permiso de las dem¨¢s autoras de la publicaci¨®n, para trasladar algunas de las conclusiones m¨¢s relevantes de los diferentes cap¨ªtulos que lo componen, as¨ª como de las intervenciones que se produjeron a lo largo del acto de presentaci¨®n. Si queremos corregir los problemas que por cuesti¨®n de g¨¦nero hoy en d¨ªa se evidencian en el ¨¢mbito econ¨®mico y financiero, debemos partir de un riguroso diagn¨®stico que invite, inicialmente, a la reflexi¨®n, y posteriormente, al dise?o e implementaci¨®n de las medidas m¨¢s eficaces.

El primero de los cap¨ªtulos, del que soy coautora con mi compa?era y amiga Ver¨®nica L¨®pez, trata, precisamente, de la participaci¨®n laboral de la mujer en el sector financiero y de seguros en Espa?a. Aun cuando existe el mismo n¨²mero de mujeres ocupadas que hombres ocupados en el sector, y ambos colectivos han completado un nivel de formaci¨®n similar (generalmente, educaci¨®n superior), se constata un importante ¡°techo de cristal¡±. Por cada mujer directiva en el sector financiero y de seguros hay 1,7 hombres. Los hombres llegan a ser directivos con mayor facilidad y en menor tiempo: a las mujeres nos cuesta m¨¢s. No solo llegar, sino que, si llegamos a conseguirlo, nos cuesta mucho m¨¢s tiempo (19 a?os en la misma empresa hasta alcanzar ese puesto, frente a los 16 a?os en el caso de los hombres). Es m¨¢s, si llegamos a tener responsabilidades directivas, lo hacemos en puestos intermedios. Como mucho, llegamos a directoras territoriales, pero no a ocupar cargos de responsabilidad en las sedes o servicios centrales, que se concentran generalmente en Madrid y Barcelona (donde la ratio de H/M directivos se eleva hasta 2,3 veces).

Algunos de los factores explicativos de esta brecha de g¨¦nero en el sector financiero y asegurador, a los que se dedica el segundo cap¨ªtulo de esta publicaci¨®n (elaborado por Teresa Morales), son:

• ¡¤ La falta de referentes femeninos en los ¨®rganos de toma de decisiones, lo que dificulta la elecci¨®n de esta disciplina acad¨¦mica, sector o carrera profesional.
• ¡¤ La interrupci¨®n de la carrera laboral de la mujer como consecuencia de la maternidad, cuando opta por la excedencia o la reducci¨®n de su jornada laboral.
• ¡¤ La asunci¨®n un¨ªvoca de la responsabilidad de los cuidados (descendientes y tambi¨¦n ascendientes), en un contexto de ausencia de corresponsabilidad.
• ¡¤ La dilataci¨®n de las jornadas laborales, que hace menos atractivo el sector financiero y de seguros para el colectivo femenino, especialmente, teniendo en cuenta el punto anterior.
• ¡¤ La falta de formaci¨®n continua de la empresa hacia las mujeres ocupadas que se encuentran en torno a la edad de maternidad.

Entre las consecuencias de esta desigualdad de g¨¦nero en el sector financiero y de seguros se derivan otras brechas, tambi¨¦n conocidas y que no sorprenden encontrarnos, como la que tiene que ver con la remuneraci¨®n salarial y la participaci¨®n en beneficios.

El tercer cap¨ªtulo de esta publicaci¨®n, elaborado por Sara de la Rica y Yolanda F. Rebollo-Sanz, aborda la brecha de g¨¦nero en competencias cognitivas y en el desempe?o laboral, concretamente, en la participaci¨®n laboral y en los salarios. El an¨¢lisis realizado revela que los hombres superan, en media, en competencias cognitivas a las mujeres en un 4%, diferencia que se acrecienta con la edad. Esta mayor habilidad de los hombres es crucial para comprender una parte sustancial de la brecha de g¨¦nero en el mercado de trabajo. En particular, la brecha de g¨¦nero en competencias matem¨¢ticas a favor de los hombres es el factor que explica el 45% de la brecha de g¨¦nero que se observa en la probabilidad de estar empleado. Finalmente, las diferencias observadas en las competencias matem¨¢ticas explican el 40% de la brecha salarial de g¨¦nero. Esta contribuci¨®n de la brecha de g¨¦nero en habilidades num¨¦ricas sobre la brecha de g¨¦nero en el mercado de trabajo crece con la edad.

El cuarto cap¨ªtulo se dedica, por un lado, a evaluar la promoci¨®n de las mujeres economistas que trabajan en el Banco Central Europeo (BCE) en t¨¦rminos comparados con los hombres, y, por otro, a analizar si existe brecha de g¨¦nero en la evaluaci¨®n de los art¨ªculos acad¨¦micos realizados por hombres y mujeres economistas. Ha sido elaborado por Laura Hospido, junto con otros colaboradores. El primero de los an¨¢lisis concluye que, efectivamente, existe una brecha salarial de g¨¦nero que surge a los pocos a?os de la contrataci¨®n en el BCE, b¨¢sicamente, por una menor promoci¨®n entre las mujeres que entre los hombres. Y eso, a pesar de que las condiciones de entrada son similares en t¨¦rminos de niveles salariales y otras caracter¨ªsticas analizadas. El segundo de los an¨¢lisis realizados llega a la conclusi¨®n de que un art¨ªculo elaborado solo por mujeres economistas tiene un 6,8% menos de posibilidades de aceptaci¨®n que uno exclusivamente realizado por hombres, teniendo en cuenta multitud de caracter¨ªsticas que pueden hacer diferentes los art¨ªculos en consideraci¨®n. Tambi¨¦n encuentra que esta brecha de g¨¦nero se debe ¨²nicamente a los evaluadores hombres y que es mayor cuando ¨¦stos tienen menor informaci¨®n sobre la calidad de los autores y/o el trabajo enviado.

Por ¨²ltimo, el quinto cap¨ªtulo, realizado por Elena Ma?as y Mar¨ªa Teresa Gallo, tiene una perspectiva diferente a la de los dem¨¢s, en tanto y cuando trata de identificar si existe diferencia de g¨¦nero en el ¨¢mbito de la pareja. En particular, analiza posibles comportamientos en el seno de los hogares espa?oles que revelen otro tipo de violencia dom¨¦stica, menos conocida, como es la econ¨®mica. Se trata de un tipo de violencia ¨²nica que puede ejercer el agresor sobre la v¨ªctima bien durante la relaci¨®n o incluso despu¨¦s de finalizada la misma, bien trav¨¦s del control de la econom¨ªa dom¨¦stica y/o a trav¨¦s de la merma de la propia independencia econ¨®mica de la mujer. Los resultados obtenidos no pueden ser m¨¢s alarmantes: aproximadamente el 2,5% de las mujeres de 16 a?os en adelante ha experimentado violencia econ¨®mica por parte de su pareja o expareja en los ¨²ltimos 12 meses y el 10,8% lo ha experimentado por parte de alguna pareja o expareja a lo largo de la vida. Estas brechas de g¨¦nero pueden derivar, en el peor de los casos, en un problema de violencia de g¨¦nero. La necesidad de terminar con este grave problema social es urgente para progresar en la consecuci¨®n de un desarrollo sostenible y mejorar en el ODS 5 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. M¨¢xime en estos momentos de confinamiento en el hogar como consecuencia de la actual crisis sanitaria sobrevenida que sufre el pa¨ªs, pues este problema podr¨ªa acentuarse.

[1] La publicaci¨®n est¨¢ disponible en el siguiente enlace: https://www.mineco.gob.es/portal/site/mineco/menuitem.d27e450d6789dd5c6a5af299026041a0/?vgnextoid=1d44604a05dbf310VgnVCM1000001d04140aRCRD