Radiograf¨ªa del uso de la banca electr¨®nica en Espa?a en la era pre-COVID-19
El an¨¢lisis descriptivo de esta entrada al blog se centra en el uso en 2019 de los canales digitales por los hogares espa?oles, a partir de los datos de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnolog¨ªas de Informaci¨®n y Comunicaci¨®n en los Hogares del INE; que servir¨¢ en su momento para contrastar con la pr¨®xima edici¨®n de la misma, que se publicar¨¢ en el mes de noviembre.
La aceleraci¨®n de la adopci¨®n de herramientas digitales en nuestra vida cotidiana ha sido uno de los efectos indirectos de la crisis sanitaria de la COVID-19 y de las medidas de confinamiento decretado. Esto es algo que suponemos por la evidencia anecd¨®tica que observamos y que estamos experimentando personalmente, pues la siguiente oleada de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnolog¨ªas de Informaci¨®n y Comunicaci¨®n en los Hogares del INE, con datos del a?o 2020, no ser¨¢ publicada hasta el mes de noviembre de este a?o, y previsiblemente recoger¨¢ estos efectos.
El an¨¢lisis descriptivo que ocupa esta entrada alblog se centra en el uso en 2019 de los canales digitales por los hogares espa?oles, a partir de los datos de la encuesta se?alada que servir¨¢ en su momento para contrastar con esa nueva informaci¨®n de la que dispondremos en los pr¨®ximos meses. En particular, se analiza el uso de la banca electr¨®nica, y el primer gran hallazgo es que, en Espa?a, de una poblaci¨®n internauta de entre 16 y 74 a?os que suponen 31,7 millones de personas, seis de cada diez declaraban ser usuarios de la banca electr¨®nica1.
La encuesta permite poner el foco en distintos perfiles tanto sociodemogr¨¢ficos como socioecon¨®micos de la poblaci¨®n, y de este modo la radiograf¨ªa que arrojan los datos es mucho m¨¢s rica e interesante.
Dime c¨®mo te llamas, cu¨¢ntos a?os tienes, d¨®nde vives, qu¨¦ has estudiado, en qu¨¦ trabajas y cu¨¢nto ganas, y sabr¨¦ si usas la banca electr¨®nica
Las diferencias por sexo, sin controlar por otros factores, apenas superan los tres puntos porcentuales (59% ellas, 62,1% ellos). Las asociadas al tama?o de la localidad de residencia de los y las Internautas ya comienzan a agrandarse: a mayor tama?o de la localidad, mayor porcentaje de usuarios de banca electr¨®nica. As¨ª, en localidades con menos de 10.000 habitantes el 54,9% de los internautas declaran ser usuarios de la banca electr¨®nica, mientras que en aquellas con m¨¢s de 100.000 habitantes o que tienen la condici¨®n de capital de provincia este porcentaje asciende hasta el 64,4%. Ya tenemos una primera brecha digital: urbano / rural.
La brecha por condici¨®n de edad es incluso m¨¢s evidente. Mientras que entre los adultos j¨®venes (25-44 a?os) son m¨¢s de siete de cada diez los usuarios de este canal de comunicaci¨®n y transacci¨®n con las entidades financieras, la proporci¨®n de usuarios en el tramo de edad entre 65 y 74 a?os es aproximadamente la mitad a la de los j¨®venes (algo m¨¢s de uno de cada tres). Entre los m¨¢s j¨®venes (16-24 a?os) menos del 50% son usuarios de estos servicios, lo que seguramente est¨¢ asociado a su situaci¨®n de inactividad y de dependencia econ¨®mica. El grupo etario m¨¢s llamativo es quiz¨¢ el de las edades comprendidas entre los 55 y 64 a?os, en el que apenas uno de cada dos declara ser usuario de banca electr¨®nica, un canal que se encuentra activo en Espa?a desde finales de los a?os 90, y pr¨¢cticamente universal desde hace quince a?os. Distinguiendo por nacionalidad, la diferencia asciende a casi veinte puntos porcentuales: mientras que el 62,2% de los internautas con nacionalidad espa?ola son usuarios de la banca electr¨®nica, lo son apenas el 44,7% de los extranjeros.
El uso de la banca electr¨®nica tambi¨¦n avanza con el nivel de estudios alcanzado por los internautas de entre 16 y 75 a?os. Los usuarios que cuentan con estudios universitarios duplican en proporci¨®n (desde el 77,8% de los diplomados al 88,6% de los doctorados) a aquellos que cuentan con titulaci¨®n de ense?anza superior obligatoria (41,9%), y triplican a los que cuentan solo con titulaci¨®n de educaci¨®n primaria. Solo uno de cada ocho internautas sin estudios utiliza este canal.
Alud¨ªamos a la situaci¨®n laboral al tratar de explicar el escaso uso entre la poblaci¨®n m¨¢s joven. De hecho, las de inactividad son las situaciones que menor proporci¨®n de usuarios concentra. Llama la atenci¨®n ¨Cy nos obliga a revisar la primera afirmaci¨®n en cuanto a la ?inexistente? brecha de g¨¦nero- que apenas tres de cada diez personas dedicadas a las labores del hogar¨C ocupaci¨®n con un 90% de representaci¨®n femenina- utilizan el canal digital bancario. Le siguen los pensionistas (42,9%), colectivo que por definici¨®n recibe ingresos de forma regular por prestaciones sociales a sus cuentas bancarias; y los estudiantes (en l¨ªnea con el dato etario). Entre los activos desempleados, solo la mitad utiliza el canal de banca electr¨®nica. Son los ocupados los que elevan la proporci¨®n hasta el 72%.
Entre los ocupados, tambi¨¦n se observan diferencias notables en funci¨®n del tipo de profesi¨®n. Los trabajadores por cuenta ajena (asalariados) superan en casi cuatro puntos (72,6%) a los trabajadores por cuenta propia (68,9%). Este dato es de una importancia notable, ya que desvela que o bien las habilidades digitales de los trabajadores aut¨®nomos y empresarios son menos avanzadas en media que las de los asalariados, o est¨¢n peor equipados, o conf¨ªan m¨¢s en el canal presencial de sus entidades financieras, o simplemente les resulta m¨¢s conveniente. Un an¨¢lisis de los microdatos de la encuesta permitir¨¢ desvelar cu¨¢l de estas es la respuesta que mejor explica esta diferencia.
Por tipo de ocupaci¨®n principal, las caracter¨ªsticas asociadas a los trabajos manuales condicionan una significativamente menor adopci¨®n de la banca electr¨®nica entre los ocupados en este tipo de trabajos, ya que se distancian en m¨¢s de veinte puntos de aquellos trabajadores que desempe?an tareas no manuales, y de 35 puntos con aquellos trabajadores de actividades TIC.
La capacidad econ¨®mica tambi¨¦n parece ser determinante de la adopci¨®n y uso de canales digitales para acceder a servicios de las entidades financieras, ya que la proporci¨®n de usuarios de banca electr¨®nica asciende con el nivel de ingresos netos del hogar. Mientras que apenas el 42,7% de los miembros de hogares con ingresos netos inferiores al salario m¨ªnimo (actual) son usuarios, en hogares con ingresos superiores a los 2.500 euros el porcentaje asciende hasta el 76,8%, con niveles de uso intermedios en hogares entre esos dos niveles de ingresos.
?Qu¨¦ pasa con las personas mayores de 75 a?os?
La encuesta incluye, al igual que una secci¨®n independiente para menores de 16 a?os, otra para los ciudadanos m¨¢s senior. Y del tema que nos ocupa se constata que de los m¨¢s de 4,2 millones de mayores de 75 a?os, solo uno de cada cuatro se declara usuario de Internet, pero apenas 280.000 (un 6,6% del total o uno de cada quince) se declara usuario de la banca electr¨®nica. Entre los senior con estudios universitarios terminados, la proporci¨®n asciende hasta cuatro de cada diez.
?Seguro que no hay brecha de g¨¦nero
La encuesta pregunta acerca de tres tipos de actividades financieras que implican un acto de contrataci¨®n, y los resultados desvelan que la adopci¨®n de la banca electr¨®nica para realizar este tipo de operaciones es muy limitada, salvo por lo que respecta, si acaso, a la contrataci¨®n o renovaci¨®n online de contratos de seguros. La obtenci¨®n de financiaci¨®n, y a pesar de la enorme oferta online de proveedores de micropr¨¦stamos o pr¨¦stamos r¨¢pidos, apenas es formalizada de forma remota por el 2,7% de la poblaci¨®n internauta. Actividades m¨¢s sofisticadas como la compra / venta de productos de inversi¨®n financiera apenas las realizan en media uno de cada cuarenta internautas en Espa?a. Queda mucho camino que recorrer, tanto por parte de los usuarios (demanda) como por las entidades financieras (oferta).
En estos tres tipos de actividades financieras la brecha de g¨¦nero es espectacular: los internautas hombres que realizan formalizaci¨®n online de pr¨¦stamos o contrataci¨®n de seguros son en n¨²mero un 50% superior a las internautas mujeres. En la gesti¨®n de inversiones financieras son, ni m¨¢s ni menos, un 250% superior.
Algunas lecciones inmediatas
Este panorama reciente, aunque posiblemente muy diferente al actual en algunos aspectos como el uso de un medio de pago del que no hemos hablado a¨²n (dinero en efectivo; monedas y billetes), me empuja a proponer los siguientes ¨¢mbitos de mejora. O m¨¢s bien palancas que impulsen la adopci¨®n de mayores herramientas digitales para realizar tareas cotidianas o frecuentes, como es la gesti¨®n de las finanzas personales (y profesionales).
En primer lugar, la asequibilidad, seguido de sencillez y de acompa?amiento a ¡°usuarios novatos¡± en sus primeras transacciones financieras digitales. Acompa?amiento, entrenamiento, demostraciones ¨Ccomo lo queramos llamar- que genere la suficiente confianza de que el canal es seguro. En otras palabras, conveniencia. Que sea el canal que re¨²na las condiciones para ser el utilizado por defecto por todo el mundo: j¨®venes y mayores; urbanitas o rurales; eminencias o no; seas m¨¢s o menos techie. Y por supuesto, la accesibilidad. Universal. Una tarea muy pendiente en nuestro pa¨ªs.
Otros tres grandes temas que han surgido en el an¨¢lisis son las brechas urbano/rural; la desvelada entre trabajadores por cuenta ajena y los que lo hacen por cuenta propia; y la brecha de g¨¦nero, con la que nos volvemos a encontrar en este blog.
1 Usuarios de Internet que han utilizado por motivos particulares la banca electr¨®nica en los tres meses anteriores al momento de la encuesta.
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