Las grietas del pacto de migraci¨®n y asilo
El nuevo acuerdo decepciona porque no responde a las expectativas de una Europa de cambio y de valores sustentados en el derecho internacional
Desde que Ursula Von der Leyen incluy¨® en la agenda de la Comisi¨®n Europea la elaboraci¨®n de un Nuevo Pacto sobre Migraci¨®n y Asilo, al asumir su presidencia en 2019, se crearon muchas expectativas. Actores como la Fundaci¨®n Alternativas han planteado que dicho pacto deber¨ªa responder a necesidades como una reforma del Sistema Europeo Com¨²n de Asilo y del reglamento de Dubl¨ªn, que estuvieran orientadas a una mayor protecci¨®n y seguridad para las personas y sus derechos; as¨ª como incluir propuestas dirigidas a favorecer v¨ªas seguras y legales, y realizar un viraje desde las medidas de externalizaci¨®n de fronteras hacia modelos de co-responsabilidad con los terceros pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito de las personas migrantes y refugiadas.
Sin embargo, a pesar de algunas referencias del pacto a un ¡°enfoque humano¡±, a ¡°salvar vidas¡±, a ¡°obligaciones legales y morales¡± o a la ¡°solidaridad del conjunto¡±, la propuesta, publicada finalmente el pasado 23 de septiembre, ha quedado reducida al ¡°pacto de las tres erres: retenci¨®n, rastreamiento y retorno¡±.
Retenci¨®n: porque pone bajo las cuerdas a los pa¨ªses terceros, supeditando el di¨¢logo y financiaci¨®n europea a su buen ¡°comportamiento migratorio¡±. Deben encargarse de retener a las personas para que no lleguen a la UE, y de readmitirlas si eventualmente lo consiguen y son expulsadas.
Rastreamiento: porque el pacto se sustenta en cuestiones como el refuerzo de FRONTEX para un mayor control mar¨ªtimo y terrestre, o en la identificaci¨®n de las personas y su rastreamiento y detenci¨®n en caso de fuga.
Retorno: porque otro de los mecanismos claves es el procesamiento r¨¢pido de las solicitudes de asilo en frontera, y todav¨ªa m¨¢s r¨¢pido para el retorno cuando las solicitudes son desestimadas. Y si las personas consiguen cruzar las fronteras y pisar suelo europeo, se pone en marcha un sistema de solidaridad ¡°a la carta¡±, obligatorio pero flexible, fundamentado en instrumentos como ¡°el patrocinio de retornos¡± para aquellas personas ¡°que no cuenten con el derecho a quedarse¡±.
Quiz¨¢s no sorprenda a los m¨¢s realistas o esc¨¦pticos sobre el pacto, pero claramente decepciona, porque no responde a las expectativas de una Europa de cambio y de valores sustentados en el derecho internacional.
En lo que llevamos de 2020, hemos podido ver en la Uni¨®n -o por fin nos hemos dado querido dar cuenta de ello, en plena pandemia- c¨®mo las personas refugiadas y migrantes, tambi¨¦n aquellas en situaci¨®n administrativa irregular, realizan tareas esenciales para la vida, en sectores como la alimentaci¨®n o los cuidados. Y hemos podido ver qu¨¦ ocurre dentro de nuestras fronteras cuando dejamos de aplicar las convenciones de derechos humanos de las que nuestros pa¨ªses son signatarios: el mundo arde. En Moria o, incluso m¨¢s cerca, en los asentamientos donde se ven forzadas a malvivir personas migrantes sobreexplotadas en las zonas agr¨ªcolas de Espa?a.
Pero nada de ello ha servido para que el pacto se haga bajo un marco de derechos humanos o de justicia, o que sea honesto y reconozca las responsabilidades europeas en el origen de la migraci¨®n forzosa en muchos pa¨ªses, o los incontables aportes que realizan las personas de origen migrante que residen en Europa, tambi¨¦n aquellas en situaci¨®n irregular.
Y, sin embargo, hemos visto, ya incontables veces, c¨®mo el enfoque de seguridad no funciona. Al menos no para los objetivos que se verbalizan: no sirve para frenar la migraci¨®n, s¨®lo transforma en mucho m¨¢s mort¨ªferas las traves¨ªas y el cruce de las fronteras. Sin embargo, eso s¨ª, mueve mucho dinero.
Por delante queda una larga hoja de ruta de negociaci¨®n entre los Estados miembros y las instituciones europeas para la implementaci¨®n del pacto. Aqu¨ª yace tal vez la oportunidad para que desde la ciudadan¨ªa y desde los distintos actores sociales podamos hacernos o¨ªr y decir que #EsteNoEsNuestroPacto.
* Jara Henar es responsable de Migraciones en Alianza por la Solidaridad-Action Aid
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