Fedea pone en duda los efectos de la jubilaci¨®n activa si no se incentiva su aplicaci¨®n
Rebajar los requisitos y mejorar las bonificaciones para que trabajadores y empresas opten por su implementaci¨®n pasa por ser la soluci¨®n seg¨²n un estudio del ¡®think tank¡¯
El aumento de la longevidad y su impacto en las cuentas p¨²blicas tiene su m¨¢ximo exponente en el pago de las pensiones. Es por ello que la relaci¨®n entre cotizantes y pensionistas experimenta desde hace a?os una tensi¨®n progresiva que tiende a poner en riesgo la supervivencia del modelo, uno de los pilares del Estado de Bienestar. Para tratar de que los dos extremos de la cuerda rompan su inercia, se han dise?ado distintas f¨®rmulas que pretenden aumentar el periodo en el que un trabajador prorrogue en el tiempo su aportaci¨®n a la Seguridad Social. La jubilaci¨®n activa es uno de esos modelos, centrado en que un empleado en edad legal de jubilaci¨®n (de 65 a?os y 10 meses) pueda compatibilizar el cobro de una parte de su pensi¨®n con su salario. Un beneficio que le llevar¨ªa a estirar su edad real de jubilaci¨®n. Sin embargo, desde Fedea aseguran que ¡°no es probable que la jubilaci¨®n activa alcance un grado de extensi¨®n muy importante en su forma actual¡±, y que para que esto suceda es necesario ¡°un cambio normativo que mejore la aceptaci¨®n del programa¡±.
Las bondades y debilidades del actual modelo, creado en 2013, centran el ¨²ltimo estudio del think tank, elaborado por dos de sus miembros, Alfonso R. S¨¢nchez y Sergi Jim¨¦nez. En un documento de 47 folios, ambos autores desgranan la deriva hacia la que se dirige la Seguridad Social en materia de pensiones, debido a las diferencias de volumen que existen entre beneficiarios y contribuyentes. Seg¨²n su valoraci¨®n, aunque la jubilaci¨®n activa ¡°en un mundo ideal¡± reforzar¨ªa inicialmente a ambas partes, ¡°mejorando la oferta de trabajo y la situaci¨®n financiera del sistema de pensiones¡±, en el ¡°mundo real¡± el beneficio ¡°no ser¨ªa inmediato [...], ya que depende de las decisiones de jubilaci¨®n y cobro de pensi¨®n de los trabajadores y del respaldo de las mismas por las empresas contratantes¡±. Y a?aden: ¡°Los objetivos del programa podr¨ªan verse frustrados si, por ejemplo, los trabajadores respondiesen adelantando la edad de cobro sin retrasar apreciablemente su jubilaci¨®n¡±.
El acceso a la jubilaci¨®n activa tiene, al mismo tiempo, sus restricciones para evitar que pudiera darse el problema anteriormente descrito. No todos los trabajadores pueden acceder a ella: solo aquellos que hayan cumplido la edad legal de jubilaci¨®n y que posean un historial completo de cotizaci¨®n (esto es, haber cotizado los 37 a?os necesarios para que la pensi¨®n sea por el 100% de la base reguladora). De ser as¨ª, al llegar a su edad de jubilaci¨®n pueden seguir trabajando y recibir, junto con su salario, un 50% de la pensi¨®n. Cuando llega la jubilaci¨®n definitiva, se percibe la cantidad estipulada inicialmente, sin a?adir m¨¢s dinero por el periodo trabajado de m¨¢s, en el que, adem¨¢s, se debe aportar una cotizaci¨®n especial del 8% (fondo de solidaridad).
En opini¨®n de los expertos de Fedea, el impacto cuantitativo de la implementaci¨®n de esta f¨®rmula no resultar¨ªa destacado, ¡°aunque tiene efectos distintos dependiendo de las caracter¨ªsticas de los individuos, en la mayor¨ªa de los casos no se crean incentivos financieros favorables a su uso¡±, se?alan. Diferenciando a los trabajadores por el nivel de salario percibido, proyectan un comportamiento desigual que ser¨ªa la fuente de esa incapacidad de generar un beneficio suficiente. ¡°Los trabajadores con salarios bajos tender¨¢n a jubilarse m¨¢s tarde, reduciendo los costes financieros del sistema de pensiones. Los trabajadores con salarios elevados (que activan la pensi¨®n m¨¢xima a la jubilaci¨®n) tender¨¢n a adelantar el cobro y resultar algo m¨¢s caros para el sistema. Para la mayor¨ªa de trabajadores, situados en un rango de ingresos intermedio, la jubilaci¨®n activa no crea incentivos compatibles con el retraso de la jubilaci¨®n, de modo que la participaci¨®n esperable en el programa es modesta¡±, describen.
Para reformular la herramienta y que pueda resultar m¨¢s atractiva, proponen una serie de cambios normativos, como reducir las condiciones de exclusi¨®n y la actualizaci¨®n de la pensi¨®n con la jubilaci¨®n definitiva. Sin embargo, este remedio generar¨ªa un nuevo da?o, ya que ¡°ambas medidas implicar¨¢n un mayor coste para la Seguridad Social¡±, apuntan.
Poco inter¨¦s de las empresas
La circunstancia de que las empresas no hayan promovido el empleo de esta f¨®rmula h¨ªbrida entre sus asalariados y que, por contra, s¨ª que haya tenido relativa aceptaci¨®n entre el colectivo de trabajadores aut¨®nomos tambi¨¦n demuestra, en opini¨®n de los autores del estudio, que el impacto de la jubilaci¨®n activa ¡°ser¨¢ modesto¡±. ¡°La evidencia emp¨ªrica de trabajadores aut¨®nomos utilizando el programa con una intensidad muy superior a las de sus hom¨®logos asalariados apunta a un desinter¨¦s de las empresas por mantener activos a sus trabajadores mayores¡±, describen. Ese cambio de comportamiento solo se producir¨ªa con la modificaci¨®n de algunos de sus par¨¢metros. ¡°Parece claro que cualquier extensi¨®n de la normativa de la jubilaci¨®n activa debe incluir el desarrollo de incentivos espec¨ªficos para las empresas empleadoras¡±, conf¨ªan.
A modo de conclusi¨®n final, desde Fedea convienen en dise?ar un plan que en un primer lugar tenga claro cu¨¢l es su objetivo principal: si el aumento de la oferta de trabajo o la contenci¨®n de costes. Independientemente de d¨®nde se sit¨²e el foco, las recomendaciones del think tank son compartidas: ¡°Eliminar las restricciones de exclusi¨®n salvo el acceso a la Edad Legal; permitir la extensi¨®n a edades anteriores a la Edad Legal; homogeneizar las cotizaciones de los jubilados activos con las del resto de los trabajadores, permitir cobros superiores al 50% para trabajadores de salarios bajos y actualizar la pensi¨®n al final del periodo de compatibilizaci¨®n¡±.
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