Mejorar la reforma laboral
Delimitar la prioridad en la aplicaci¨®n del convenio de empresa a las firmas de m¨¢s de 50 trabajadores fomentar¨ªa que las compa?¨ªas ganaran tama?o
El debate de la derogaci¨®n de la reforma laboral de 2012, afortunadamente, parece haber evolucionado hacia la correcci¨®n de sus aspectos m¨¢s negativos. Tras nueve a?os desde su implantaci¨®n, y la experiencia de una nueva crisis, derivada de la pandemia, creemos que es necesario preservar el logro central de la reforma de 2012: la consolidaci¨®n de la flexibilidad laboral interna en las empresas. Es importante que las empresas mantengan la posibilidad de adaptarse al ciclo econ¨®mico con m¨¢s facilidad, en lo posible mediante el acuerdo con los representantes de los trabajadores, y, as¨ª, reducir la incidencia de los despidos como v¨ªa principal de ajuste. En este sentido, ha sido positiva tambi¨¦n la racionalizaci¨®n modulada de costes de despido que debe ser mantenida, no retornando a la hegemon¨ªa de la improcedencia ni a la autorizaci¨®n administrativa de los EREs.
En principio, se podr¨ªa pensar que los resultados de transformaci¨®n en negociaci¨®n colectiva no parecen haber tenido un cambio sustancial, pues el modelo hegem¨®nico de negociaci¨®n colectiva sigue siendo el sectorial, con poca adaptaci¨®n al convenio la empresa. Pero, en nuestra opini¨®n esto no quiere decir, que la reforma no sea efectiva en esta dimensi¨®n. De hecho, es posible que en un ciclo econ¨®mico favorable, como el de los ¨²ltimos a?os hasta la pandemia, las empresas hayan preferido anclarse al convenio sectorial, pero sabiendo que cuando llegue un shock negativo podr¨¢n desviarse de dicho convenio colectivo sectorial al tener prevalencia el de empresa.
Dicho esto, la evaluaci¨®n econ¨®mica y jur¨ªdica de la reforma muestra tambi¨¦n algunos riesgos que creemos habr¨ªa que enmendar. El m¨¢s significativo es la posibilidad de una devaluaci¨®n salarial desproporcionada en empresas con presencia sindical d¨¦bil, facilitada por la negociaci¨®n colectiva descentralizada, y la modificaci¨®n unilateral de las condiciones contractuales salariales sin l¨ªmites cuantitativos expresos. Para evitar este riesgo de devaluaci¨®n abusiva, m¨¢s a¨²n en medio de una nueva crisis que lo agrava, proponemos matizar algunas medidas de la reforma, y trasladar la flexibilidad a aspectos distintos del salario, particularmente al tiempo de trabajo, con cuatro medidas de mejora muy concretas.
En primer lugar, habr¨ªa que delimitar la prioridad del convenio de empresa a aquellas de m¨¢s de 50 trabajadores con comit¨¦, sobre la base de un salario sectorial, porque, de esta manera, los trabajadores en empresas peque?as quedar¨¢n m¨¢s protegidos frente a una posible devaluaci¨®n salarial excesiva. Esta medida podr¨ªa adem¨¢s fomentar el crecimiento en tama?o de las empresas, autentico punto d¨¦bil de la econom¨ªa espa?ola.
En segundo lugar, se deber¨ªan articular l¨ªmites cuantitativos y temporales proporcionados en la modificaci¨®n unilateral por parte del empresario de los salarios, para evitar disminuciones abusivas del poder adquisitivo. Ambas medidas deber¨ªan complementarse con la necesidad de flexibilizar la vigente regulaci¨®n de la distribuci¨®n horaria irregular, en funci¨®n de las necesidades productivas, y convertir en estructural un nuevo modelo de ERTEs, que propicien m¨¢s ajustes por la v¨ªa de la cantidad de horas de trabajo, con protecci¨®n social, que de salario.
Por ¨²ltimo, la carencia m¨¢s notable de la aplicaci¨®n de la reforma laboral es su incapacidad para reducir temporalidad y la dualidad patol¨®gica de nuestro mercado de trabajo. Cabr¨ªa, t¨¢cticamente, retocar su contenido para corregir esta debilidad, a trav¨¦s de la recuperaci¨®n de la indemnizaci¨®n de 45 d¨ªas salario/a?o de la anterior improcedencia del despido en los contratos temporales fraudulentos, haciendo m¨¢s caro el temporal ilegal que el fijo legal y desincentivando, por tanto, el abuso de la temporalidad. Ser¨ªa conveniente, en la misma direcci¨®n, concentrar la flexibilidad horaria del trabajo a tiempo parcial ¨²nicamente en los contratos indefinidos. En cualquier caso, esta propuesta de mejora de la reforma laboral, abre la necesidad de abordar, en profundidad, el reto futuro de reducir nuestra alta precariedad en el trabajo, que est¨¢ comprobado supone una barrera para el crecimiento de la productividad.
Jes¨²s Lahera Forteza es catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo en la Universidad Complutense y Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz es catedr¨¢tico de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico Universidad Complutense y subdirector de FEDEA.
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