La gran liberaci¨®n
La mejora de expectativas libera una bolsa multibillonaria de gasto cautivo pero tensiona los precios
La crisis econ¨®mica generada por la pandemia no tiene parang¨®n, y todo apunta a que la recuperaci¨®n, por su fuerte dependencia de factores psicol¨®gicos, ser¨¢ tambi¨¦n singular. Las se?ales de rebote de la actividad son ya inequ¨ªvocas: alza en mayo del principal indicador de coyuntura, hasta m¨¢ximos de los ¨²ltimos dos lustros (el PMI roza el valor 60, evidenciando una aceleraci¨®n de la remontada); incremento en el mismo mes de la afiliaci¨®n en m¨¢s de 105.000 personas, descontando el efecto ERTE y...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
La crisis econ¨®mica generada por la pandemia no tiene parang¨®n, y todo apunta a que la recuperaci¨®n, por su fuerte dependencia de factores psicol¨®gicos, ser¨¢ tambi¨¦n singular. Las se?ales de rebote de la actividad son ya inequ¨ªvocas: alza en mayo del principal indicador de coyuntura, hasta m¨¢ximos de los ¨²ltimos dos lustros (el PMI roza el valor 60, evidenciando una aceleraci¨®n de la remontada); incremento en el mismo mes de la afiliaci¨®n en m¨¢s de 105.000 personas, descontando el efecto ERTE y la estacionalidad (los datos originales alcanzan el doble); vuelco de la confianza del consumidor hasta niveles precrisis; y renacimiento del turismo (aumentan las reservas de avi¨®n, si bien todav¨ªa se sit¨²an un 37% por debajo del mismo periodo de 2019, seg¨²n las plataformas del sector). Todo ello coexiste con un s¨®lido super¨¢vit externo, fruto del m¨¢s que aceptable comportamiento de las exportaciones, prueba de que las empresas que han sobrevivido mantienen su competitividad.
Los hogares pierden miedo a gastar, y los turistas a viajar, desencadenando una abrupta liberaci¨®n del gasto cautivado por la crisis. En las cuentas bancarias de los hogares espa?oles se han acumulado decenas de miles de millones de euros, y algo similar ha sucedido en la mayor¨ªa de econom¨ªas avanzadas, formando una multibillonaria bolsa de consumo latente. El giro de expectativas al calor de la vacunaci¨®n provoca el desembalse de esa demanda, casi simult¨¢neamente en todos los pa¨ªses, poniendo a prueba un aparato productivo debilitado y con capacidad de respuesta muy desigual seg¨²n los sectores.
El efecto colateral sobre los precios de la mejora de las expectativas no se ha hecho esperar y los s¨ªntomas son cada vez m¨¢s generalizados. A la escasez de semiconductores y de metales perceptible desde los albores de la recuperaci¨®n mundial a finales del pasado ejercicio, ahora se a?ade el encarecimiento de productos alimenticios (con alzas a un ritmo anual superior al 40%) y sobre todo de la energ¨ªa, un bien esencial para sostener nuestra expansi¨®n (m¨¢s del 30% en mayo). El resultado es una elevaci¨®n acusada de los costes de producci¨®n para las empresas, y por supuesto un repunte del IPC. De mantenerse esta tendencia, una parte del sobreahorro generado por la crisis podr¨ªa ¡°volatilizarse¡±, convirti¨¦ndose en un cuasi impuesto pagado por los hogares espa?oles a los productores de energ¨ªa, de componentes tecnol¨®gicos y de materias primas.
La presi¨®n sobre los precios deber¨ªa relajarse a medida que las empresas restauran su capacidad productiva y que la oferta se expande, en consonancia con el tir¨®n de la demanda. Pero este proceso tomar¨¢ tiempo, y podr¨ªa ser incompleto en los sectores donde la producci¨®n est¨¢ muy concentrada como los microchips, o se enfrenta a l¨ªmites naturales como la extracci¨®n de minerales imprescindibles para la transici¨®n energ¨¦tica y el mercado europeo de CO2. Adem¨¢s, empiezan a aparecer cuellos de botella en los mercados de trabajo, por ejemplo, en el sector de la construcci¨®n ¡ªuno de los inesperados beneficiarios de la recuperaci¨®n del gasto¡ª.
Para la econom¨ªa espa?ola, por tanto, se trata de atenuar las presiones inflacionistas internas y as¨ª maximizar el potencial expansivo de la demanda que se hab¨ªa quedado embalsada en la econom¨ªa espa?ola. El despliegue del plan de ayudas directas a las empresas ¡ªcuya implementaci¨®n se ha demorado incomprensiblemente¡ª ser¨ªa particularmente oportuno habida cuenta del progresivo retorno del turismo. La recalificaci¨®n y recolocaci¨®n de parados y de personas en ERTE deber¨ªa ser otra prioridad: este es el momento de activar las pol¨ªticas de empleo, y de combinar la protecci¨®n con un papel m¨¢s proactivo de la intermediaci¨®n laboral. El giro coyuntural tambi¨¦n aconseja una implementaci¨®n cautelosa del plan de recuperaci¨®n, priorizando los componentes m¨¢s transformadores y limitando el riesgo de agravaci¨®n de los incipientes cuellos de botella. Tras el Gran Confinamiento llega la gran liberaci¨®n de gasto cautivo, exigiendo una nueva priorizaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica.
Confianza
Las empresas vaticinan una intensa recuperaci¨®n para los pr¨®ximos meses, seg¨²n el ¨ªndice PMI de actividad futura, que en mayo roz¨® el m¨¢ximo hist¨®rico de 75 por segundo mes consecutivo. Adem¨¢s, el sector de servicios gana tracci¨®n, reduciendo la brecha tanto con la industria como con la construcci¨®n. Las expectativas de consumo apuntan en la misma direcci¨®n: el ¨ªndice de confianza del consumidor de mayo de la Comisi¨®n Europea para Espa?a recupera el valor de febrero 2020, superando la media de la serie hist¨®rica, un resultado avalado por el indicador del CIS.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_