A punto de despegar
La remontada est¨¢ en marcha. Sin embargo, tanto la coyuntura econ¨®mica como la sanitaria todav¨ªa dependen sobremanera de la pol¨ªtica econ¨®mica
La econom¨ªa espa?ola est¨¢ acerc¨¢ndose al punto de inflexi¨®n que marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en la crisis surgida a ra¨ªz de la pandemia. Las se?ales de una incipiente recuperaci¨®n son ya tangibles: mejora de los indicadores avanzados de actividad, incluso en el sector de servicios; pedidos netamente al alza, que vaticinan una aceleraci¨®n en los pr¨®ximos meses; repunte de la afiliaci¨®n a la Seguridad Social (descontando los trabajadores en ERTE y los aut¨®nomos con prestaci¨®n, se crearon 31.000 empleos en marzo y 68.000 en abril, que quiebran la mala racha del inicio de a?o).
Ese giro es fruto de la aceleraci¨®n de la vacunaci¨®n y de su corolario para la econom¨ªa: una reducci¨®n de la incertidumbre que ha venido pesando como una losa sobre el gasto de las familias, atemorizadas por la sucesi¨®n de olas de contagio y el riesgo de perder el puesto de trabajo. En un entorno sanitario algo menos amenazante, de momento, se vislumbra un saludable cambio de tendencia en el consumo (los datos de ventas minoristas, de producci¨®n de bienes de consumo y de gasto con tarjetas auguran un segundo trimestre en positivo). La construcci¨®n tambi¨¦n sale de su letargo, como evidencia el fuerte rebote del consumo de cemento desde febrero. Prueba de que los hogares emplean en renovaci¨®n de vivienda parte del exceso de ahorro acumulado durante la crisis.
Y es que estamos recorriendo el camino trazado por los pa¨ªses m¨¢s avanzados en la inmunizaci¨®n. En Estados Unidos, el Reino Unido e Israel, el tir¨®n de la demanda de los hogares, precedido por unos presupuestos p¨²blicos muy expansivos, parece haber doblegado las tendencias depresivas de los ¨²ltimos tiempos.
Trasladando esos resultados a nuestro pa¨ªs, el punto de no retorno se alcanzar¨ªa en torno a una cobertura antivirus del 40% de poblaci¨®n adulta con al menos una dosis. Al ritmo actual, Espa?a podr¨ªa rebasar ese umbral a inicios de junio, y conectar con la recuperaci¨®n en marcha en los mercados de exportaci¨®n m¨¢s importantes para la econom¨ªa espa?ola.
El turismo es una inc¨®gnita. La experiencia brit¨¢nica demuestra que las restricciones a la movilidad internacional y el temor a viajar perduran m¨¢s que el miedo a consumir dentro del propio pa¨ªs. De momento, en Espa?a, el sector registra una mejora notable de las reservas desde mediados de abril, entre el 20% y el 50% seg¨²n diversas estimaciones a¨²n incipientes. Sin embargo, ojo con extraer conclusiones precipitadas porque los niveles de partida son irrisorios. Adem¨¢s, las reservas se han producido en un contexto sanitario esperanzador, por el nivel reducido de contagios y de hospitalizaciones hasta el fin del estado de alarma. Un deterioro en esas cifras, eso s¨ª, echar¨ªa al traste las sensaciones que se perciben con vistas a la temporada tur¨ªstica de verano. Eso ser¨¢ clave.
Otro escollo es la aparici¨®n de cuellos de botella en algunos de los sectores m¨¢s pujantes de la industria y de los servicios, que dependen de la importaci¨®n de semiconductores y de otros suministros clave que empiezan a escasear en los mercados internacionales. Bienvenidos sean los fondos europeos, pero los 140.000 millones para Espa?a del Next Generation se har¨¢n realidad a destiempo, es decir, cuando la econom¨ªa ya haya dejado atr¨¢s lo peor de la crisis. Algo que obligar¨¢ a desplegar el arte de la priorizaci¨®n para incentivar la inversi¨®n sin presionar sobre los costes de producci¨®n.
Pero el principal desaf¨ªo para la econom¨ªa espa?ola es la generaci¨®n de consensos en torno a la agenda reformista, preludio de un crecimiento con empleo de calidad. Esa es tambi¨¦n una condici¨®n necesaria para garantizar la sostenibilidad de la deuda p¨²blica, en el entorno del 120% del PIB.
La remontada est¨¢ en marcha. Sin embargo, tanto la coyuntura econ¨®mica como la sanitaria todav¨ªa dependen sobremanera de la pol¨ªtica econ¨®mica: de su capacidad de adaptaci¨®n para no frustrar la inflexi¨®n del ciclo y de transitar del arsenal anticrisis a la transformaci¨®n del modelo productivo. Tanto Bruselas como el BCE tendr¨¢n ah¨ª mucho que decir.
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