El teletrabajo da la vuelta al ¡®coworking¡¯
La pandemia modifica los h¨¢bitos de trabajo colaborativo y abre nuevas v¨ªas de negocio para los espacios compartidos
Desde que el a?o pasado numerosos trabajadores salieron con el ordenador bajo el brazo para seguir con su actividad laboral desde casa, la crisis sanitaria ha redefinido muchos aspectos de la relaci¨®n cl¨¢sica entre trabajo y oficina. Algunos a¨²n no han vuelto a ella y otros ya no lo har¨¢n. O al menos no como antes. Para los coworking, espacios compartidos donde florece el emprendimiento, esta situaci¨®n ha abierto nuevos y prometedores caminos para el futuro, que pasan, entre otros aspectos, por un ...
Desde que el a?o pasado numerosos trabajadores salieron con el ordenador bajo el brazo para seguir con su actividad laboral desde casa, la crisis sanitaria ha redefinido muchos aspectos de la relaci¨®n cl¨¢sica entre trabajo y oficina. Algunos a¨²n no han vuelto a ella y otros ya no lo har¨¢n. O al menos no como antes. Para los coworking, espacios compartidos donde florece el emprendimiento, esta situaci¨®n ha abierto nuevos y prometedores caminos para el futuro, que pasan, entre otros aspectos, por un cambio en el perfil de cliente, la convivencia con el teletrabajo en sistemas h¨ªbridos o la contribuci¨®n al bienestar del usuario.
Cuando algunos trabajos dejaron de ser un lugar al que ir para algo que se puede hacer desde diferentes lugares, y la actividad individual dio paso a la cooperaci¨®n comenzaron a surgir los coworking. ¡°Incluso dentro de las propias empresas¡±, cuenta Mat¨ªas Rodr¨ªguez, director de Studio Banana, una firma multidisciplinar que dise?a y desarrolla espacios de trabajo colaborativos para otras compa?¨ªas. ¡°Y se ha acelerado mucho a consecuencia de la pandemia¡±, prosigue. ¡°Con un gran matiz: ahora van a tener que atender a nuevos p¨²blicos¡±.
A los usuarios m¨¢s numerosos de estos centros de trabajo, como emprendedores o aut¨®nomos, se han unido recientemente m¨¢s compa?¨ªas medianas. As¨ª lo afirma Mar¨ªa Calvo, directora de negocios de Impact Hub, una red internacional de coworking de impacto social, con presencia en Madrid, Barcelona y Zaragoza, entre otras ciudades. Se trata de empresas ¡°de m¨¢s de 50 o 100 trabajadores que buscan dejar su oficina tradicional o bien dise?ar un modelo h¨ªbrido que permita aprovechar lo mejor de los espacios f¨ªsicos y del teletrabajo¡±.
No se trata de un caso aislado. En The Shed, en Madrid, tambi¨¦n reconocen un cambio de cliente y un inter¨¦s creciente por el modelo h¨ªbrido que, creen, ha llegado para quedarse. ¡°Financieramente van a ver que tener un gasto fijo en un inmovilizado de un espacio es algo que no tiene mucho sentido¡±, dice Carlos Llerena, gerente del espacio. ¡°Y desde el punto de vista del rendimiento, este tipo de espacios, la actividad, la energ¨ªa, el entorno, las caracter¨ªsticas... son m¨¢s agradables que en una oficina fr¨ªa convencional¡±.
En el nuevo camino que ha abierto la pandemia, Rodr¨ªguez cree que estos espacios ser¨¢n una especie de caladero de clientes corporativos. ¡°Algunos ya se est¨¢n concibiendo pensando en que sus mayores ocupantes van a ser corporativos y por tanto entienden que puede haber algunas necesidades que difieren de las del usuario tradicional¡±, se?ala. La capacidad de transformaci¨®n y el fortalecimiento de los aspectos relacionados con la tecnolog¨ªa y su uso ser¨¢n puntos fundamentales.
¡°El espacio tiene que ser como un vac¨ªo que vamos rellenando dependiendo de las necesidades¡±, cuenta Jos¨¦ Molina Talavera, gerente de Be Working, situado en M¨¢laga. Antes de la crisis sanitaria su principal l¨ªnea de negocio eran los puestos de coworking y ahora ven c¨®mo aumenta el uso de salas de formaci¨®n y c¨®mo los servicios de oficina virtual, cuya demanda era casi inexistente, van ganando terreno.
Una corriente que tambi¨¦n han notado en Vortex, en Valencia. ¡°Son empresas que de momento han optado por dejar su oficina f¨ªsica y necesitan una direcci¨®n comercial y postal y un espacio de referencia donde mantener sus reuniones de equipo o con clientes¡±, cuenta Cristina Trilles, fundadora y gerente. En este espacio, adem¨¢s, han visto c¨®mo el usuario extranjero, que supon¨ªa el 75% de sus solicitudes, ha dado paso al nacional.
La flexibilizaci¨®n de las membres¨ªas es un fen¨®meno que se ha visto principalmente en los espacios y ciudades m¨¢s grandes. Las tarifas mensuales conviven con las diarias o por horas, los puestos fijos con los variables y se han abierto nuevas din¨¢micas, como la posibilidad de alternancia entre distintos miembros de un equipo. ¡°Para esto hemos tenido que apoyarnos mucho en la tecnolog¨ªa. Ha impulsado la flexibilidad de la oferta, la transformaci¨®n digital y la mejora de la experiencia visual¡±, asevera Calvo.
Para aquellos m¨¢s peque?os, fuera de Madrid o Barcelona, la tendencia parece apuntar en sentido contrario y ganan peso los clientes estables. ¡°El 95% de nuestros puestos son fijos. A nosotros nos ven¨ªa muy bien para evitar brotes y para que la gente se sienta segura¡±, comenta Iago Barreiro, fundador, junto a Tobias Lipp, de Modular Multiespazo, en Santiago de Compostela.
La mayor¨ªa, sin embargo, coincide en no establecer fianzas o compromisos a largo plazo, lo que deja mucho margen de respuesta y adaptaci¨®n a los usuarios. ¡°Nosotros no tenemos ning¨²n contrato de permanencia, el ¨²nico requisito es un mes de antelaci¨®n. Puedes tener aqu¨ª tres trabajadores y el mes siguiente no tenerlos¡±, se?ala Sandra Regueira, supervisora de The Roof, en A Coru?a.
Por lo general, en estos espacios siempre se ha tenido en cuenta el bienestar de sus ocupantes, pero ahora ese aspecto se presenta como algo cada vez m¨¢s importante. ¡°Entran en juego cosas como la nutrici¨®n o el fitness o incluso el bienestar psicol¨®gico¡¡±, apunta Rodr¨ªguez. ¡°Y, de repente, hay mucho operador que ya tiene restaurantes que ofrece cierto tipo de alimentos, o tienen acuerdos con gimnasios o hay gimnasios dentro de esos mismos espacios¡¡±, a?ade. ¡°Nosotros vamos en una direcci¨®n del coworking al coliving. Queremos crear un ecosistema entre la gente, que se ayuden uno al otro¡±, dice Lipp, ¡°organizamos clases de yoga, el viernes nos tomamos un vinito, tenemos proyectos en com¨²n¡¡±.
Frente a los espacios que se podr¨ªan definir como generalistas, emerge otra variante que busca una posici¨®n m¨¢s de nicho. Es el caso, por ejemplo, de Nolich, en Valencia, que naci¨® como un proyecto que buscaba reactivar la industria audiovisual del territorio y que vir¨® tras la pandemia. ¡°Llegamos a la conclusi¨®n de que, con la digitalizaci¨®n, un factor clave para nuestra comunidad ser¨ªa crear un hub de talentos creativos digitales, yendo m¨¢s all¨¢ del sector audiovisual¡±, afirma en un correo electr¨®nico Hern¨¢n P¨¦rez, consejero delegado.
A pesar de que muchos de estos espacios se vaciaron a causa de la covid-19 y algunos se han quedado por el camino, los pron¨®sticos son optimistas. El teletrabajo, adem¨¢s, es visto como una oportunidad m¨¢s que como una amenaza. ¡°Al trabajar desde casa siempre hay distracciones, ya sean ni?os o tareas dom¨¦sticas por hacer. Venir a un coworking ayuda a desconectar de todo eso para poder conectar mejor con tu trabajo y con compa?eros para recuperar la motivaci¨®n que se perdi¨®, en muchos casos, durante el confinamiento¡±, asegura P¨¦rez.