Facilidades crediticias tras la pandemia
Sin las l¨ªneas avaladas por el ICO se habr¨ªan multiplicado las quiebras, los cierres de empresas y las p¨¦rdidas de empleo.
Aunque persiste la incertidumbre sobre cu¨¢nto m¨¢s durar¨¢n los efectos sanitarios y econ¨®mico-financieros de la pandemia, ya empieza a hablarse de sus consecuencias ex¨Cpost y de las actuaciones que ser¨¢n necesarias para aminorar los efectos sobre toda la sociedad. En el caso del impacto sobre el sector empresarial, la referencia para ese d¨ªa despu¨¦s es el C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas aprobado por el Ministerio de Asuntos Econ¨®micos, que regula los c...
Aunque persiste la incertidumbre sobre cu¨¢nto m¨¢s durar¨¢n los efectos sanitarios y econ¨®mico-financieros de la pandemia, ya empieza a hablarse de sus consecuencias ex¨Cpost y de las actuaciones que ser¨¢n necesarias para aminorar los efectos sobre toda la sociedad. En el caso del impacto sobre el sector empresarial, la referencia para ese d¨ªa despu¨¦s es el C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas aprobado por el Ministerio de Asuntos Econ¨®micos, que regula los criterios para las posibles quitas y refinanciaciones a empresas y aut¨®nomos que solicitaron en su d¨ªa pr¨¦stamos a la banca avalados por el ICO.
El C¨®digo marca que las empresas en dificultades ¡ªsiempre que sus bancos crean que tienen viabilidad futura¡ª podr¨¢n prorrogar los vencimientos de los pr¨¦stamos garantizados por el ICO. Otra alternativa para esas empresas es convertir los cr¨¦ditos avalados en pr¨¦stamos participativos, lo que de alg¨²n modo es una conversi¨®n en capital. La ¨²ltima opci¨®n, m¨¢s dram¨¢tica, es negociar una quita para reducir la financiaci¨®n avalada.
Son las posibilidades que abre el C¨®digo, pero no olvidemos que el propio sector financiero tiene sus propias capacidades en este proceso con su conocimiento de las empresas a las que presta, y gestiona activos y por su mayor capacidad de evaluaci¨®n de riesgos. Las entidades financieras se dedican precisamente a esa administraci¨®n, una vez concedido un cr¨¦dito, a monitorizarlo y a gestionarlo con flexibilidad, si es necesario, para facilitar los pagos y evitar la morosidad. Tienen adem¨¢s incentivos a esa gesti¨®n prudente y a evitar llegar a los avales p¨²blicos para compensar p¨¦rdidas, porque reclamar esas garant¨ªas supondr¨ªa, por un buen tiempo, unas dotaciones a insolvencias importantes que afectar¨ªan muy negativamente a la cuenta de resultados.
En este momento de la verdad, hay que valorar el programa de cr¨¦ditos avalados por el ICO. Fue una respuesta ¡ªesta vez s¨ª, a diferencia de la crisis financiera de la d¨¦cada pasada¡ª contundente, r¨¢pida y eficaz por parte del Gobierno y de las entidades financieras, en un contexto de confinamiento, cierre de muchas actividades y una gran incertidumbre sobre la duraci¨®n. Si ahora es necesario acometer, con alguna frecuencia incluso, algunas de las situaciones menos deseadas del C¨®digo no deber¨ªa valorarse ese programa de ayudas como algo que al final solamente ha generado problemas.
El programa, al aprobarse con esa contundencia y celeridad, permiti¨® que muchas empresas no se derrumbaran a las primeras de cambio y hayan llegado hasta aqu¨ª. Sin esos cr¨¦ditos, se habr¨ªan multiplicado las quiebras, cierres de empresas y p¨¦rdidas de empleo. Se gan¨® un tiempo precioso que el sector financiero ha ido gestionando, y ahora le queda lidiar con el final, donde puede que existan soluciones m¨¢s traum¨¢ticas. Los efectos positivos han sido mucho mayores que los negativos.
La mayor parte (el 98%) del sector en su conjunto se ha adherido al C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas. Es una buena noticia porque, por un lado, contribuye a mejorar la imagen de las entidades financieras, que no les viene nada mal. Por otro lado, se genera menos incertidumbre sobre lo que pasar¨¢ con los pr¨¦stamos con mayores dificultades.