Los banqueros centrales se inquietan por los cuellos de botella en la oferta econ¨®mica
Jerome Powell, Christine Lagarde, Haruhito Kuroda y Andrew Bailey, tranquilos ante la inflaci¨®n
A los grandes banqueros centrales del mundo no les inquieta el creciente aumento de la inflaci¨®n ¡ªque es precisamente objeto principal de su tarea de vigilancia¡ª porque, pese a su gran calentamiento en agosto, lo consideran temporal.
Pero en cambio, la proliferaci¨®n de ¡°cuellos de botella¡± que obstruyen o impiden el funcionamiento de las cadenas de valor y mellan el fuerte impulso de la recuperaci¨®n, les quita el sue?o....
A los grandes banqueros centrales del mundo no les inquieta el creciente aumento de la inflaci¨®n ¡ªque es precisamente objeto principal de su tarea de vigilancia¡ª porque, pese a su gran calentamiento en agosto, lo consideran temporal.
Pero en cambio, la proliferaci¨®n de ¡°cuellos de botella¡± que obstruyen o impiden el funcionamiento de las cadenas de valor y mellan el fuerte impulso de la recuperaci¨®n, les quita el sue?o.
As¨ª lo confirmaron este mi¨¦rcoles en el F¨®rum sobre banca central del BCE el norteamericano Jerome Powell, el japon¨¦s Haruhito Kuroda, la europea Christine Lagarde y, en menor medida, el ingl¨¦s Andrew Bailey.
Las carencias que amenazan con estrangular el crecimiento han pasado a enemigo p¨²blico n¨²mero uno: sea de microchips (circuitos electr¨®nicos), semiconductores, minerales raros. O los excesos, como la carest¨ªa del gas natural, que se ha desmandado. Es un signo adicional de que los banqueros centrales se sienten cada vez m¨¢s concernidos por la econom¨ªa real, como ya demostraron en su esfuerzo por yugular la crisis pand¨¦mica.
Y ello, con independencia de que en todos sus mandatos el nivel de aumento precios en torno al 2% anual figure como asunto prioritario, bien en exclusiva o en comandita con el empleo y el crecimiento econ¨®mico.
Lo resumi¨® el japon¨¦s Kuroda con sobriedad expresiva: ¡°Desde la oferta, los suministros no pueden seguir el r¨¢pido crecimiento de la demanda¡±. Lo que es muy significativo en su caso, puesto que la recuperaci¨®n japonesa se basa en dos factores, las exportaciones y la producci¨®n manufacturera, m¨¢s que en un consumo interno reputado de ¡°d¨¦bil¡±.
Su colega europea elev¨® esos cuellos de botella que asfixian las cadenas de valor, como la principal incertidumbre de una recuperaci¨®n a¨²n incierta, pero muy notable, y que ya incorpora plenamente al sector m¨¢s afectado por la paralizaci¨®n pand¨¦mica, el de los servicios. ¡°Sin esos cuellos, los exportadores podr¨ªan haber vendido mucho m¨¢s, vamos a ver cu¨¢nto duran¡±, se inquiri¨®, destacando el precio de la energ¨ªa entre la ristra de obst¨¢culos.
Los dos anglosajones compartieron tambi¨¦n la se?al de alerta: ¡°Esta expansi¨®n sigue una pauta distinta a la habitual [tras las grandes recesiones]: los balances empresariales exhiben fortaleza, la gente vuelve masivamente a la actividad, la demanda est¨¢ ah¨ª, fuerte¡±, lo que queda oscurecido por los obst¨¢culos en la oferta de ciertas materias primas y semielaborados estrat¨¦gicos, desgran¨® Powell.
Tanto es as¨ª que para el norteamericano la inflaci¨®n actual resulta precisamente de una ¡°combinaci¨®n entre las restricciones en la oferta y una demanda muy s¨®lida¡±, aunque fue cauteloso sobre la duraci¨®n del alza de precios. Que para Lagarde es inequ¨ªvocamente temporal: ¡°No vemos que sea otra cosa que transitoria¡±, porque va asociada a la potencia de la recuperaci¨®n. Pero, elemento clave, no se ha trasladado al mercado laboral: ¡°Monitorizamos la evoluci¨®n con extremo cuidado, pero no vemos que los precios est¨¦n contaminando a los salarios¡±. ¡°Una aceleraci¨®n de la inflaci¨®n es improbable¡±, coincidi¨® Kuroda, ¡°porque es temporal; en los pr¨®ximos meses las disrupciones de la oferta se reducir¨¢n¡±, y bajar¨¢n los precios, profetiz¨®.
Todo ello constituye una gran baza argumental para sostener el expansionismo monetario, contrariamente a las opiniones m¨¢s restrictivas de los halcones, institucionales y medi¨¢ticos. Aunque con modulaciones y variantes seg¨²n los distintos ritmos de crecimiento. Mientras Powell opt¨® por la sobriedad, su colega japon¨¦s lo hizo por el descaro: ¡°Continuaremos con la pol¨ªtica monetaria extremadamente acomodaticia hasta llegar al 2% de inflaci¨®n de nuestro mandato¡±.
Tampoco las ¨²ltimas novedades de la econom¨ªa china, como la crisis de la inmobiliaria Evergrande, desestabilizan a los banqueros centrales. Kuroda fue taxativo, cotej¨¢ndola con la burbuja inmobiliaria japonesa de los a?os ochenta, cuando la unidad de medida para el suelo en el barrio tokiota de Ginza era el cent¨ªmetro cuadrado: ¡°En el caso chino de ninguna manera se reproduce aquella extrema especulaci¨®n¡±.
Y adem¨¢s, sostuvo ¡ªcon generosidad¡ª que las autoridades de Pek¨ªn han ido tomando medidas para contenerla: ¡°Dif¨ªcilmente afectar¨¢ mucho a la econom¨ªa china ni al sistema financiero japon¨¦s, ni tendr¨¢ demasiado impacto internacional¡±.
M¨¢s riesgo ve¨ªa Lagarde para la estabilidad financiera en ignorar las consecuencias del cambio clim¨¢tico, lo que ha provocado que ¡°cometi¨¦semos errores¡± en las predicciones econ¨®micas.
Una reflexi¨®n en consonancia con el intento del BCE de incorporar la preocupaci¨®n verde a su pol¨ªtica monetaria. Pues como apunt¨® en otra sesi¨®n del f¨®rum el profesor australiano Warwick McKibbin, ¡°el peor impacto acumulativo en el PIB se debe a los riesgos clim¨¢ticos f¨ªsicos, no a los de transici¨®n derivados de la imposici¨®n sobre el carbono¡±.
Una impresi¨®n se colaba a trav¨¦s de las pantallas. Frente a anteriores foros presenciales, esta vez se vio a estos personajes m¨¢s distendidos ¡ªaunque los dos anglosajones leyeran sus chuletas¡ª, ufanos todos de que ante la pandemia la pol¨ªtica fiscal y la monetaria ¡°han sido complementarias¡±. Satisfechos, ay ¡ªtambi¨¦n son humanos¡ª, por su papel en ello.