Uno de cada cinco ni?os no disfruta de una educaci¨®n equitativa y de calidad
Las barreras sociales y culturales para acudir a la escuela, la falta de igualdad de oportunidades en la educaci¨®n y el desarrollo de competencias globales constituyen los principales retos de cara al futuro
No fue necesaria una pandemia para darse cuenta de que la emergencia educativa era (y es) una realidad. Ya antes de la covid-19, unos 262 millones de ni?os y adolescentes de todo el mundo (uno de cada cinco) no pod¨ªan ir a la escuela o recibir una educaci¨®n completa debido a factores como la pobreza, la discriminaci¨®n, los conflictos armados, los desplazamientos, el cambio clim¨¢tico o la falta de infraestructuras y docentes, seg¨²n datos de UNICEF. M¨¢s all¨¢ de los confines del afamado informe PISA, y en pleno siglo XXI, el 58 % de los menores (unos 617 millones a nivel global) no alcanza las competencias b¨¢sicas en matem¨¢ticas y lectura, lo que en la pr¨¢ctica lastra su pleno desarrollo y su capacidad para contribuir significativamente en el coraz¨®n de su comunidad.
Las barreras a la hora de garantizar una educaci¨®n equitativa y de calidad para todos siguen, por lo tanto, existiendo. Unas prioridades recogidas en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. No se trata de un asunto balad¨ª porque, sin la educaci¨®n, no ser¨¢ posible romper los ciclos de pobreza, de desigualdad de g¨¦nero y de injusticia social presentes todav¨ªa en muchos pa¨ªses, y que adem¨¢s tienen una incidencia especial en las ni?as y adolescentes.
Pocos a?os despu¨¦s de una crisis sanitaria y social sin precedentes, sigue destacando la persistencia de una brecha digital que evidencia la necesidad de mejorar el uso de la tecnolog¨ªa en las aulas, pero tambi¨¦n la necesidad de reevaluar nuestra manera de vivir: c¨®mo nos movemos, comemos, consumimos e incluso la forma de relacionarnos con los dem¨¢s.
La importancia de la competencia global
Desde 2018, el informe PISA mide, adem¨¢s del rendimiento en Lengua, Matem¨¢ticas y Ciencias, las competencias globales, que miden las habilidades para afrontar conflictos de convivencia y cuestiones globales como la pobreza, la guerra, la crisis medioambiental, el hambre o la desigualdad de g¨¦nero, adem¨¢s de competencias transversales tan relevantes como la empat¨ªa, la comunicaci¨®n, la solidaridad, la multiculturalidad o la capacidad cr¨ªtica. Un ¨ªndice en el que Espa?a destaca por encima de la media.
Se trata, adem¨¢s, de un asunto de justicia social: ¡°Si somos 7.000 millones de personas en el mundo, solamente 2.500 tenemos acceso a los servicios b¨¢sicos, mientras que dos tercios de la humanidad no lo tienen¡±, afirma Ana Eseverri, directora de la ONG AIPC Pandora, dedicada desde hace 22 a?os a promover la educaci¨®n global. ¡°Pero tambi¨¦n es necesario que los j¨®venes sean conscientes y sepan diferenciar los derechos de los privilegios. Todos tenemos derecho al agua, pero beber agua potable es un privilegio; todos tenemos derechos a transportarnos, pero hacerlo en un veh¨ªculo que contamina el planeta es un privilegio; y todos tenemos derecho a la alimentaci¨®n, pero comer tres veces al d¨ªa es un privilegio. Que nuestros j¨®venes crezcan sabiendo que lo que ellos consideran derechos son privilegios para el resto de la humanidad, genera una conciencia que permitir¨¢ que tengamos un mundo mejor¡±.
Un cambio de perspectiva que, para Eseverri, no podr¨ªa ser m¨¢s urgente y necesario. ¡°Si seguimos viviendo ajenos a esta realidad, lo ¨²nico que vamos a conseguir es intentar luchar contra las crisis que nos vengan dadas, como llevamos haciendo desde hace a?os; la del coronavirus fue una gran manifestaci¨®n de ello¡±, esgrime. ¡°El sistema est¨¢ mal hecho, por mucho que nosotros queramos ¡°emburbujarnos¡± en occidente. No se sostiene, y por eso es importante que los j¨®venes tengan esa visi¨®n global, para que las fronteras de sus elecciones est¨¦n mucho m¨¢s lejos de que lo est¨¢n en el entorno en que los estamos educando¡±.
Por ello, AIPC Pandora lanz¨® en 2021 la Global Youth Academy, una plataforma de formaci¨®n online sobre retos globales y asuntos urgentes como el cuidado de los oc¨¦anos, la lucha por la equidad o c¨®mo convertir las ciudades en mejores espacios de convivencia social; as¨ª como la Escuela de Facilitadores J¨®venes Changemaker, con el objetivo de que puedan mejorar su entorno y liderar el cambio.
Educar en igualdad
De entre todos los derechos que damos por sentados, el de la educaci¨®n es quiz¨¢ uno de los m¨¢s importantes, y ello fue especialmente visible durante los meses iniciales de la pandemia, que ayudaron a visibilizar la existencia de una brecha digital y de una gran desigualdad en el acceso a los recursos econ¨®micos y tecnol¨®gicos. ¡°Vimos colegios y barrios enteros donde las familias no ten¨ªan acceso a ordenadores, dispositivos electr¨®nicos o internet, porque carec¨ªan de medios para sufragarlo; y donde los j¨®venes se quedaron directamente sin estudiar durante todo el confinamiento¡±, denuncia Eseverri. No se pone en duda el papel fundamental de la tecnolog¨ªa en las escuelas, sino la universalidad de su acceso. La educaci¨®n a trav¨¦s de medios digitales, afirman desde Pandora, ¡°consigue que los adolescentes y los j¨®venes toleren lo diferente, crezcan con el intercambio y desarrollen actitudes tan demandadas por las empresas como el liderazgo, la creatividad y la empat¨ªa¡±.
En muchos pa¨ªses, la educaci¨®n de los ni?os y las ni?as dista mucho de estar garantizada. La pobreza, los conflictos armados o, en el caso de las ni?as, las barreras sociales y culturales, interfieren muchas veces de forma decisiva en el acceso a una formaci¨®n adecuada y en sus posibilidades de disfrutar de un futuro digno y seguro. En este contexto se desarrolla la labor de organizaciones como AIPC Pandora, que tiene desplegados proyectos en m¨¢s de 60 pa¨ªses, a los que env¨ªan grupos de j¨®venes ¡°para que se integren en la labor real que las ONG locales realizan sobre el terreno, dando clases de ingl¨¦s, apoy¨¢ndoles en talleres, practicando deporte juntos y conviviendo con sus familias¡±, explica Eseverri.
Unas experiencias de inmersi¨®n que contribuyen a hacer entender a los j¨®venes (de 13 a 18 a?os) c¨®mo es el mundo que les rodea y d¨®nde pueden estar los retos en los que ellos quieren colaborar. ¡°Trabajamos para que, antes de los 17 a?os (que es cuando el cortex se vuelve ya mucho menos permeable), tengan experiencias muy positivas de sobre todo solidaridad, conciencia social y participaci¨®n¡±, esgrime. ¡°Para que las decisiones que puedan tomar a partir de ese momento, a nivel de estudios, de trabajo y de participaci¨®n en la sociedad, tengan siempre en cuenta este aspecto solidario¡±.
Uno de esos proyectos tiene lugar en Kalassa (Mali), donde, con la ayuda de toda la comunidad, se construy¨® una escuela que les proporciona no solo educaci¨®n, sino tambi¨¦n una comida que de otra forma probablemente no tendr¨ªan. ¡°Date cuenta de que, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo, los ni?os van a la escuela no solo a estudiar, sino a comer. Los proyectos educativos de m¨¢s ¨¦xito son los que dan de comer a los ni?os¡±, cuenta la directora de Pandora. ¡°Y lo hacen dos veces: en el desayuno, para que puedan estar atentos a la clase, y en la comida, para garantizar que al menos comen dos veces¡±. Las mujeres son el sustento principal de la actividad de la escuela porque no solo se ocupan de la alimentaci¨®n, sino que han montado un taller de costura para, adem¨¢s de hacer los uniformes de los ni?os, poder vender su artesan¨ªa y revertir todas las ventas en la escuela, y as¨ª pagar a los maestros y cubrir los dem¨¢s gastos del centro.
A pesar de los evidentes beneficios del voluntariado internacional, Eseverri admite que no todos pueden sufragar los gastos que conlleva. Por eso, AIPC Pandora tiene tambi¨¦n un programa de becas basado en la excelencia acad¨¦mica para j¨®venes provenientes de entornos de exclusi¨®n social en Espa?a, gracias a la colaboraci¨®n con organizaciones como la Fundaci¨®n Tomillo, Norte Joven o el Secretariado Gitano. Unos entornos en los que, adem¨¢s, la cuesti¨®n de g¨¦nero est¨¢ siempre presente, donde hay bastante machismo y la mujer est¨¢ en una condici¨®n muy inferior a la del hombre. ¡°A algunos les damos una beca para participar en proyectos internacionales, mientras que otros lo hacen en iniciativas como Oportunidad al Talento, que los lleva desde 4? de la ESO a la universidad, form¨¢ndose en ciudadan¨ªa global e ingl¨¦s y participando en proyectos de emprendimiento social¡±. Por ¨²ltimo, Pandora tambi¨¦n trae a Espa?a a j¨®venes de otros pa¨ªses, que afrontan retos globales a trav¨¦s de las realidades locales que experimentan aqu¨ª.
¡°Hay muchos retos de cara al futuro, empezando por conseguir el acceso a la educaci¨®n de todas las ni?as¡±, reflexiona Marta P¨¦rez Dorao, presidenta de la Fundaci¨®n Inspiring Girls. Seg¨²n UNICEF, una ni?a que completa la educaci¨®n secundaria es seis veces menos vulnerable al matrimonio infantil ¡°y menos susceptible al abuso y al maltrato. Una mujer econ¨®micamente independiente implica progreso para su familia y pueblo¡±, a?ade P¨¦rez Dorao.
Estereotipos de g¨¦nero en la educaci¨®n
A pesar de todos los esfuerzos realizados hasta la fecha, la desigualdad de g¨¦nero sigue siendo una realidad en nuestro pa¨ªs, debido en gran parte a la persistencia de los estereotipos. ¡°Hay menos de un 30 % de mujeres matriculadas en disciplinas STEM, y mucha necesidad de ellas en las empresas tecnol¨®gicas e industriales¡±, argumenta P¨¦rez Dorao. ¡°Las ni?as siguen recibiendo mucha informaci¨®n subliminal sobre los ¡°trabajos de hombres¡± y ¡°trabajos de mujeres¡±, y eso hace que, a¨²n hoy, haya ni?as que piensen que no pueden elegir lo que desean hacer porque no es de chicas¡±.
Evidentemente, no se trata de forzar las vocaciones, ni de hacer que estudien algo que no quieren. El problema se da cuando llegan al momento de decidir lo que quieren hacer mediatizadas por unos estereotipos que han venido matizando todas sus percepciones. ¡°Las ni?as tienen mucho desconocimiento de las profesiones del futuro y se creen menos dotadas para determinadas asignaturas como las matem¨¢ticas, lo cual se ha demostrado cient¨ªficamente que no es cierto¡±, afirma. ¡°Como esa ni?a que, conociendo a una de nuestras voluntarias, exclam¨®: ¡°?Hala! ?Yo no sab¨ªa que las mujeres pod¨ªan ser pilotos de helic¨®ptero!¡±. Y otra ni?a pensaba que era imposible superar las pruebas para ser bombero¡±.
Precisamente por ello, el objetivo de la fundaci¨®n Inspiring Girls es el de ayudar a romper esas barreras invisibles, visibilizando los referentes femeninos en todas las profesiones: unos modelos que existen, ¡°a pesar de que no los vean ni en los libros de texto, ni en el cine ni en los medios¡±. Por eso, trabajan con los centros educativos para llevar a voluntarias que, vestidas con su indumentaria de trabajo, donan una hora de su tiempo para explicarle su vida a las ni?as, a ser posible en entornos disruptivos que agranden en lo posible el impacto que se genera en las ni?as. El apoyo de empresas patrocinadores hace adem¨¢s posible el desarrollo de proyectos como GreenPower, el dise?o y construcci¨®n de un coche el¨¦ctrico que pueden acometer grupos de los colegios o grupos de amigos, pudiendo competir en un circuito de carreras. Solo en Espa?a, la fundaci¨®n trabaj¨® en 2020 con 800 colegios y alcanz¨® a un total de 8.370 ni?as, gracias a una red de 4.800 voluntarias.
Derribar las barreras de genero tiene, adem¨¢s, beneficios evidentes a todos los niveles. ¡°Estudios de entidades tan prestigiosas como Catalyst o McKinsey acreditan que las empresas con equipos directivos mixtos ganan m¨¢s dinero, por lo que la igualdad de g¨¦nero supondr¨ªa un sustancial aumento del PIB mundial¡±, esgrime P¨¦rez Dorao. Y, sencillamente, porque ¡°cualquier persona debe tener igualdad de oportunidades, conocer todas las opciones profesionales y poder trabajar en lo que le guste, desarrollando as¨ª todo su potencial¡±.
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