Ret¨®rica reaccionaria y vivienda
En los debates sobre la reforma laboral y ley de la vivienda hemos visto la reiteraci¨®n y combinaci¨®n de viejos argumentos
Siguiendo al soci¨®logo T. H. Marshall, la humanidad primero conquist¨® la ¡°ciudadan¨ªa civil¡± con las revoluciones americana y francesa en el siglo XVIII (libertad de expresi¨®n, derechos del hombre y del ciudadano). En el siglo siguiente se logr¨® la ¡°ciudadan¨ªa pol¨ªtica¡± que regul¨® la participaci¨®n ciudadana en el ejercicio del poder pol¨ªtico, extendiendo el derecho de voto a grupos cada vez m¨¢s amplios. En el siglo XX, con la aparici¨®n del Estado de bienestar, se desarroll¨® la ¡°ciudadan¨ªa social y econ¨®mica¡± ...
Siguiendo al soci¨®logo T. H. Marshall, la humanidad primero conquist¨® la ¡°ciudadan¨ªa civil¡± con las revoluciones americana y francesa en el siglo XVIII (libertad de expresi¨®n, derechos del hombre y del ciudadano). En el siglo siguiente se logr¨® la ¡°ciudadan¨ªa pol¨ªtica¡± que regul¨® la participaci¨®n ciudadana en el ejercicio del poder pol¨ªtico, extendiendo el derecho de voto a grupos cada vez m¨¢s amplios. En el siglo XX, con la aparici¨®n del Estado de bienestar, se desarroll¨® la ¡°ciudadan¨ªa social y econ¨®mica¡± que supon¨ªa el reconocimiento de los derechos sociales como la educaci¨®n, la salud, el bienestar econ¨®mico y la vivienda, b¨¢sicos para la vida de un ser civilizado.
En base a este esquema, el economista Albert O. Hirschman expuso en una relevante conferencia Doscientos a?os de ret¨®rica reaccionaria: la tesis de la inutilidad, recogida en Vivir como iguales (1996), las duras respuestas a estas tres oleadas progresistas. Explic¨® c¨®mo frente a estos tres grandes avances aparecieron otras tantas tesis reaccionarias, que desmenuza y ridiculiza con sutileza. Son las tesis de la perversidad, la inutilidad y la peligrosidad. La primera sosten¨ªa que las pol¨ªticas p¨²blicas ten¨ªan un efecto contraproducente porque los programas de bienestar social crear¨ªan m¨¢s y no menos pobreza. La tesis de la inutilidad afirmaba que todo intento de cambiar algo ser¨ªa superficial y, por lo tanto, ilusorio ¡°en la medida que las estructuras profundas de la sociedad permanecen completamente intocadas¡±. La tesis del peligro aseguraba que la ampliaci¨®n de derechos que supon¨ªa el Estado de bienestar pondr¨ªa en peligro las conquistas previas en libertad individual.
En los debates actuales sobre la reforma laboral y ley de la vivienda hemos visto la reiteraci¨®n y combinaci¨®n de estos viejos argumentos reaccionarios. A pesar de todo, el avance de derechos, con sus vaivenes, es incontestable. Como se?ala el Bolet¨ªn 29 de Jueces por la Democracia en su editorial: ¡°?Eppur si muove! [y, sin embargo, se mueve] Pese al CGPJ, la vivienda, derecho subjetivo¡±. Sostienen estos jueces que ¡°aunque el Consejo General del Poder Judicial lo rechace, el derecho progresa y cabe admitir un derecho subjetivo a la vivienda¡±. Admiten que conseguirlo no ser¨¢ sencillo. En la publicaci¨®n, el magistrado Edmundo Rodr¨ªguez Ach¨²tegui hace un detallado recorrido de los avances del derecho en la vivienda desde la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos (1948), pasando por la legislaci¨®n europea y espa?ola. Subraya los significativos avances a trav¨¦s de la legislaci¨®n catalana (2007 y 2013); andaluza (2010); castellanomanchega (2011) y, sobre todo, vasca (2015). Unos avances que fueron saboteados por el Gobierno de Mariano Rajoy, que logr¨® que el Tribunal Constitucional redujera alguna de las medidas de las normas catalana y andaluza.
En el bolet¨ªn, la abogada Ver¨®nica D¨¢valos enfatiza que ante el aumento de los desahucios, la pandemia ha puesto de relieve que ¡°el derecho a la vivienda ha quedado ¨ªntimamente ligado con el derecho a la salud¡±, como se?ala la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Los desastres a que nos enfrentamos justifican la necesidad de ampliar los derechos. Lo decisivo es exigirlos aunque sea por una minor¨ªa.