Inflaci¨®n persistente
Una inflaci¨®n global del 8,7% y del 4,9% en su versi¨®n subyacente en mayo levanta muchas dudas por el repunte que supone
No ha sido un buen dato el adelantado del IPC de mayo en Espa?a. Es probable que el de la Eurozona tampoco lo sea. No es f¨¢cil encontrar un calificativo concreto para definirlo. Algunos parecen apropiados: inesperado, vol¨¢til y persistente. Este ¨²ltimo t¨¦rmino es el que mejor define lo que est¨¢ ocurriendo. Con un sesgo muy personal viene con frecuencia a mi cabeza una de mis pinturas favoritas: La persistencia de la memoria de Salvador Dal¨ª, con su...
No ha sido un buen dato el adelantado del IPC de mayo en Espa?a. Es probable que el de la Eurozona tampoco lo sea. No es f¨¢cil encontrar un calificativo concreto para definirlo. Algunos parecen apropiados: inesperado, vol¨¢til y persistente. Este ¨²ltimo t¨¦rmino es el que mejor define lo que est¨¢ ocurriendo. Con un sesgo muy personal viene con frecuencia a mi cabeza una de mis pinturas favoritas: La persistencia de la memoria de Salvador Dal¨ª, con sus famosos relojes blandos. Se trata de una noci¨®n diferente del paso del tiempo que viene bien para expresar lo que la inflaci¨®n ha sido, es y ser¨¢: dormida hasta hace poco, acelerada recientemente y, desgraciadamente, bastante persistente.
Una inflaci¨®n global del 8,7% y del 4,9% en su versi¨®n subyacente (sin energ¨ªa ni productos frescos) en mayo levanta muchas dudas por el repunte que supone. Las importantes medidas sobre el coste de los combustibles y de la electricidad del Gobierno se est¨¢n haciendo esperar. Habr¨¢ que esperar a junio o julio para observar el impacto final de esas acciones. El contexto no ayuda. Se diga lo que se diga, hay un cierto tir¨®n de la demanda al menos en algunos sectores, causado por la ¡°vuelta a la normalidad¡± tras la fase aguda de la pandemia. Por el lado de la oferta contin¨²an las presiones inflacionistas por las tensiones recurrentes en los suministros y cadena de valor de la guerra de Ucrania, los confinamientos en China y las dificultades globales para la vuelta a la normalidad en la producci¨®n y comercio mundial. Los riesgos geopol¨ªticos no parecen mitigarse. Ahora, por ejemplo, con Taiwan.
Alemania alerta de que se comienza a perder unidad europea en torno al bloqueo a Rusia porque los efectos en la inflaci¨®n asustan. No obstante, hay que tener en cuenta que hay un juego de expectativas que no acaba de funcionar y genera incertidumbre. Los bancos centrales aparecen como la soluci¨®n una vez m¨¢s, pero ellos mismos saben que, si contin¨²an los efectos ex¨®genos por el lado de la oferta, la persistencia no podr¨¢ frenarse f¨¢cilmente. Sus acciones est¨¢n siendo m¨¢s agresivas de lo que se esperaba precisamente por eso, porque su reloj es blando y el de la inflaci¨®n parece acelerado. El que el BCE anuncie subidas de tipos puede ayudar a que el euro no se deprecie m¨¢s con lo que se mitiga el componente del crecimiento de precios de las importaciones. Se necesitan varias br¨²julas para seguir la inflaci¨®n, pero cada una tiene un due?o. Los mercados lo saben. Por primera vez en mucho tiempo se conf¨ªa m¨¢s en la providencia de una diplomacia efectiva (relajaci¨®n tensiones internacionales, rebaja del coste del crudo) que en unas acciones financieras contundentes. Tambi¨¦n sucede que esa ¡°inflaci¨®n perdida¡± de la que se hablaba tanto tiempo ha despertado. Pilla a las econom¨ªas con el pie cambiado, realizando impulsos fiscales para relanzar su crecimiento tras la pandemia. Si la pol¨ªtica monetaria restrictiva no puede cubrir todos los ¨¢ngulos del crecimiento de precios y la fiscal va en la direcci¨®n expansiva, la lucha contra la inflaci¨®n no ser¨¢ f¨¢cil.