La crisis de las galletas Siro golpea Venta de Ba?os. ¡°Est¨¢n quitando puestos de trabajo donde ya hay pocos¡±
Un grupo inversor retira su oferta sobre la compa?¨ªa, que detiene su actividad en toda Castilla y Le¨®n y pone en riesgo 3.700 empleos
El InfoJobs de Venta de Ba?os (Palencia, 6.300 habitantes) se resume en unos folios pegados en el centro c¨ªvico. All¨ª, a la vista del pueblo, se ofertan empleos dispares: desde un maquinista hasta un mec¨¢nico o un carnicero en Palencia. Para los m¨¢s aventureros, de limpiador de cristales en Holanda. Lejos queda la bonanza que tra¨ªa la f¨¢brica de galletas Siro, que endulzaba desayunos y n¨®minas hasta que todo comenz¨® a torcerse. Ahora mandan el amargor y la expectaci¨®n. Las f¨¢bricas de Siro en Castilla y Le¨®n se han detenido hasta resolverse si el grupo inversor que aspira a comprar el grupo da el paso. Las condiciones que ha planteado no gustan, pero la alternativa es el cierre, que har¨ªa perder 700 trabajos en Venta de Ba?os y 3.000 m¨¢s en la comunidad. Una cat¨¢strofe en una tierra muy castigada por la desindustrializaci¨®n.
Hace semanas que el comit¨¦ de empresa de Siro en la localidad no recibe buenas noticias. Las caras largas de varios integrantes del comit¨¦, liderado por el sindicato UGT, y el tono con el que hablan mientras explican su situaci¨®n, as¨ª lo acreditan. El pasado octubre comenzaron unas reuniones con la empresa para negociar un plan de competitividad necesario para el mantenimiento de la entidad, pero las condiciones no conven¨ªan. Tardaron meses en tener novedades y estas llegaron en forma de eufemismos, seg¨²n destaca M¨®nica de la Sierra: ¡°El 30 de mayo nos comunicaron el traslado de la actividad productiva, no el cierre como tal, y el desplazamiento de la plantilla¡±. Esto implica que 197 personas tendr¨ªan que moverse, en peores condiciones, a las otras plantas de Siro en el territorio: Aguilar de Camp¨®o (Palencia) o Toro (Zamora), en ambos casos a m¨¢s de 100 kil¨®metros del lugar. A unos 30 trabajadores de las oficinas, directamente, ¡°les invitaban a irse con una baja voluntaria¡±.
Los comunicados de la compa?¨ªa tambi¨¦n han molestado por acusar a la plantilla de un ausentismo muy superior al del resto de f¨¢bricas y de mayores costes laborales, algo que ha reprobado la presidenta del comit¨¦, Mar Rodr¨ªguez, asegurando que las estimaciones est¨¢n manipuladas: ¡°Pens¨¢bamos que esta estrategia era un ¨®rdago de Siro, pero ahora vemos que es un ¨®rdago de los inversores¡±. Este lunes los empleados han ido con normalidad a las grandes instalaciones ubicadas en las afueras del pueblo, aun sabiendo que la producci¨®n estaba paralizada, y all¨ª se han dedicado simplemente a limpiar, echar la ma?ana y a constatar los ¨¢nimos del equipo, seg¨²n lamenta Mar¨ªa Garrote, de UGT: ¡°Hab¨ªa gente llorando, preocupada, estamos en shock¡±. Los almacenes, en cambio, siguen operativos y hay camiones sacando productos. Enfrente, un operador de un taller mira, serio, el devenir de esas personas con peor suerte laboral que la suya: ¡°Es muy triste, est¨¢n quitando puestos de trabajo donde ya hay pocos¡±. De momento, los perjudicados siguen esperando mensajes de la compa?¨ªa, cuyo gerente, Luis ?ngel L¨®pez, avis¨® de que ¡°el inversor no est¨¢ en disposici¨®n a proceder al cierre de la operaci¨®n en los t¨¦rminos previstos en el acuerdo¡± ante esta controversia. As¨ª, ¡°decidimos parar la actividad productiva y gestionar la caja con el stock de producto terminado que tenemos¡±.
El cataclismo derivado del cierre de Siro da?ar¨ªa a unas tierras, admite M¨®nica de la Sierra, donde ni hay presente ni habr¨¢ futuro: ¡°Luego hablamos de la Espa?a vaciada, pero esto es un perjuicio para quienes estamos y para los que vienen¡±. Los bares cercanos al parque industrial de Venta de Ba?os y los comercios que viven indirectamente de semejante volumen de empleo tiemblan ante el peor de los posibles desenlaces. El pesar se entremezcla con la desaz¨®n al preguntar por el pueblo c¨®mo se ve un ma?ana sin Siro. Entonces aparece esa tan castellana resignaci¨®n ante los acontecimientos que las personas de a pie aceptan que no pueden controlar. Mar¨ªa ?ngeles Vadillo, que a sus 80 a?os ha visto el auge y decaimiento de este entorno del Cerrato palentino, descansa en un banco junto al ayuntamiento. All¨ª, a la sombra, resume sin rodeos y con cristalina sinceridad esa tensa espera que machaca los ¨¢nimos: ¡°Si cierran, nos dejan sin comer y ya est¨¢. ?Y qu¨¦ le vamos a hacer, hijo?¡±.
El alcalde: ¡°No concebimos el pueblo sin galletera¡±
El alcalde ventaba?ense, Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez (PSOE), agradece la implicaci¨®n del entorno, con representantes municipales y poblaci¨®n que este fin de semana han acudido a manifestarse a la plaza de donde cuelga un cartel que dice ¡°El pueblo de Venta de Ba?os apoya a los trabajadores del Grupo Siro¡±. El regidor asume que ¨¦l apenas tiene capacidad de influencia y que ¡°depende del inversor¡± y de c¨®mo se negocien los planes de competitividad. Que Siro, que cumple medio siglo en esos suelos, deje de operar supondr¨ªa una cat¨¢strofe: ¡°No concebimos el pueblo sin la galletera¡±.
El pesimismo se deja entrever entre los integrantes sindicales, pues Miguel ?ngel Calzada, Elisa Limones y Yolanda Maza coinciden con las opiniones de los representantes del comit¨¦. ¡°Vamos, que nos vamos a la calle¡±, musita Limones, que define como ¡°lentejas¡± el ofrecimiento de Siro: ¡°O lo tomas o lo dejas¡±. De la Sierra critica que la Junta de Castilla y Le¨®n, que en las ¨²ltimas fechas ha emplazado al entendimiento para mantener los empleos palentinos, ha tardado mucho en reaccionar y que en los primeros compases del enfrentamiento ni respondi¨® a los intentos de reunirse con los portavoces de la plantilla de Siro. Este mi¨¦rcoles el presidente de Castilla y Le¨®n, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco (PP), ha citado en las Cortes, en Valladolid, a los regidores de los municipios donde se ha detenido el funcionamiento de Siro. Los sindicalistas se quejan tambi¨¦n que desde que empez¨® el conflicto han empezado a cobrar las mensualidades con retraso y manejan malos augurios para el sueldo de junio: ¡°Este mes ni lo olemos¡±.
El presidente de Siro: ¡°No est¨¢ en mis manos¡±
La direcci¨®n de la marca ha instado a que ¡°debe imperar la realidad sobre la emoci¨®n¡±, pero ni las realidades ni las emociones de Venta de Ba?os manejan buenos augurios. Se da la casualidad de que el presidente del Grupo Siro desde 1991, Juan Manuel Gonz¨¢lez Serna, tambi¨¦n vicepresidente de Iberdrola, fue nombrado hijo predilecto del lugar. All¨ª se le reconoce su contribuci¨®n a la expansi¨®n de la firma, pues compr¨® Siro a Danone y multiplic¨® su actividad, su plantilla y su impacto en el sector agroalimentario. Hoy el empresario, a quien los comit¨¦s se han dirigido rog¨¢ndole ayuda, se ha limitado a remitirles a los nuevos inversores y contestar con un sobrio ¡°no est¨¢ en mis manos¡±.
El cataclismo derivado del cierre de Siro da?ar¨ªa a unas tierras, admite M¨®nica de la Sierra, donde ni hay presente ni habr¨¢ futuro: ¡°Luego hablamos de la Espa?a vaciada pero esto es un perjuicio para quienes estamos y para los que vienen¡±. Los bares cercanos al parque industrial de Venta de Ba?os y los comercios que viven indirectamente de semejante volumen de empleo tiemblan ante el peor de los posibles desenlaces. El pesar se entremezcla con la desaz¨®n al preguntar por el pueblo c¨®mo se ve un ma?ana sin Siro. Entonces aparece esa tan castellana resignaci¨®n ante los acontecimientos que las personas de a pie aceptan que no pueden controlar. Mar¨ªa ?ngeles Vadillo, que a sus 80 a?os ha visto el auge y decaimiento de este entorno del Cerrato palentino, descansa en un banco junto al ayuntamiento. All¨ª, a la sombra, resume sin rodeos y con cristalina sinceridad esa tensa espera que machaca los ¨¢nimos: ¡°Si cierran, nos dejan sin comer y ya est¨¢. ?Y qu¨¦ le vamos a hacer, hijo?¡±.
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