La SEPI se reserva el poder de veto en las decisiones estrat¨¦gicas de Celsa
La metal¨²rgica negocia un rescate de 550 millones con la entidad p¨²blica y pide una quita de m¨¢s de 1.000 millones a sus acreedores para garantizar la ayuda
El gigante metal¨²rgico Celsa encara un mes decisivo para su viabilidad financiera. La compa?¨ªa tiene de plazo hasta el 30 de junio para lograr que sus acreedores, una veintena de fondos oportunistas, acepten una quita de cerca del 50% de su deuda para que el grupo sider¨²rgico espa?ol pueda recibir un cr¨¦dito de 550 millones de euros del Gobierno. La Sociedad Espa?ola de Participaciones Industriales (SEPI), que canalizar¨¢ ese bal¨®n de ox¨ªgeno, exige tambi¨¦n poder de veto sobre decisiones de la empresa en los pr¨®ximos siete a?os para evitar que esta pueda trocearse o perder activos que pongan en riesgo la viabilidad. Por ello, si finalmente sale adelante, el rescate incorporar¨¢ a un observador externo a su consejo de administraci¨®n.
La Comisi¨®n Europea mantiene abiertas las excepciones para que los Estados puedan otorgar ayudas de Estado a las empresas tocadas por la pandemia. La SEPI ya ha dado luz verde a un pr¨¦stamo de 550 millones a la compa?¨ªa en dos tramos, uno de los cuales es un cr¨¦dito participativo (convertible en acciones) de 280,5 millones hasta 2029. Al superar los 250 millones, las ayudas deben contar con la autorizaci¨®n de Bruselas. Posteriormente, es necesario cumplir los tr¨¢mites oficiales de los pr¨¦stamos concedidos por el Gobierno, hasta su aprobaci¨®n en Consejo de Ministros. Fuentes cercanas a las negociaciones explican que eso les deja apenas un margen de 15 d¨ªas para cerrar el acuerdo con los acreedores y obtener el visto bueno definitivo del Estado.
La SEPI aprob¨® de forma preliminar dar el cr¨¦dito a Celsa, el mayor que se habr¨¢ concedido hasta ahora, al considerar que la empresa, propiedad de la familia Rubiralta, es estrat¨¦gica y no estaba en crisis antes del estallido de la pandemia. Para acceder a los fondos, sin embargo, Celsa pact¨® varias condiciones. Entre ellas, la reinversi¨®n de todos los recursos generados, una ampliaci¨®n de capital de 50 millones de euros y abstenerse de repartir dividendos. Adem¨¢s, acordaron que la empresa reducir¨¢ su deuda en unos 1.000 millones de euros para hacerla sostenible.
Fondos oportunistas
El pasivo de la compa?¨ªa, no obstante, est¨¢ en manos de un grupo de fondos oportunistas, entre los cuales est¨¢n Attestor, Golden Tree, Sculptor, CVC o Cross Ocean. Estos adquirieron la deuda en 2017 a los bancos acreedores, que decidieron soltar lastre para reforzar su solvencia ante las exigencias del BCE. Seg¨²n las fuentes consultadas, se hicieron con esa deuda con amplios descuentos, de entre el 20% y 25% para el tramo senior (actualmente de 800 millones de euros) y de hasta el 80% por 1.400 millones de la parte convertible. Es decir, compraron la deuda de Celsa a los bancos con unas quitas muy importantes. La empresa nunca vio con buenos ojos esa operaci¨®n de los bancos y present¨® una demanda antes de la pandemia al entender que si los fondos reclamaban la devoluci¨®n de la cantidad del pr¨¦stamo participativo obtendr¨ªan una rentabilidad del 500%, lo cual consideran que es ¡°usura¡±.
La empresa considera, por lo tanto, que una quita de 1.000 millones no significar¨ªa que los fondos pierdan dinero. Al contrario: estos incluso podr¨ªan obtener una rentabilidad aceptable para su cartera de inversi¨®n. Los Rubiralta tampoco contemplan la posibilidad de darles entrada en el accionariado de la compa?¨ªa, como estos han solicitado en los ¨²ltimos d¨ªas. La raz¨®n es la misma: consideran que el valor de la deuda anotado en libros no se corresponde a la de mercado. En otras palabras: adquirieron la deuda a precio de saldo, lo cual les dar¨ªan una sobrerrepresentaci¨®n en el consejo de administraci¨®n.
Fuentes del consejo de direcci¨®n de Celsa, una empresa que cuenta con una plantilla de alrededor de 10.000 trabajadores, afirman que la compa?¨ªa quiere un accionariado de perfil industrial y cohesionado que no ponga en riesgo la consecuci¨®n del plan estrat¨¦gico por la b¨²squeda de un beneficio a corto plazo. El m¨¢ximo ¨®rgano de direcci¨®n, adem¨¢s, se ha propuesto cumplir con el plan pactado con la SEPI para sacar adelante la compa?¨ªa. De hecho, cree que est¨¢ lista para afrontar una nueva etapa para la industria metal¨²rgica al enfilar ya su transici¨®n verde. Adem¨¢s, el grupo industrial considera que el aumento del precio de las materias primas y la situaci¨®n del mercado de metales por la guerra de Ucrania les brinda una oportunidad para mejorar las proyecciones de su plan financiero.
Con las posiciones entre empresa y fondos enfrentadas, las pr¨®ximas semanas se antojan un aut¨¦ntico tira y afloja entre ambas partes. Solo que hay una fecha marcada en el calendario: el 28 de junio. Es el ¨²ltimo Consejo de Ministros en el que se podr¨¢n aprobar pr¨¦stamos para empresas en apuros. Despu¨¦s de eso, la inyecci¨®n de capital p¨²blico ya no ser¨¢ posible. Y Celsa deber¨¢ buscar otra salida para hacer frente a su compleja situaci¨®n financiera.
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