El ajuste fiscal que viene: ?Qu¨¦ opinan los ciudadanos?
Cuando se pone encima de la mesa la elecci¨®n entre hipot¨¦ticos recortes de gasto en sanidad, pensiones y educaci¨®n frente a incrementos del IRPF, las preferencias sociales se equilibran
Hace unos d¨ªas, Funcas hizo p¨²blico el resultado de un estudio sobre opiniones ciudadanas sobre el d¨¦ficit y el ajuste fiscal que tiene cierto inter¨¦s a la hora de definir c¨®mo se afronta el proceso de consolidaci¨®n presupuestaria que se divisa en el horizonte.
Una ampl¨ªsima mayor¨ªa de los encuestados defiende la existencia y necesidad de un sector p¨²blico fuerte y recela de la privatizaci¨®n en la gesti¨®n o en la financiaci¨®n de servicios p¨²blicos. Lo anterior es compatible con la percepci¨®n dominante de que, en general, podr¨ªan gestionarse mejor y que la eficiencia del gasto es inferior a la de otros pa¨ªses europeos.
La mayor¨ªa de los ciudadanos es consciente de que un d¨¦ficit cr¨®nico elevado es un problema y considera que se deber¨ªa hablar m¨¢s sobre c¨®mo atajarlo. De entrada, una amplia mayor¨ªa de los ciudadanos encuestados se decanta porque el ajuste recaiga, sobre todo, en el lado del gasto y no en subidas impositivas. Pero una cosa es hablar de recortar el gasto en general y otra de recortes concretos en partidas identificables y palpables. En el primer caso, probablemente los ciudadanos puedan estar pensando en ese margen de mejora en la gesti¨®n manifestado previamente; y no en servicios y programas de renta concretos, con usuarios y beneficiarios. Por eso, cuando se pone encima de la mesa la elecci¨®n entre hipot¨¦ticos recortes de gasto en sanidad, pensiones y educaci¨®n frente a incrementos del IRPF, las preferencias sociales se equilibran y la ideolog¨ªa y la intenci¨®n de voto mandan.
Una u otra soluci¨®n supondr¨¢ un coste pol¨ªtico al gobierno que la ejecute. Pero se confirman los lugares comunes: los costes difieren seg¨²n la ideolog¨ªa y la intenci¨®n de voto de los ciudadanos. Los efectos negativos sobre el voto de una subida de impuestos se concentran en personas que muestran su preferencia por partidos de ¨¢mbito estatal, hoy en la oposici¨®n y con una ideolog¨ªa a la derecha del centro. Por el contrario, la v¨ªa del recorte en sanidad, educaci¨®n y pensiones disgusta en mayor medida a las personas que se autodefinen de izquierda y quienes previamente han declarado intenci¨®n de voto a los partidos de la actual coalici¨®n. ?Y qu¨¦ nos dicen los datos de indecisos y abstencionistas? Que tienden a rechazar en mayor medida recortes en el gasto que aumentos de impuestos, pero la diferencia es escasamente significativa.
Obviamente, desde un punto de vista electoral y social, ser¨ªan mejores opciones tanto un incremento de la eficiencia del gasto que permitiese ahorrar y mejorar la percepci¨®n del intercambio fiscal de los ciudadanos, como una reducci¨®n del fraude fiscal que elevase los ingresos y mejorase la equidad horizontal. Pero la implementaci¨®n de ambas estrategias requiere tiempo, esfuerzo y cambios institucionales. El que quiera transitar este camino debe apresurarse.
Santiago Lago Pe?as es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Vigo e Investigador senior de Funcas.
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