La salida del presidente del INE se precipit¨® tras la revisi¨®n del PIB
El Gobierno ped¨ªa explicaciones por la brecha existente entre la evoluci¨®n de la actividad y las cifras de recaudaci¨®n y empleo
La marcha del presidente del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) trae cola. El Ministerio de Econom¨ªa insiste en que su hasta ahora presidente, Juan Manuel Rodr¨ªguez Poo, ha abandonado el cargo por voluntad propia. Y espera encontrarle una posici¨®n como asesor externo del organismo. El propio afectado ha trasladado que deja el puesto por motivos personales. Sin embargo, el pasado mi¨¦rcoles, seg¨²n han confirmado cuatro fuentes, Econom¨ªa le transmiti¨® dudas sobre su continuidad. En el INE sobrevolaba desde entonces la idea de que se cambiaba la c¨²pula. Y el viernes tuvo lugar una reuni¨®n en el ministerio entre Rodr¨ªguez Poo y la vicepresidenta econ¨®mica, Nadia Calvi?o, despu¨¦s de que el instituto estad¨ªstico hubiese revisado a la baja el PIB del primer trimestre, de un crecimiento trimestral del 0,3% al 0,2%. Pese al encuentro del viernes, el presidente del INE no tuvo claro del todo el desenlace hasta pasado el fin de semana. Su renuncia puso fin a dos meses de tensiones con el ministerio sobre su futuro.
Con los actuales datos oficiales del INE, Espa?a contin¨²a a la cola de Europa en la recuperaci¨®n de la pandemia. El ministro de Seguridad Social, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, ha criticado abiertamente y en numerosas ocasiones las cifras del instituto estad¨ªstico. Tambi¨¦n la titular de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero. La vicepresidenta econ¨®mica ha creado incluso un indicador diario para tener datos al margen del INE. En general, el Gobierno se?ala que las cifras de empleo y recaudaci¨®n est¨¢n en niveles r¨¦cord y muestran una recuperaci¨®n que no se ve reflejada en igual medida en las estad¨ªsticas del INE. Es m¨¢s, al tener m¨¢s empleo pero menos PIB, en consecuencia las cifras est¨¢n arrojando una fuerte ca¨ªda de la productividad que no tendr¨ªa sentido en un momento de recuperaci¨®n: lo l¨®gico ser¨ªa que la productividad mejorase conforme se recupera la actividad y porque las empresas que han sobrevivido son las m¨¢s productivas. Muchos expertos consideran que, a la luz de estos datos, los n¨²meros de PIB podr¨ªan ser algo superiores.
Sin embargo, el organismo estad¨ªstico apunta que la inflaci¨®n est¨¢ haciendo mella: aunque en euros se gaste m¨¢s, en vol¨²menes reales se est¨¢ comprando menos. Queda adem¨¢s por recuperar una parte del turismo extranjero y de la fabricaci¨®n de veh¨ªculos. Es decir, pilares importantes de la econom¨ªa que todav¨ªa no se han recobrado de forma plena. La poblaci¨®n cay¨® el a?o pasado, afectando necesariamente a los datos econ¨®micos. Y las cifras de facturaci¨®n que tiene el Banco de Espa?a a partir de los registros mercantiles indican que la situaci¨®n de las empresas todav¨ªa no se ha restablecido, con unos n¨²meros todav¨ªa peores que antes de la covid y muy desiguales por sectores y tama?os.
Motivos para la discrepancia
Algunos hechos puntuales podr¨ªan explicar algo de las discrepancias. Por ejemplo, ha habido un incremento del uso de tarjetas y de las compras por internet que puede haber contribuido al afloramiento de la econom¨ªa sumergida. La inflaci¨®n tambi¨¦n justifica una parte del incremento en recaudaci¨®n. Y estas diferencias entre PIB, ingresos y empleo est¨¢n ocurriendo en todos los pa¨ªses. El aumento de la contrataci¨®n a tiempo parcial y por horas podr¨ªa ser la causa de que las horas trabajadas sean menores aunque suba la ocupaci¨®n. Tambi¨¦n el uso de los ERTE (ajustes temporales de empleo) o las bajas por la covid, en especial con la variante ¨®micron. El aumento del empleo p¨²blico resta algo de productividad, porque en el PIB se contabiliza solo como el sueldo y no recoge un margen por las ventas.
En cualquier caso, todas son explicaciones parciales y que no justifican de forma satisfactoria y completa la brecha existente entre el PIB, por una parte, y el empleo y la recaudaci¨®n, por otra. Adem¨¢s, Espa?a est¨¢ entre los pa¨ªses que tiene una discrepancia mayor. Incluso as¨ª, diversos economistas consultados consideran que el INE ha estado calculando esos n¨²meros con criterios t¨¦cnicos avalados por Eurostat. Quiz¨¢s haya alg¨²n margen para adaptar los est¨¢ndares y ofrecer unas cifras hasta cierto punto mejores. Sin embargo, aunque el Gobierno tenga algo de raz¨®n y es muy probable que m¨¢s adelante los propios t¨¦cnicos del INE puedan hacer revisiones al alza, el problema ahora, se?alan, es que la credibilidad del organismo pueda resentirse. En un momento en el que adem¨¢s han empezado a repuntar las primas de riesgo, los expertos subrayan que no es bueno arrojar una sombra de duda sobre las estad¨ªsticas oficiales. El cambio en la c¨²pula del INE podr¨ªa ser un tiro en el pie.
Por el contrario, fuentes gubernamentales insisten en que se va a dotar al INE de m¨¢s recursos y posibilidades para contratar plantilla. Creen que ha habido una descapitalizaci¨®n de su personal durante los ¨²ltimos a?os. Y sostienen que hay que a?adir transparencia a la forma en que opera la instituci¨®n, abriendo los datos a profesionales y acad¨¦micos. El Ministerio de Econom¨ªa asegura que hay un proceso abierto con varios perfiles para reemplazar a Rodr¨ªguez Poo. El candidato que m¨¢s suena es Israel Arroyo, el secretario de Estado de Seguridad Social hasta la semana pasada, cuando anunci¨® su dimisi¨®n. Se trata de un actuario y estad¨ªstico de la Seguridad Social con mucho prestigio entre los economistas. Pero incluso as¨ª, implicar¨ªa que por primera vez un ex alto cargo del Gobierno entrar¨ªa en la instituci¨®n.
En cuanto al IPC, el INE solo ha estado utilizando la tarifa regulada para medir los precios de la luz. Sin embargo, ¨²nicamente un 40% de los hogares tienen contratada esa tarifa que est¨¢ directamente vinculada a los precios diarios mayoristas y que en consecuencia se ha visto muy afectada por la subida de costes. El 60% restante tienen la tarifa libre, cuyos precios son negociados con las empresas y suelen ser algo m¨¢s estables, aunque a la larga por lo general sean m¨¢s caros que la regulada. Es decir, si se hubiesen incorporado antes los precios liberalizados, probablemente la inflaci¨®n registrada desde el pasado verano habr¨ªa sido menor. De ah¨ª que el Ejecutivo haya insistido en que se revise cuanto antes esa medici¨®n. Ante esto, el INE ha alegado que las empresas no les pasaban la informaci¨®n para calcularlo, argumentando que no quer¨ªan que su competencia conociese sus precios. Otra cuesti¨®n es que la tarifa libre todav¨ªa tiene que reflejar el fuerte incremento registrado de costes y, al incorporarla al IPC, podr¨ªa hacer que este escale todav¨ªa m¨¢s en los pr¨®ximos meses.
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