El informante de ¡®Uber Files¡¯: ¡°La empresa estaba dispuesta a romper todas las normas, a usar todo su dinero y su poder para impactar¡±
Mark MacGann trabaj¨® para Uber entre 2014 y 2016. Ha decidido denunciar lo que vio porque cree que fue ¡°horriblemente equivocado¡±
La persona detr¨¢s de Uber Files ha decidido hablar p¨²blicamente. En una entrevista exclusiva con The Guardian, compartida con los medios del Consorcio Internacional de Periodista de Investigaci¨®n (ICIJ), EL PA?S entre ellos, Mark MacGann revela ser el informante que filtr¨® m¨¢s de 124.000 archivos internos de la compa?¨ªa.
MacGann, 52 a?os, es un lobista con una extensa experiencia en corporaciones internacionales que trabaj¨® para Uber entre 2014 y 2016. All¨ª supervis¨® las estrategias de presi¨®n pol¨ªtica de la empresa en m¨¢s de 40 pa¨ªses entre Europa, Oriente Medio y ?frica. Dej¨® la compa?¨ªa porque, a pesar de su experiencia, Uber no le escuchaba, no estaba de acuerdo con la cultura t¨®xica de la empresa y tem¨ªa por su seguridad y la de su familia tras las protestas de los taxistas. MacGann ha tenido una disputa legal con Uber sobre su remuneraci¨®n, que acab¨® en un acuerdo judicial con la compa?¨ªa. Tras desvelarse su identidad, Uber ha subrayado que MacGann ¡°no puede hablar con conocimiento de causa sobre Uber en la actualidad¡±. Recalca adem¨¢s que es ¡°digno de menci¨®n¡± que el lobista no filtr¨® los papeles hasta cerrar su acuerdo judicial.
?l asegura haber decidido denunciar en los medios lo que vio e hizo mientras trabajaba para Uber porque cree que fue ¡°horriblemente equivocado¡±.
Pregunta. Exactamente, ?para qu¨¦ le contrat¨® Uber?
Respuesta. Uber me contrat¨® para liderar el equipo que desarrollar¨ªa nuestras estrategias de lobby con los gobiernos en Europa, ?frica y Oriente Medio, de forma que pudi¨¦semos entrar en esos mercados y crecer a pesar de que la mayor¨ªa de las veces las normas no permit¨ªan a Uber operar.
P. ?Cree que usted y otros ejecutivos de Uber eran entonces conscientes de que la empresa estaba salt¨¢ndose la ley en ciudades y pa¨ªses donde hab¨ªa regulaciones para las licencias de taxi?
R. En la mayor¨ªa de pa¨ªses bajo mi jurisdicci¨®n, Uber no estaba permitido, no estaba autorizado, no era legal.
P. ?Entonces se puede decir, sin miedo a equivocarse, que la estrategia consisti¨® en saltarse la ley y luego cambiar la ley?
R. El mantra que la gente repet¨ªa en todos los despachos ven¨ªa desde la c¨²pula: no pidas permiso, simplemente lanza Uber, presiona, alista conductores, sal, haz marketing y r¨¢pidamente la gente despertar¨¢ y ver¨¢ qu¨¦ cosa m¨¢s maravillosa es Uber.
P. Cuando se reun¨ªa con presidentes, primeros ministros, altos cargos, alcaldes, ?c¨®mo de dif¨ªcil era cerrar esos encuentros en nombre de Uber?
R. Creo que nunca, en mi carrera precedente, hab¨ªa tenido un acceso tan f¨¢cil a altos cargos de gobierno, jefes de Estado. Fue embriagador. Creo que en ese momento Uber era, en el mundo de la tecnolog¨ªa, pero quiz¨¢s en general en el mundo empresarial, la gallina de los huevos de oro. Tanto desde el punto de vista de los inversores como de los pol¨ªticos, la gente se mor¨ªa por reunirse con Uber y escuchar qu¨¦ pod¨ªamos ofrecer.
P. En los datos de la filtraci¨®n hemos encontrado much¨ªsimos ejemplos de c¨®mo usted y otros ejecutivos de Uber se reun¨ªan con ministros del Reino Unido [o con miembros de la Comisi¨®n Europea]. Pero esos encuentros nunca han sido declarados, y la gente no ten¨ªa por qu¨¦ saber que hab¨ªa ocurrido. ?Por qu¨¦?
R. Bueno, quiz¨¢s puede haber habido descuidos administrativos o quiz¨¢s era mejor mantener ciertas cosas entre bambalinas. No lo s¨¦, deber¨ªa pregunt¨¢rselo a los pol¨ªticos.
P. Pero, en su opini¨®n, ?cu¨¢l es la respuesta?
R. Todo el mundo tiene amigos, y la gente aceptaba peticiones de sus amigos, y a nadie le interesaba que eso saliera a la luz, que se hiciera p¨²blico.
P. Entonces, ?eran, en la pr¨¢ctica, encuentros secretos?
R. Son las peque?as redes de influencia que siempre han existido, desde mucho tiempo y todav¨ªa, aunque sea cambiando de forma, siguen existiendo. El acceso al poder no es algo que se democratiza.
P. La llegada de Uber gener¨® manifestaciones y a menudo episodios de violencia en muchos pa¨ªses. Cuando algunos ejecutivos advirtieron de que eso pod¨ªa convertirse en ataques a los conductores de Uber, Kalanick (fundador y CEO de Uber hasta 2017) contest¨®: ¡°Creo que merece la pena. La violencia garantiza el ¨¦xito¡±. ?Qu¨¦ crees que quer¨ªa decir con esa frase?
R. Yo creo que quer¨ªa decir que la ¨²nica forma de convencer a los gobiernos a cambiar las leyes, legalizar Uber y permitir a Uber crecer tal y como Uber quer¨ªa, era mantener la batalla, mantener la controversia. Y si eso significaba una huelga de trabajadores de Uber, trabajadores de Uber bloqueando las calles de Barcelona, Berl¨ªn o Par¨ªs, entonces esa era la v¨ªa a seguir.
P. ?Y no es peligroso?
R. Por supuesto que es peligroso. Tambi¨¦n es, en cierto sentido, muy ego¨ªsta. Porque ¨¦l no era el tipo que estaba en la calle, siendo amenazado, siendo atacado, siendo golpeado y en algunos casos disparado.
P. Las t¨¢cticas agresivas de Uber no solo pon¨ªan en peligro las vidas de sus conductores. Como cara p¨²blica de Uber en Europa, se convirti¨® en un objetivo para taxistas, que estaban furiosos por la p¨¦rdida de su modo de vida. Ante los ojos de los taxistas, era un criminal internacional.
R. Empec¨¦ a recibir insultos en Twitter. Comenzaron a gritarme en aeropuertos, estaciones de tren¡ Hasta el punto de que los taxistas me segu¨ªan por ah¨ª. Estaban grabando d¨®nde viv¨ªa, llamaban a mi puerta, publicaban en internet fotos m¨ªas con mis amigos o con los hijos de mis amigos. Y empec¨¦ a recibir amenazas de muerte en Twitter. As¨ª que Uber dijo: ¡°Vale, tenemos que protegerte¡±. Entonces me forzaron a tener guardaespaldas en cualquier momento en que saliese de casa, lo que era todo el tiempo, puesto que siempre estaba viajando.
P. En Roma, despu¨¦s de una reuni¨®n con el asesor del primer ministro, su compa?ero y usted fueron bloqueados en su limusina.
R. Nos metimos en el coche y fuimos bloqueados por una turba de taxistas furiosos que realmente nos trataban como si fu¨¦semos el enemigo.
Eso es algo que nunca hab¨ªa visto. Y no guardo rencor contra la gente que lo hizo por la rabia y el odio que presenci¨¦ de primera mano. Esta es una compa?¨ªa que estaba dispuesta a romper todas las normas, a usar todo su dinero y su poder para impactar, para destruir sus modos de vida, as¨ª que necesitaban a alguien con quien estar enfadados. Necesitaban alguien a quien gritar. Necesitaban alguien a quien intimidar, alguien a quien amenazar. Me convert¨ª en esa persona.
P. ?Consideras que Uber es responsable por las amenazas que estabas sufriendo y el entorno hostil en el que estabas trabajando?
R. Considero a Uber responsable del hecho de que la compa?¨ªa no cambiase el modo en que se comportaba. Su respuesta a la violencia contra uno de sus ejecutivos senior era darle guardaespaldas. No hab¨ªa un cambio de comportamiento. No hab¨ªa un cambio de t¨¢cticas. No hab¨ªa cambio de tono. Era mantener la lucha, mantener el fuego ardiendo.
P. ?No podr¨ªas haber hecho m¨¢s en el tiempo en que estuviste trabajando en Uber para quejarte de alguna de esas pr¨¢cticas internamente?
R. Esta no era una cultura en la que pudieras realmente ponerte en pie y cuestionar las decisiones de la empresa, su estrategia o sus pr¨¢cticas. As¨ª que al final me di cuenta de que no estaba teniendo impacto, de que estaba perdiendo el tiempo con la compa?¨ªa y ese sentimiento, en ese punto de mi carrera, combinado con el hecho de que no solo estaba preocupado por mi propia seguridad, sino tambi¨¦n la seguridad de mi familia y amigos¡ Dimit¨ª.
P. ?C¨®mo responder¨ªas a la sugerencia de que est¨¢s filtrando este material como venganza contra la empresa?
R. Creo que la gente tiene que fijarse en los hechos que estoy ayudando a exponer. Ciertamente, he tenido mis quejas sobre Uber en el pasado. Lo que estoy haciendo no es f¨¢cil, pero creo que es lo correcto.
P. ?Te sientes parcialmente responsable o culpable por las vidas que ves vivir a los conductores ahora?
R. S¨ª. Y soy parcialmente responsable, y esa es mi motivaci¨®n para hacer lo que estoy haciendo al ser un informante. Obviamente, no es f¨¢cil, pero porque estuve ah¨ª en ese momento, era el que estaba hablando con el gobierno, era el que estaba sacando esto con los medios, era el que estaba dici¨¦ndole a la gente que cambiase las reglas porque los conductores iban a beneficiarse y la gente iba a tener oportunidades econ¨®micas mucho mayores. Cuando result¨® que eso no fue as¨ª, hab¨ªamos vendido una mentira a la gente. ?C¨®mo puedes tener la conciencia tranquila si no te pones en pie y admites tu contribuci¨®n al modo en que la gente est¨¢ siendo tratada hoy?
P. ?As¨ª que esto es para enmendar tus acciones?
R. Va sobre enmendar mis acciones. Va sobre hacer lo correcto. Mira, reconozco lo que hice, pero si resulta que aquello para lo que estaba tratando de persuadir a gobiernos, ministros, primeros ministros, presidentes y conductores acab¨® siendo horriblemente, horriblemente equivocado y falso, entonces es mi deber volver atr¨¢s y decir: ¡°Creo que cometimos un error¡±. Y pienso que en la medida en que la gente quiera que ayude, quiero tener un papel en tratar de corregir ese error
Investigaci¨®n y entrevista para The Guardian, de Paul Lewis, Harry Davies, Lisa O¡¯Carroll, Simon Goodley y Felicity Lawrence