Samantha Gross: ¡°El embargo al petr¨®leo ruso ha funcionado sorprendentemente bien¡±
La investigadora de la Brookings Institution alerta de que la crisis energ¨¦tica europea a¨²n no ha terminado: ¡°A¨²n hay que librar una gran batalla el invierno que viene¡±
Es una de las voces m¨¢s escuchadas en el sector energ¨¦tico estadounidense. Con una dilatada trayectoria de m¨¢s de 25 a?os vinculada a la energ¨ªa, Samantha Gross (Ilinois, 52 a?os), hoy investigadora de la Brookings Institution, ha desempe?ado puestos de relevancia en el Departamento de Energ¨ªa de EE UU y en la consultora especializada IHS Cera. Recibe a EL PA?S en Madrid poco despu¨¦s de aterrizar desde Florencia, donde ha pronunciado una conferencia ¡ªc¨®mo no¡ª sobre energ¨ªa. Un d¨ªa despu¨¦s har¨¢ lo propio en otro enc...
Es una de las voces m¨¢s escuchadas en el sector energ¨¦tico estadounidense. Con una dilatada trayectoria de m¨¢s de 25 a?os vinculada a la energ¨ªa, Samantha Gross (Ilinois, 52 a?os), hoy investigadora de la Brookings Institution, ha desempe?ado puestos de relevancia en el Departamento de Energ¨ªa de EE UU y en la consultora especializada IHS Cera. Recibe a EL PA?S en Madrid poco despu¨¦s de aterrizar desde Florencia, donde ha pronunciado una conferencia ¡ªc¨®mo no¡ª sobre energ¨ªa. Un d¨ªa despu¨¦s har¨¢ lo propio en otro encuentro auspiciado por EsadeGeo.
Pregunta. La crisis energ¨¦tica europea est¨¢ siendo menos intensa de lo que se tem¨ªa.
Respuesta. Europa ha hecho un gran trabajo, comprando gas natural licuado (GNL, el que llega por barco) en todos los rincones posibles: sobre todo de Estados Unidos, s¨ª, pero no solo. Adem¨¢s, aunque en menos cantidad, ha seguido llegando algo de gas desde Rusia. Eso me hace estar m¨¢s preocupada por el invierno que viene que por este.
P. Si tuviera que hacer un pron¨®stico, ?cu¨¢l ser¨ªa?
R. Depende, en gran medida, de cu¨¢nto pueda llenar los dep¨®sitos durante la temporada baja [primavera y verano]. Las nuevas regasificadoras flotantes en Alemania, el pa¨ªs que peor lo ten¨ªa, me hacen ser optimista. Pero para que los astros se alineen de nuevo el pr¨®ximo invierno hay que tener las reservas tan llenas como se pueda, hay que cambiar de combustible en todos los ¨¢mbitos en los que sea posible... Y hay que cruzar los dedos para que, como este, la meteorolog¨ªa acompa?e.
P. El GNL est¨¢ siendo la gran tabla de salvaci¨®n, pero la competencia por hacerse con metaneros va a ser feroz.
R. Hay muchos pa¨ªses que ya son muy dependientes de ¨¦l o lo ser¨¢n en el futuro. China, Jap¨®n y Corea del Sur son los tres mayores mercados actuales. Pero, ?qu¨¦ hay de la India? ?Tirar¨¢ del gas natural para sacudirse de su dependencia del carb¨®n? O qu¨¦ decir de Indonesia, que tambi¨¦n usa una gran cantidad de carb¨®n y que est¨¢ trabajando para reducirlo... Ser¨¢ interesante ver hasta qu¨¦ punto el GNL es capaz de cubrir todas esas necesidades, y tambi¨¦n hasta qu¨¦ punto las renovables pueden cubrir una parte de ellas. En el mejor de los escenarios, estas crecen r¨¢pido y el gas solo se tiene que utilizar para mantener el equilibrio del sistema. Pero hay otros escenarios en los que se tiene que utilizar mucho gas natural.
P. Se habla mucho de la necesidad de nuevas regasificadoras y poco de los trenes de licuefacci¨®n para que los pa¨ªses productores puedan aumentar la cantidad de gas que exportan.
R. Tomar¨¢ su tiempo. EE UU est¨¢ vendiendo todas las mol¨¦culas que puede, no por altruismo sino porque tiene sentido econ¨®mico. Pero no hay prevista ninguna nueva infraestructura de exportaci¨®n este a?o: hay unas cuantas programadas para 2024, s¨ª, pero el principal cuello de botella es que no se pueden construir tan r¨¢pido como se necesitar¨ªa.
P. ?Cu¨¢nto cambia este juego de equilibrios la reapertura de la econom¨ªa china?
R. Es otro de los motivos por los que me preocupa el pr¨®ximo invierno. Ha habido mucho GNL disponible para cubrir las necesidades europeas, pero si la econom¨ªa china vuelve a ponerse en pie y su demanda de gas crece, la ¨²nica v¨ªa para equilibrar el mercado ser¨¢ el precio.
P. ?Subir¨¢?
R. Es probable. Tratar de predecirlo siempre es algo descabellado, pero no deber¨ªa sorprendernos que as¨ª fuera.
P. Los mercados, en cambio, siguen aletargados: en Europa, el gas cuesta menos hoy que hace un a?o, justo antes del inicio de la guerra. Y seis veces menos que cuando marc¨® su m¨¢ximo, el verano pasado.
R. Porque el TTF [el de referencia en la UE] solo reacciona a lo que est¨¢ pasando justo ahora: a que este invierno est¨¢ siendo bastante c¨®modo, a que las reservas siguen estando bastante llenas... Habr¨¢ que ver qu¨¦ ocurre el pr¨®ximo oto?o: entonces ya se sabr¨¢ c¨®mo ha ido el llenado de los dep¨®sitos en verano y a qu¨¦ coste.
P. Hay una creciente tentaci¨®n a pensar que la crisis energ¨¦tica ya es historia.
R. Ser¨ªa un error. No hay nada de malo en tomarse un respiro, pero no nos sorprendamos cuando [la crisis] regrese. Que no sea un brusco despertar. No se debe caer en la tentaci¨®n de dejar de pensar en fuentes adicionales de energ¨ªa o dejar de trabajar en la conservaci¨®n, en el ahorro de gas y en todo lo que se pueda hacer. Porque esto no ha terminado: a¨²n hay que librar una gran batalla el invierno que viene.
P. El domingo pasado entr¨® en vigor el veto europeo al di¨¦sel ruso. ?Cu¨¢nto debe preocuparnos?
R. En gran medida, depender¨¢ de la reacci¨®n de [Vlad¨ªmir] Putin. El embargo al crudo procedente de Rusia ha funcionado sorprendentemente bien: los mercados no se han disparado y se puede decir que ha sido un ¨¦xito. Pero, mientras que el mercado petrolero est¨¢ bien abastecido, el de di¨¦sel est¨¢ bastante m¨¢s tensionado: es un puzle mucho m¨¢s dif¨ªcil, y eso hace que Putin tenga m¨¢s influencia.
P. ?A d¨®nde ir¨¢ a parar el di¨¦sel que, hasta ahora, Rusia vend¨ªa a la UE?
R. No tiene un destino obvio. No hay suficientes tanqueros para transportarlo, as¨ª que no tengo nada claro qu¨¦ har¨¢n con ¨¦l. Es probable que tengan que reducir el ritmo de producci¨®n de sus refiner¨ªas. Pronto lo veremos.
P. El trilema energ¨¦tico (seguridad de suministro, acceso y generaci¨®n sostenible) ha cambiado: hasta hace poco apenas se prestaba atenci¨®n a la seguridad de suministro y ahora es la principal preocupaci¨®n.
R. No solo no se fue nunca del todo, sino que ahora es m¨¢s obvio que nunca. El 80% del suministro energ¨¦tico global sigue dependiendo de los combustibles f¨®siles, y eso es algo que no va a cambiar r¨¢pidamente: queremos dejar atr¨¢s este recurso pero, a la vez, hay que asegurar la oferta mundial de energ¨ªa. Idealmente, esta crisis energ¨¦tica nos deber¨ªa llevar a una transici¨®n m¨¢s meditada, m¨¢s realista.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ la transformaci¨®n m¨¢s profunda que dejar¨¢ este episodio en la forma como entendemos la energ¨ªa?
R. La crisis ha dejado muy claro que los combustibles f¨®siles no han muerto, que no pueden salir [de la matriz energ¨¦tica] de forma inmediata. De haber habido una posibilidad, por m¨ªnima que fuera, para que Europa dejase de consumir gas en el muy corto plazo, lo habr¨ªa hecho. Pero tomar¨¢ tiempo. Comprender esto deber¨ªa ayudar en la planificaci¨®n. Lo realmente importante es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y hacerlo posible sin que colapse la econom¨ªa.
P. Los mercados energ¨¦ticos internacionales, en especial el petrolero, se han fragmentado en mil pedazos. ?Qu¨¦ implicaciones tiene esto?
R. En algunos casos, esta fragmentaci¨®n est¨¢ derivada de las sanciones a Rusia: algunos pa¨ªses no quieren comprar su petr¨®leo y a otros no les importa hacerlo. Eso es fragmentaci¨®n. Pero, en otros aspectos, creo que estamos a¨²n m¨¢s interconectados: en gas, como dec¨ªa antes, la crisis europea se ha trasladado tambi¨¦n a otros mercados. Vivimos d¨ªas realmente extra?os.
P. La ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n busca convertir a EE UU en una potencia mundial en renovables. ?Lo conseguir¨¢?
R. Creo que s¨ª. Ofrece ayudas para que los consumidores dom¨¦sticos se electrifiquen cada vez m¨¢s, para que la industria se incline por instalar bater¨ªas o por el hidr¨®geno, para la extracci¨®n y el refino de minerales cr¨ªticos...
P. ?Ser¨¢ un punto de inflexi¨®n?
R. Sobre todo, en un aspecto: permite al Gobierno invertir en empresas y sectores arriesgados pero cr¨ªticos. No es un banco, no tiene que obtener beneficios: con obtener de vuelta lo invertido para dedicarlo a otros proyectos es suficiente. Lo importante es que busca probar muchas nuevas tecnolog¨ªas para sacarlas del laboratorio y llevarlas a la industria. Y eso es algo bueno.
P. ?Hasta qu¨¦ punto el hidr¨®geno verde marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en el mundo energ¨¦tico?
R. No lo s¨¦. S¨ª s¨¦ que no es una bala de plata: no hay una soluci¨®n ¨²nica, sino un abanico amplio. Y el hidr¨®geno verde es solo una de ellas. Tambi¨¦n la electrificaci¨®n, la eficiencia... Y la captura y almacenamiento de [di¨®xido de] carbono, por controvertida que sea en Europa.